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Cáncer de mama La interrupción de los cribados de cáncer de mama a causa de la covid-19 aumentará la mortandad

Una investigación sugiere que el posible incremento en la proporción de mujeres que mueren de cáncer de mama podría evitarse si se garantiza que las mujeres de más edad reciben la última prueba de cribado.

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Una mujer se tapa el pecho con las manos. / Archivo 

madrid, Actualizado:

La interrupción de los programas de cribado de cáncer de mama en muchos países por culpa de la epidemia de la covid-19 podría tener unos efectos letales, con un aumento de la mortandad en mujeres que padezcan este cáncer, según advierte un estudio que se presentará este viernes en el XII Congreso Europeo de Cáncer de Mama. 

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La investigación sugiere que el posible incremento en la proporción de mujeres que mueren de cáncer de mama podría evitarse si se garantiza que las mujeres de más edad reciben la última prueba de cribado.

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El estudio también indica que el riesgo podría reducirse si todas las mujeres que por su edad deberían haber sido revisadas durante la pandemia lo hacen ahora, aunque ya hayan superado la edad límite para los cribados.

Otro estudio que se presentará también en el congreso, que se tenía que haber celebrado en marzo en Barcelona y se pospuso por culpa de la covid-19, para celebrarse mañana y el viernes de forma virtual, muestra cómo la pandemia del coronavirus ha afectado al tratamiento y al día a día de las mujeres ya diagnosticadas de cáncer de mama.

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El primer estudio sobre cribado 

El primer estudio sobre cribado lo presentará Lindy Kregting, doctoranda del Centro Médico de la Universidad de Rotterdam (Países Bajos).

"Los cribados consisten en detectar el cáncer en un estadio inicial, cuando hay más posibilidades de tratarlo con éxito. Los programas de cribado del cáncer jamás habían sufrido una interrupción como ésta, así que no sabemos el impacto que este hecho tendrá", reconoce la investigadora.

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"Hemos querido investigar -ha detallado- cuál será el impacto a largo plazo sobre la mortalidad por cáncer de mama y también observar qué estrategias resultarían ser más eficaces para reanudar los programas de cribado".

Lindy Kregting: "Hemos querido investigar cuál será el impacto a largo plazo sobre la mortalidad por cáncer de mama"

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Los investigadores han simulado cuatro planteamientos diferentes para reanudar los programas de cribado tras seis meses de interrupción: una reanudación súbita en la que todos los cribados continúen en el mismo orden que estaban previstos; retrasarlos, excepto para las mujeres que deben recibirlo por primera vez; atrasarlos, pero aumentando temporalmente el límite máximo de edad para recibirlo y asegurar así que las mujeres no pierden el último cribado de sus vidas; y aumentar la capacidad para poner por completo al día todos los cribados pospuestos.

Los resultados se basan en el programa de cribado de cáncer de mama de los Países Bajos, parecido al de otros países europeos, en el que las mujeres de 50 a 75 años reciben una cita para revisión cada dos años.

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Así, basándose en las cuatro simulaciones, el modelo informático indica que el retraso de los cribados es el que tiene un resultado más negativo, con un aumento estimado de 2,35 muertes por cada 100.000 mujeres en los próximos 10 años, mientras que la puesta al día total es la estrategia menos negativa, con un incremento estimado de solo 0,13 muertes por cáncer de mama por cada 100.000 mujeres en la próxima década.

Sin embargo, los autores del estudio reconocen que esta última estrategia no resultará factible para la mayoría de los servicios de salud nacionales.

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Los otros dos escenarios, el retraso salvo primer cribado y el del aumento de la edad límite, arrojaron respectivamente un aumento de las muertes de 1,98 y de 1,85 por cada 100.000 habitantes en los próximos 10 años.

Aumentar el límite máximo de edad

El estudio sugiere que aumentar el límite máximo de edad para recibir la última revisión es la mejor opción para la mayoría de los programas de cribado.

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Kregting: "Nuestro estudio muestra que un retraso de seis meses conlleva un aumento modesto, pero siempre importante, en el número de muertes"

"Nuestro estudio muestra que un retraso de seis meses conlleva un aumento modesto, pero siempre importante, en el número de muertes por cáncer de mama, y que la mejor manera de evitar muertes es ponerse al día con todas las pruebas de revisión que no se han podido hacer durante la pandemia", ha resumido Kregting.

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"La segunda mejor opción, y que vemos más factible -ha añadido-, es reanudar los cribados con normalidad, pero asegurándose de que ninguna mujer se pierde el último de ellos, aunque durante los meses de parón ya haya cumplido el límite de edad establecido".

Un segundo estudio, dirigido por la médica del Centro Médico de la Universidad de Utrech, Claudia Bargon y que incluyó a 1.051 mujeres diagnosticadas de cáncer de mama de Utrecht (Países Bajos), ha evaluado cómo la covid-19 ha afectado el día a día de las pacientes con cáncer de mama.

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El 48% de ellas dijo haberse sentido sola durante la pandemia, un 31% se mostró menos abiertas a buscar ayuda de sus médicos de cabecera, y el 27% estaban preocupadas por los efectos de la pandemia en su tratamiento.

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