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BBC ¿Por qué miles de británicos siguen viendo la tele en blanco y negro?

Justo medio siglo después de que BBC One, el canal más popular de la televisión británica, comenzara sus emisiones en color, más de 6.500 hogares británicos siguen pagando por ver la televisión en un aparato en blanco y negro.

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Fotograma de la primera temporada de 'Doctor Who', una serie muy popular en Reino Unido desde los años 60.

londres, Actualizado:

Y de repente el uniforme del capitán Spock dejó de ser gris y se volvió azul. El sábado 15 de noviembre de 1969 BBC One, el canal más popular de la televisión británica -y su rival ITV- dejaban atrás el blanco y negro y Star Trek fue uno de los programas que a partir de ese día se pudieron ver en color. Después de tres temporadas en antena, hace justo cincuenta años la revolución llegaba a la nave Enterprise y a los hogares británicos.

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Cierto es que no todos los que se sentaron ese día frente al televisor notaron el cambio. Por aquel entonces la señal en color sólo llegaba a algunas zonas de Reino Unido y menos de 200.000 hogares tenían en casa un aparato capaz de recibirla -tres años antes BBC 2 ya se había convertido en el primer canal europeo con emisiones en color-.

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Como era de esperar, medio siglo después las cifras han dado un vuelco pero… ¡Sorpresa! Todavía hoy quedan 6.586 hogares británicos en los que se ve la temporada número 60 de Coronation Street -la serie más longeva de la historia de la televisión- como si fuera la primera: en blanco y negro.

Los responsables de TV Licensing -organismo que gestiona las licencias de televisión- destacan lo “sorprendente” de este número y lo achacan a la “nostalgia por los televisores monocromos”. Todavía son muchos pero cada vez menos.

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El año pasado por estas fechas había 575 más y en el 2000, superaban los 200.000. Y sí, como en casi todo, también en esto Londres se coloca a la cabeza con hasta 1.311 hogares con tele en blanco y negro.

Más barato que verla en color

La razón puede ser sentimental… o puramente económica. Lo que las cifras revelan literalmente es que esos 6.586 hogares siguen pagando una licencia para un televisor en blanco y negro, algo significativamente más barato que la que se exige para uno en color: en el primer caso cuesta 60 euros al año y en el segundo, 179 euros. De esta manera, en 2018 los británicos desembolsaron casi cuatro mil millones y medio de euros, el 75% de los ingresos totales del servicio.

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Porque sí, en Reino Unido, como en Italia y otros países, es obligatorio abonar una cota fija si se quiere ver la tele en directo o grabarla; aunque sea a través del ordenador, la tablet, el móvil o cualquier otro dispositivo. Sea cual sea el canal. También es necesario hacerlo para poder descargarse programas o verlos bajo demanda en la web de BBC, aunque no en el caso del resto de las cadenas.

Hay excepciones como en el caso de las personas ciegas -pagan la mitad- o los mayores de 75 años, que están exentos del pago hasta que en junio de 2020 entre en vigor una nueva media que lo anula. Una decisión que ha generado tanta polémica que se ha acabado convirtiendo en uno de los temas de la actual campaña electoral

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El inspector de ‘los Roper’

Seguro que habrá quien recuerde un capítulo de George Y Mildred, el título original de la serie que en España se acabó conociendo como Los Roper, en el que un inspector de licencias se presenta en su casa.

Aunque a día de hoy su existencia se ha convertido casi en una leyenda entre los británicos -encontrar a alguien que haya recibido su visita para comprobar que todo está en orden resulta más difícil que dar con la aguja en el pajar- dicen que ‘haberlos, haylos'.

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Y los datos indican que cada vez son más quienes ven la tele eludiendo el pago a pesar de que se enfrenten a una multa de más de mil euros. 

Los tiempos están cambiando

Para los británicos pagar una tasa fija por ver la televisión es algo natural pero eso no quiere decir que no hayan empezado a cuestionárselo. Especialmente con el auge de las plataformas en streaming y el cambio en los hábitos de consumo.

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Las cifras lo reflejan: hoy el 95% de los hogares posee una licencia pero hace sólo unos años eran el 98%. Las audiencias también confirman la caída: en 2018 las tres principales cadenas (BBC, ITV y Channel 4) experimentaron un descenso en su número de espectadores.

Especialmente preocupante es el caso de los jóvenes. Un reciente estudio revelaba que, por primera vez, más de la mitad (51%) de los jóvenes de entre 16 y 24 años no sintonizaron ningún canal de la BBC en toda una semana.

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Para intentar frenar la caída, Nicky Morgan, la secretaria de Cultura, ha dicho que el gobierno no descarta lo que muchos llevan tiempo creyendo que podría poner freno a la caída de espectadores: sustituir la tarifa actual y por un servicio de suscripción al estilo de Netflix.

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