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Último adiós a la "valiente Andrea"

La niña víctima de una enfermedad rara desde que era bebé  que ha reabierto el debate sobre la "muerte digna" tras la batalla impulsada por sus padres Antonio y Estela, es enterrada en A Coruña

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Los padres de la niña Andrea Lago, Estela Ordoñez y Antonio Lago, abandonan el cementerio de Santa Cristina de Barro en la localidad coruñesa de Noia, donde ha sido enterrada la pequeña. EFE/Xoán Rey

NOIA (A Coruña).- Andrea nunca caminó, jamás habló y tampoco pudo hacer amistad con niños, pero esta menor, víctima de una enfermedad rara desde que era bebé, ha reabierto el debate sobre la "muerte digna" tras la batalla impulsada por sus padres Antonio y Estela, que este sábado han dado el último adiós a su "valiente princesita".

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Antonio y Estela se han sentido muy respetados en todo momento y de su lucha dicen que en realidad "el coraje" que les ha movido era el de Andrea, una cría de la que sabían interpretar el lenguaje no verbal, los gestos que ella hacía, sus "rictus" y las expresiones de incomodidad o de alegría, las primeras, porque torcía su "carita de porcelana" y, las segundas por algo muy fácil, exclamaba una especie de "ahhhhhhhhh".

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Panteón en el cementerio de Santa Cristina de Barro en la localidad coruñesa de Noia, donde ha sido enterrada la pequeña Andrea, la niña de 12 años con una enfermedad rara e irreversible para la que sus padres pedían una muerte digna. EFE/Xoán Rey

Estela, también conocida como Tess, y su marido Antonio, al que en su círculo llaman Tono, tienen palabras de agradecimiento para el magistrado Roberto Soto, que entendió de este caso; así como para el pediatra Antonio Justicia, que desempeña su trabajo en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) en el que ha estado ingresada Andrea, y que, fiel a su propio apellido, "hizo justicia".

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