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Caddy Adzuba: “Todos los días tengo miedo, pero los disfruto porque no sé cuándo llegará mi fin"

Las violaciones: una estrategia de guerra

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La periodista congoleña Caddy Adzuba durante la entrega del premio Príncipe de Asturias en 2014. AFP

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MADRID.- “Entran hombres armados en una casa y obligan a los hijos a violar a la madre. Si no aceptan, van matando uno a uno los miembros de la familia y finalmente, se llevan a los chicos que deciden dejar vivos a trabajar como esclavos en las minas”. Son las palabras de Caddy Adzuba, activista y periodista congoleña y premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2014, que lleva años trabajando para denunciar el feminicidio que se está produciendo en la República Democrática del Congo (RDC), donde 48 mujeres y niñas son violadas cada hora.

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Las violaciones: una estrategia de guerra

‘¿Por qué se están violando a las mujeres y a niñas?’. Adzuba trata de explicarle que para hacer la guerra “hay que planificar” y que la violación no es más que otra estrategia que permite conseguir los objetivos de esta guerra.

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Ignorancia internacional sobre el conflicto

Adzuba trabaja para Radio Okapi, la emisora de la ONU en Congo y forma parte de la Asociación de Mujeres de los Medios de Comunicación (AFEM) que ha denunciado los casos de violencia sexual en Congo ante la Corte Penal Internacional y el Senado de EEUU a fin de que los líderes de grupos armados puedan ser perseguidos y juzgados algún día. “Antes trabajaba en la sensibilización como periodista en zonas de conflicto respecto a esta rama de violencia sexual y pedía a una pequeña parcela de poder que actuasen”. Fue entonces cuando entendió que el problema era la ignorancia de la comunidad europea sobre el conflicto. “No es un conflicto entre congoleños sin más” y señala a los occidentales como culpables de esta guerra.

Las amenazas de muerte no pararán su trabajo

En 2009 le amenazaron de muerte varias veces. “Si no me mataron fue de casualidad. Hombres armados siempre estaban detrás de mí. Me tiraba al suelo y me venía una ráfaga de balas”. Por ello, decidió venir a Granada y quedarse en España. Duró tres meses y decidió volverse a su país porque en España sentía que no la necesitaban. Lo que quiere hacer para los suyos es dar ideas para el cambio y sabe que su lugar está ahí. “Cuando me amenazan vengo a Europa un tiempo y luego vuelvo y retomo el trabajo”.

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