Un avión comercial Airbus A320 de la compañía EgyptAir con 62 personas a bordo ha sido secuestrado este martes cuando cubría la ruta entre El Cairo y Alejandría y ha sido obligado a aterrizar en el aeropuerto de Lárnaca, en Chipre. Unas cinco horas después del suceso, el secuestrador, identificado por el Gobierno de Chipre como Seif Eldin Mustafa, ha sido detenido por las fuerzas de seguridad, según ha informado el portavoz del Gobierno chipriota, Nikos Christodoulides, que ha anunciado el fin del secuestro.

Tras aterrizar el avión y negociar con el secuestrador, todos los pasajeros han sido liberados, la mayoría en un primer grupo y los demás poco a poco, durante las horas que ha durado el suceso. Según muestran las imágenes de la televisión chipriota CyBC, el secuestrador ha salido con las manos en alto de la aeronave. Según un comunicado del Ministerio de Aviación Civil, entre los pasajeros del avión había, además de egipcios, 8 estadounidenses, 4 holandeses, 4 británicos, 2 belgas, un francés, un sirio y un italiano. Las autoridades han confirmado que todos se encuentran bien.

Aunque el Gobierno de Chipre descartó pronto que se tratara de un acto terrorista, su móvil permanece incierto hasta el momento, según dijo tras la liberación el primer ministro egipcio, Sherif Ismail. "En algunos momentos pedía hablar con representantes de la Unión Europea y en otros volar hacia otro aeropuerto", dijo Ismail, que confirmó que el secuestrador es de nacionalidad egipcia.

Al principio tan solo se informó de que exigía entregar una carta a su exesposa, una chipriota de 50 años que vive cerca de Lárnaca y que posteriormente acudió hasta allí a petición de la policía.  El secuestrador llegó a entregar la carta de cuatro páginas a las autoridades para que se la hicieran llegar a su mujer. Sin embargo, horas después la policía confirmó que además exigía la puesta en libertad de varias mujeres encarceladas en Egipto, vinculando el secuestro a motivos políticos.

El director general del ministerio de Asuntos Exteriores Aléxandros Zinon describió a Mustafá como una persona "psicológicamente inestable" y señaló que la policía había buscado una solución negociada al secuestro.

El Ministerio de Aviación de Egipto y la compañía EgyptAir informaron de que el piloto se vio obligado a tomar tierra en el aeropuerto chipriota después de que el hombre que secuestró la aeronave le dijera que portaba un cinturón de explosivos. Los pilotos actuaron en consecuencia al no poder comprobar si era cierta o no la presencia de los explosivos, algo que el ministro egipcio de Aviación Civil indicó que todavía no se ha podido determinar.

"Hay que esperar al fin de las investigaciones para saber cómo subió ese pasajero al avión con ese material", agregó Atiya, que tampoco quiso confirmar la identidad del secuestrador por "razones de seguridad".

En un principio, varios medios egipcios identificaron al secuestrador como Ibrahim Samaha, un profesor de Veterinaria de Alejandría de nacionalidad egipcia que ocupaba el asiento K38 del avión. Sin embargo, El portavoz del Consejo de Ministros egipcio, Hosam al Qawish, ha desmentido esta información y ha pedido disculpas por haber vinculado erróneamente a Samaha con el secuestro del avión. Por su parte, el vicedecano de la Universidad de Alejandría ha dicho que Samaha es un pasajero pero no el secuestrador, y ha asegurado que ha podido hablar con él por teléfono.

El avión, un Airbus 320, despegó a 06.30 hora local (04.30 GMT) del aeropuerto de Alejandría y veinte minutos después el comandante, Omar Yamal, comunicó la emergencia. El A320 aterrizó en Larnaca a las 07.50 hora local (05.50), precisó el ministro de Aviación Civil.

Las autoridades chipriotas convocaron una reunión de emergencia en el aeródromo, con altos cargos de la Aviación Civil y altos mandos de la Policía. 

En los últimos 40 años, la aerolínea EgyptAir ha sufrido 8 secuestros en los últimos, según indica el portal especializado Aviation Safety que realiza seguimientos de incidentes de aviación. 

El secuestro más grave se registró en 1985 durante un vuelo entre Atenas y El Cairo en el que el avión se desvió hasta Malta y tuvo como resultado 60 muertos, la mayoría provocados por un incendio en el avión debido al lanzamiento de granadas en una lucha entre las fuerzas de seguridad y los secuestradores.