barcelona
Las unidades de neonatología de los hospitales catalanes están en alerta. Hace algo más de un par de semanas dos bebés prematuros murieron en la planta de la Vall d’Hebron, en Barcelona; y este martes, los medios han reportado una tercera muerte muy similar. Las tres víctimas habían nacido entorno a las 24 semanas de gestación y sufrían una infección producida por Klebsiella, una bacteria hospitalaria que los últimos años se ha vuelto tan resistente a los antibióticos que puede ser letal. Este último episodio, ocurrido en dos de los hospital más importantes de Catalunya, da la razón a las advertencias que viene años haciendo la Organización Mundial de la Salud (OMS): las bacterias superresistentes son cada vez más virulentas y es urgente desarrollar nuevos fármacos que logren vencerlas.
Para saber qué infecciones causa la bacteria Klebsiella, cómo se propaga y cómo nos podemos proteger, Público ha hablado con uno de los expertos más reconocidos del ámbito de las enfermedades infecciosas: Antoni Trilla, jefe del servicio de epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona.
¿Qué es la bacteria Klebsiella?
La Klebsiella es una bacteria muy corriente que habita en el tubo digestivo de las personas (boca, el esófago, el estómago y los intestinos, hasta el ano) y en la mayoría de ellas no causa ninguna complicación. De hecho, protege al ser humano de otros gérmenes y le ayuda a hacer la digestión. A nivel científico, forma parte de la familia de las enterobacterias y es de un tamaño microscópico: “Al observarla en el laboratorio, tiene una forma parecida a una cápsula de medicamento”, cuenta Trilla.
Ahora bien, la Klebsiella puede terminar produciendo infecciones en determinadas personas. En este sentido, Trilla señala cuatro vías de contagio, todas por contacto: “Puedes infectarte con bacterias de tu propio cuerpo, en el momento de nacer por transmisión placentaria de la madre al hijo, por una contaminación en el hospital o porque la Klebsiella puede sobrevivir en el ambiente unas horas, por ejemplo en muebles o vasos”. El nombre de Klebsiella se lo dio el el microbiólogo alemán que la descubrió: Edwin Klebs (1834-1913).
¿Cómo se contagia?
Como avanzaba el doctor, “de vez en cuando, esta bacteria puede provocar una enfermedad infecciosa en algunos pacientes”, especialmente en aquellas personas que tienen las defensas bajas. “Los immunodeprimidos”, como se llaman en términos médicos. Trilla cita el caso de los bebés prematuros, pero también habla de los pacientes que están haciendo quimioterapia, de los diabéticos y las personas que tienen insuficiencia renal o que están intubadas porque han padecido un accidente de grandes dimensiones.
¿El escenario más frecuente de este contagio? El hospital. “Los immunideprimidos pueden coger infecciones de Klebsiella en la calle, pero la mayoría de las veces se produce en los entornos hospitalarios porque la experiencia nos dice que si las bacterias conviven con el uso de antibióticos es más probable que se hagan resistentes”.
Las consecuencias más habituales de este contagio son infecciones de pulmón, de intestino, en las vías urinarias o en heridas. Pero también hay casos de infecciones generalizadas o sepsis, que son más graves.
¿Puede producir la muerte?
La mortalidad en los pacientes afectados de Klebsiella “no es muy alta”. La mayoría de casos se tratan con antibióticos y los enfermos se curan. Ahora bien, la recuperación depende mucho de la “resistencia del paciente”. De manera que cuanto más débil sea su organismo, más probabilidades tendrá de no salir adelante. “La infecciones por Klebsiella son muy frecuentes en los hospitales y la mayoría se superan con antibióticos, pero cada año hay gente que muere, y los bebés prematuros son uno de los grupos que corren un riesgo más alto”, sentencia Trilla.
¿Cómo nos podemos proteger?
La higiene de las manos influye mucho en el contagio de esta bacteria. En este sentido, explica Trilla que los hospitales siguen muchas indicaciones diarias y dedican otros tantos esfuerzos a la formación de sus profesionales para intentar reducir la frecuencia de infecciones de este tipo. Habla de protocolos de limpieza para colocar sondas y catéteres, de listas de comprobaciones “exhaustivas”. “A pesar de ello, aun intentando hacerlo lo mejor posible, ningún hospital del mundo se salva de las infecciones asociadas a su asistencia”, reconoce el especialista.
En caso de que se detecte una infección, los hospitales–como ha sucedido en el caso de los bebés prematuros de Barcelona y Girona– también actúan: se extrema la higiene y se aísla a los pacientes que tienen la Klebsiella para evitar que se transmita a otros.
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