Catalunya tendrá que invertir 51.000 millones solo en infraestructuras de energía renovable para lograr la transición climática
El Observatorio de energías renovables de Catalunya (Obercat) cuantifica las necesidades en el ámbito energético sostenible. Catalunya arrastra un déficit crónico en este sector. Ingenieros y expertos avisan del peligro de "quedarse fuera del mapa" y tener que recurrir a la importación de recursos.
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barcelona,
El incremento de la capacidad de generación renovable en Catalunya en el año 2020 ha sido "ínfimo", sólo maquillado mínimamente por el autoconsumo fotovoltaico. Y no sólo por la pandemia de la covid-19, ya que este crecimiento nulo es constante desde el año 2017. Estas son algunas de las conclusiones del OBERCAT, el Observatorio de energías renovables de Catalunya, que alerta también sobre "el aumento de la dependencia respecto a la generación de energía nuclear", una fuente energética en principio condenada a desaparecer. Con estos antecedentes, el informe vaticina que "habrá un más que probable incumplimiento de los objetivos climáticos comprometidos por el Govern de la Generalitat y el Parlament para el año 2030".
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Las perspectivas de futuro de la misma administración indican que hay que invertir más de 51.000 millones de euros, sólo en infraestructuras de generación, para llevar a cabo la transición energética. Desde el Observatorio Obercat añaden que "sin la colaboración público-privada, este desafío se convertirá en un imposible". Además, precisa que en este camino es necesaria la participación de todos los modelos de gestión energética implicados, como el autoconsumo, las comunidades energéticas y los grandes proyectos fotovoltaicos y eólicos, priorizando la eficiencia y el ahorro energético. En relación con la puesta en marcha del Decreto Ley 16/2019, que pretende favorecer la implantación de este tipo de energías, el Observatorio asegura que "sus actuaciones son muy restringidas y han generado una sensación de avalancha de proyectos que han conseguido el resultado contrario al pretendido".
En este contexto, el Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural ha anunciado una modificación del citado Decreto de las renovables, que contempla que los proyectos fotovoltaicos y eólicos sólo puedan iniciar su tramitación si cuentan con el acuerdo mayoritario de la propiedad de los terrenos donde se ubiquen, que podría situarse en torno al 85% de la superficie. Además, para presentar los proyectos, los promotores también deberán acreditar que han informado a los ayuntamientos correspondientes. Con esta modificación, el Govern considera que se ofrecerá la regulación definitiva para el despliegue de las energías renovables.
"No en mi casa"
Para el vocal del Clúster de l’Energia Eficient de Catalunya (CEEC), Pedro Soria, el informe del Obercat "destapa las miserias de la administración por el bajo nivel de ejecución de los proyectos, que se sitúa en el 0, 29% de la potencia necesaria". Según detalla, los filtros y requerimientos de la Generalitat, como la condición de que las iniciativas se llevarán a cabo en terrenos nuevos o la reducción de la superficie de ocupación de las instalaciones, hacen que los promotores no puedan ejecutar las iniciativas fotovoltaicas .
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Aunque Soria reconoce que la población ha adquirido conciencia del déficit de infraestructuras en renovables existente en Catalunya, advierte que se está produciendo un fenómeno que sucede con otros ámbitos: aceptar la necesidad de la instalación, pero rechazarla cerca del territorio propio. "Es una nueva versión del "no, en mi casa". El experto alude a que los "planteamientos políticos y la normativa no están favoreciendo el desarrollo del sector". Además, critica "un cierto populismo que tiende a exagerar los impactos ambientales y que pone en el mismo saco los criterios para megaproyectos y para las pequeñas iniciativas".
Además del informe del Obercat, Pedro Soria pone sobre la mesa un desafío que tendrá Catalunya pronto y que puede afectar su competitividad empresarial. Apelando a la frase: "Digamos qué energía usas y te diré qué futuro tienes", Soria apunta que la fuente principal de suministro actual es la nuclear, "una energía que tiene fecha de caducidad". La pregunta que se hace es "¿la importaremos?, ya que hemos apostado por un sistema que está llegando a su fin". En este sentido, Soria revela que "los inversores del sector energético ya no hablan de Catalunya, que se está quedando fuera del mapa".
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En una línea similar, los ingenieros industriales reclaman no perder el tren de las inversiones. En el manifiesto 'Territori i transició energètica’, que firman junto con otros colectivos, piden el despliegue de las energías renovables, "que son una oportunidad para favorecer un desarrollo industrial y económico, al tiempo que sostenible, del territorio".
Los ingenieros defienden que "hay que trabajar por un justo equilibrio entre el interés general de transformación del modelo energético y los intereses particulares", pero a la vez plantean la importancia de reforzar un cambio de visión que fomente los proyectos -individuales y colectivos- de actividad energética distribuida en el territorio, que permitan compatibilizar proyectos agrícolas, pesqueros e industriales con la generación de energía renovable.
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Tanto el CEEC como el Collegi d’Enginyers Industrials de Catalunya creen que el único camino válido para avanzar hacia la transición energética es que la administración haga las actuaciones necesarias e incorpore los recursos convenientes para desbloquear los procedimientos de tramitación, que en el caso de las instalaciones de más de 50 megavatios (MW), corresponden al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Con estas acciones, consideran que se empezaría a superar la completa ausencia de relato por parte del Govern sobre la necesidad de encarar con urgencia y determinación la transición energética.