Almeida ordena cerrar el emblema de la solidaridad del barrio de Malasaña: "Su apuesta es la gestión privada"
El acalde de Madrid ha mandado desalojar el centro social que alberga la despensa solidaria, cuyos voluntarios ayudan a 45 familias con niños al cargo. Es su último paso en la cruzada que mantiene contra los movimientos sociales.
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MADRID, Actualizado:
"Una campaña de acoso y derribo". Así es como definen las asociaciones vecinales de Madrid la política de su alcalde, José Luis Martínez-Almeida, contra los centros sociales y espacios de participación ciudadana que dan vida a los barrios y distritos de la capital. Esta vez el local afectado es la Casa del Cura, cuyo cierre está previsto para dentro de dos semanas. En buena parte de los casos se trata de edificios que han sido rehabilitados por los propios vecinos, que trabajan diariamente para ayudar a las familias más vulnerables y ofrecer alternativas culturales, didácticas y de ocio que no bailan al son del modelo capitalista.
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La cruzada del Partido Popular contra los locales autogestionados por la ciudadanía viene de lejos. Con Manuela Carmena en Cibeles, la implicación vecinal y la cogobernanza alcanzaron unas cotas nunca vistas. ¿El objetivo? Escuchar las propuestas de los madrileños y dinamizar el funcionamiento de la ciudad. Tras la primavera de 2019, todo cambió. Al actual equipo de Gobierno no le gustan estos movimientos y sus cabecillas defienden justo lo contrario. "Desde que Almeida llegó al Ayuntamiento ha intentado reducir al máximo la capacidad de concentración y participación de los colectivos vecinales. Todo lo que defiende pasa por la gestión privada", asegura el representante de uno de los grupos afectados.
La última víctima de esta escabechina es la Casa del Cura, un espacio cedido por concurso público al proyecto Haciendo Barrio en 2019, antes de las últimas elecciones municipales. La Asociación de Vecinos de Malasaña es quien está detrás de la iniciativa, cuyas instalaciones se ubican en la Plaza del Dos de Mayo. Entre otros colectivos, la sede alberga un coro, varias compañías teatrales, un grupo de consumo y la despensa solidaria del barrio, que reparte alimentos cada mes a más de 45 familias con niños, niñas y bebés a su cargo. La adjudicación se licitó por un período de cuatro años que finalizan el próximo 16 de marzo, fecha en la que Almeida, después de varios intentos frustrados, recuperará el control del edificio.
En casi cuatro años de mandato, el alcalde ha desalojado una decena de lugares de encuentro y apoyo vecinal en el centro de Madrid. Con la Casa del Cura, al existir una concesión de por medio, lo tuvo más difícil. "En 2020 el Ayuntamiento intentó cambiar la cerradura del edificio. A partir de ahí comenzó una persecución que, previsiblemente, terminará dentro de dos semanas", apunta el portavoz de la despensa solidaria, que hace referencia al abanico de denuncias que el Consistorio desplegó en su contra. La última, que la Justicia terminó anulando, data de 2021: un proceso en el que, desde el Ejecutivo local, pedían suspender el contrato público a la asociación vecinal que lo portaba.
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"En plena pandemia nos decían que querían cerrar el edificio para transferirlo a los servicios sociales dada la alta emergencia social del momento. Emergencia que nosotros, desde la despensa, trabajábamos por cubrir", relatan desde el organismo. "Ahora lo que nos ofrecen es aplicar en la Casa del Cura el modelo cultural del Casino de la Reina (Lavapiés), es decir, un espacio de gestión privada que en principio deja fuera las actividades más delicadas, que son la despensa y el grupo de consumo", añade Dolores Torres, presidenta de la Asociación de Vecinos de Malasaña, que trabaja porque se mantengan todas las diligencias. Las familias que se benefician de estos servicios han mostrado a los voluntarios su preocupación y los distintos agentes implicados debatirán en su próxima asamblea los pasos a seguir.
"Lo que no queremos bajo ningún concepto es que, como ha ocurrido con otros lugares, la Casa del Cura desaparezca", defiende la líder de los vecinos del distrito. Por eso, desde el colectivo piden "una transición responsable" que vele por la implementación de todos los servicios que ofrece el espacio en el nuevo modelo de gestión. "A nivel legal no tenemos ninguna esperanza, por eso, aunque no estemos de acuerdo con la administración privada, priorizamos buscar una solución que dé continuidad al proyecto", exponen a Público fuentes de la despensa solidaria.
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Una gestión "accidentada" por la actitud del alcalde
"El modelo de la autogestión no es el nuestro". Esta es la frase que más han repetido los representantes de la Alcaldía de Madrid durante estos cuatro años al volante de la ciudad. La animadversión que ha mostrado el equipo de Almeida hacia los espacios de participación ciudadana ha conseguido que los promotores de la Casa del Cura hayan tirado la toalla sin tratar de renovar la concesión que les endosa el espacio. "Ha sido una gestión accidentada, con muchos ataques. No somos partidarios de la privatización, pero mejor eso que nada", lamenta Dolores Torres, presidenta de la Asociación de Vecinos de Malasaña. Una tónica con la que coinciden todas las voces consultadas, que denuncian las maniobras del PP local para "evitar cualquier resquicio de unión" y amordazar a los vecinos.