Anabel Montes, sobre el naufragio en Grecia: "Quedarse mirando nunca puede ser una opción para los guardacostas"
La ex responsable de búsqueda y rescate de migrantes de MSF capitaneó con éxito hace tres meses una operación de similares condiciones al de la tragedia en aguas del Jónico, que terminó con 78 muertos y cientos de desaparecidos.
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madrid,
"Jamás es fácil y nunca se puede dar nada por sentado, pero quedarse mirando nunca puede ser una opción para unos guardacostas profesionales". Anabel Montes se muestra tajante ante las confusas informaciones sobre el papel de la Guardia Costera griega durante el naufragio del pasado miércoles en aguas del mar Jónico.
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Son 78 muertos recuperados, aunque se teme que haya centenares en el fondo del Mediterráneo. Hay informaciones que apuntan a que viajaban 750 personas, incluyendo mujeres y niños, en el pesquero naufragado bajo la atenta mirada de los guardacostas, que solo lanzaron la operación de rescate cuando el buque zozobró ante ellos de madrugada.
Montes, ex responsable de búsqueda y rescate de migrantes de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo, con más de ocho años de experiencia en este tipo de operaciones, cuestiona en declaraciones a Público la labor de los guardacostas durante el operativo. "No me atrevo a decir si es falta de profesionalidad o que se han visto sobrepasados a la hora de rescatar a un barco de esas características", asegura.
Hasta ahora, los guardacostas habían dicho que no intervinieron porque los migrantes habían rechazado la asistencia para seguir en ruta hacia Italia. Algo que ha sido criticado por las Naciones Unidas y numerosas ONG, ya que era evidente el peligro de una embarcación tan sobrecargada.
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Después, varios testimonios de los supervivientes apuntan a que la Guardia Costera intentó remolcar el sobrecargado pesquero. Un portavoz heleno lo niega, pero han acabado reconociendo un detalle del que no habían informado hasta ahora: una embarcación de la Guardia Costera lanzó una cuerda al buque en apuros tres horas antes de que naufragara. Sin embargo, tras unos minutos de disputa entre los migrantes, el cabo se soltó y los guardacostas se alejaron para seguir vigilando de cerca la situación. Poco después, según los guardacostas, el barco empezó a balancearse bruscamente hasta que volcó y se hundió en apenas 15 minutos. Solo entonces activaron el rescate.
"Extrema peligrosidad"
Para Montes, una acción así es "de extrema peligrosidad" ante un "barco sobrecargado, más aún de las características de este". Según esta experimentada rescatista, "cada maniobra tiene que ser medida y hay que estar en constante alerta por lo que pueda pasar".
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Según esta experta, sería una "barbaridad" si los guardacostas griegos hubieran intentado remolcar al pesquero de alguna forma. "Técnicamente puede ser posible", dice, pero es demasiado arriesgado y hay demasiadas vidas en juego.
"Alejarse después de esa maniobra y quedarse observando es algo terrible"
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Lo que más sorprende a Montes es que los guardacostas se alejaran tras haber lanzado un cabo a los migrantes. "Acercarse, lanzar un cabo e irse, además de aumentar la desesperación de las personas a bordo, incrementa la inestabilidad", explica. "Por muy estable que sea un pesquero, el simple hecho de que se acerque una embarcación afecta fácilmente para que las personas a bordo se muevan hacia esa banda. Eso hace que todo ese peso desestabilice un barco ya de por sí inestable", apunta.
"Pero sobre todo, alejarse una vez se ha hecho esta maniobra y quedarse observando es terrible", continúa la exrescatista.
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En su opinión, es más recomendable aproximarse al barco en apuros mediante lanchas pequeñas "para valorar la situación de forma constante", en lugar de abordar con una patrullera de gran envergadura. "Cuanto más grande es la embarcación que se acerca a la que está en peligro, más posibilidades hay de que la gente quiera acercarse a ese mismo lado" y desequilibre el barco.
11 horas de rescate exitoso
Montes y la tripulación del Geo Barents, de Médicos Sin Fronteras, llevaron a cabo una operación de rescate muy similar a la que el miércoles acabó en tragedia. Fue en marzo, duró once largas horas, pero lograron rescatar a los 440 migrantes que iban a bordo de un pesquero que también dejó de moverse, iba sobrecargado y además atravesó una fuerte tormenta.
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"Las ONG somos blanco de críticas pero hemos sido capaces de hacer rescates de esa magnitud"
Es cierto que las condiciones meteorológicas impidieron el rescate durante un largo tiempo, pero el Geo Barents se mantuvo siempre cerca escoltando al pesquero hasta que se quedó sin combustible. A pesar de la mala mar, decidieron descender con lanchas rápidas, lanzar chalecos salvavidas a todos los migrantes y transferirlos poco a poco hasta el buque de rescate.
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Ninguna decisión similar se tomó por parte de la Guardia Costera griega, blanco de críticas de numerosas organizaciones de derechos humanos por sus operaciones de devolución y abandono de migrantes en alta mar para impedir que lleguen a territorio griego.
"Las ONG seremos blanco de críticas, pero hemos sido capaces de hacer rescates de esa magnitud gracias a la experiencia y a anteponer el rescate" sobre otras medidas, prosigue Montes. Según ella, los rescates de las ONG simplemente siguen el manual internacional de búsqueda y salvamento aeronáutico y marítimo (IAMSAR), publicado conjuntamente por dos agencias de las Naciones Unidas: la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y la Organización Marítima Internacional (OMI).
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Precisamente, otras dos agencias de la ONU han pedido una vez más que haya un protocolo conjunto en Europa ante los rescates en el Mediterráneo. Van al menos 27.000 migrantes fallecidos o desaparecidos en estas aguas desde 2014. La solución todavía se hace esperar.