Los animalistas critican el corto de Campofrío y piden que abra las puertas de los mataderos al público
El anuncio navideño de la empresa cárnica habla sobre fake news y verdades, lo cual ha sido calificado por los colectivos animalistas como una contradicción, debido a la opacidad de la industria en cuanto a bienestar animal.
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madrid,
“La verdad, aunque duela, es lo único que importa”. Esta es la conclusión del último anuncio de navidad de Campofrío, en el que aparecen multitud de actores y cómicos de prestigio. La empresa cárnica ha decidido poner el foco en las fake news y la desinformación, lo cual no ha sentado demasiado bien entre los colectivos animalistas, que ven claras contradicciones en la campaña publicitaria, en tanto que la industria cárnica destaca por la opacidad de sus actividades en materia de bienestar animal.
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Cada año, Campofrío busca tratar un tema social a través de un corto mediático que destaca, más que por la calidad, por la cantidad de cameos que recoge. Si el año pasado el tema central de la campaña trataba sobre “los ofendidos”, esta vez la empresa ha querido poner el foco en la desinformación con un spot protagonizado por el actor Javier Gutiérrez. Entre las frases que despliega el guión –a primera vista, sin relación con el producto cárnico que vende la marca–, destaca la que cierra el anuncio: “Disfrutar de las cosas de verdad. Y es que lo fake para un ratito bien, pero la verdad, aunque duela, es lo único que importa”.
Para los defensores de los derechos de los animales esta frase refleja una gran incoherencia con las prácticas reales de toda empresa dedicada a la explotación animal. “Pocas cosas son más fake que la propaganda de la industria ganadera. En sus granjas y mataderos, blindadas a los ojos del público, las empresas cárnicas como Campofrío perpetran una violencia sistemática contra millones de animales”, expone a Público Aitor Garmendia, periodista que ha documentado la crueldad del sector. “He estado en muchas granjas y mataderos de cerdos, y he comprobado y retratado lo que padecen los animales allí. La industria miente. Campofrío también. El bienestar animal es un gran fake”, añade.
"La industria miente, Campofrío también. El bienestar animal es un gran fake"
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Desde Igualdad Animal, fundación que consiguió documentar en un episodio de Salvados la violencia contra los animales en un matadero que suministraba carne a El Pozo, han lanzado una campaña paralela al anuncio y han reclamado a Campofrío que abra las puertas de sus mataderos para que activistas y periodistas puedan grabar y documentar cómo es el modelo de negocio de esta industria intensiva. “Resulta llamativo que nunca hayan mostrado el sacrificio de los animales en sus anuncios y publicidad”, argumenta Silvia Barquero, directora de la organización animalista.
"La sensibilidad social es cambiante a lo largo de los años y la industria cárnica ha de adaptarse a las nuevas expectativas sociales que demanda el consumidor. El mensaje navideño de desprestigio de Campofrío se sucede en un marco de gran cuestionamiento de la industria cárnica, por cuestiones de salud, bienestar animal y cambio climático, sin embargo no entendemos que el afán de dicha campaña se base en confundir al consumidor para obtener mayor repercusión", expone a Público Guillermo Moreno, director de Equalia, una organización animalista cuyo trabajo se focaliza en denunciar, precisamente, la opacidad de los mataderos.
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"Como 'la verdad, aunque duela, es lo único que importa' lo cierto es que el 10% de los españoles ha reducido drásticamente el consumo de carne, es decir, casi 4 millones de personas, y las expectativas indican una dirección de consumo hacia una alimentación más saludable y vegetal", agrega.
Durante el último año se sacrificaron en España más de 52 millones de cerdos, según las estadísticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la mayoría de ellos en instalaciones de la industria ganadera intensiva. Desde Igualdad Animal señalan que la magnitud del problema de producción va más allá de las cuestiones relacionadas con el maltrato animal y la opacidad de los mataderos, ya que este modelo cárnico es también "un grave perjuicio medioambiental".
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Esto se debe a cómo la ingente cantidad de purines –mezcla de orines y heces– termina contaminando los acuíferos y provocando problemas para la salud de la población, pero también a la magnitud de las emisiones del sector, que desde 1990 aumentaron un 10%, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica.