Acoso escolar Amnistía exige al próximo Gobierno que priorice la lucha contra "el problema invisible" del acoso escolar
La organización ha elaborado un informe en el que denuncia la invisibilidad del acoso, la insuficiencia de las medidas adoptadas hasta ahora y recomienda un nuevo sistema de denuncias, desarrollar programas de apoyo entre iguales y mejorar la formación del personal docente y de las familias.
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MADRID,
Amnistía Internacional ha denunciado que miles de casos de acoso escolar permanecen ocultos en España y que las medidas que se han implantado hasta ahora son insuficientes para detectar y atajar esta lacra, que se trata de una "vulneración de los Derechos Humanos" y que "afecta a miles de niños y niñas y adolescentes y sus familias".
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El director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, ha considerado que "el combate contra el acoso escolar debe ser una prioridad para el nuevo Gobierno que se constituya" durante la rueda de prensa en la que ha presentado los resultados del estudio 'Hacer la vista... ¡gorda!: El acoso escolar en España, un asunto de Derechos Humanos'.
El informe es fruto de una investigación documental y sobre el terreno realizada entre octubre de 2017 y diciembre de 2018, centrándose en Galicia y Extremadura por ser dos de las regiones desde las que el servicio de atención telefónica del Ministerio de Educación (900018018) recibió menos llamadas durante el primer año de funcionamiento. En el informe se han entrevistado a 125 personas, entre ellos 53 adolescentes, 26 docentes y 17 personas del ámbito académico y de la investigación.
Esteban Beltrán: "Sólo se ve la punta del iceberg de miles de casos de acoso escolar que no se registran oficialmente"
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Durante su intervención, Beltrán ha explicado que la primera conclusión de este informe es que el acoso escolar es "invisible". "Sólo se ve la punta del iceberg de miles de casos que no se registran oficialmente, ya sea como resultado de errores en la recogida de los datos por parte de la administración, por la falta de formación del profesorado y de padres y madres que lo identifiquen", ha manifestado.
En este sentido, el director de Amnistía ha asegurado que el acoso escolar "no se combate adecuadamente porque las medidas que hay para detectarlo no están funcionando". Beltrán ha insistido en que los datos son "muy diferentes" dependiendo de quien los ofrezca, y "no reflejan la realidad del sufrimiento y del padecimiento de muchos niños y niñas en España".
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Un sistema de denuncia efectivo
Por eso, Amnistía Internacional considera que es necesario implementar un sistema de denuncias complementario al actual, un mecanismo que utilicen habitualmente los adolescentes y que sea anónimo. Además, ha denunciado que el Plan Estratégico vigente no se ha implementado en su integridad y que el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar no existe de facto, ya que se reunió por última vez en el año 2011.
"El acoso escolar es un problema de Derechos Humanos", ha recalcado Esteban Beltrán, quien ha añadido que afecta "a miles de personas". Y ha destacado que el acoso "merma el autoestima de las víctimas que lo sufren, su salud, su rendimiento educativo y su derecho a crecer felices y sin miedo". Además, "aumenta el riesgo de absentismo y abandono escolar temprano".
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Ante el sentimiento de "indefensión" y de "ignorancia" que sienten las víctimas y los familiares, Beltrán considera que su protección es "una obligación para las autoridades". Para concienciar sobre este problema, Amnistía ha iniciado una campaña bajo el título "Pupitres libres de acoso escolar", incidiendo en que "las familias y el profesorado son parte fundamental de la solución del problema".
El autor del informe, Koldo Casla, ha remarcado que existe un salto importante entre los porcentajes de acoso escolar que aportan las diferentes inspecciones educativas y los diferentes estudios de investigación. En 2017/18, la inspección educativa de Extremadura documentó 188 casos, la de Madrid 83 y la de Aragón 63, es decir, un 0,27%, un 0,3% y un 0,1% del alumnado en edad escolar. Sin embargo, esa cifra llega hasta el 4 o 6% en informes como el de Organización Mundial de la Salud o los del Defensor del Pueblo.
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Koldo Casla: "Los protocolos en la práctica no están funcionando en casos de acoso psicológico y con conductas como el machismo, racismo o clasismo"
Amnistía ha identificado cuatro problemas fundamentales de derechos humanos que provocan ese salto en las cifras. "En primer lugar es una cuestión de seguimiento. Existen protocolos en todas las CCAA muy parecidos. Pero estos protocolos no son promovidos y muchas veces no son conocidos. Los protocolos en la práctica no están funcionando en casos de acoso psicológico y con conductas como el machismo, racismo o clasismo, que son problemas sociales que se manifiestan en las aulas", ha asegurado Casla. Precisamente, ha añadido, esas formas sutiles de acoso, incluido el acoso a través del Whataspp o las redes sociales, no son identificadas por los padres y profesores y por eso están infrarepresentadas en los informes oficiales.
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Para entender la invisibilidad del acoso escolar, cabe destacar que de las 25.366 llamadas que recibió el servicio de atención telefónica del Ministerio de Educación en su primer año de funcionamiento, 7.508 fueron identificadas como posibles casos de acoso escolar y sólo se informó a la inspección educativa de 278. Es decir, el 96% de posibles casos de acoso no fueron trasladados a la inspección. Por eso, Amnistía pide a los Departamentos de Educación de las comunidades autónomas, incluidos los servicios de inspección, que aborden todos los casos sin dilación.
En segundo lugar, Casla ha advertido de que los datos de las víctimas no están desagregados. "Como mucho se documental la edad y el sexo pero el resto de factores de riesgo como orientación sexual o lugar de procedencia no están documentados". La tercera cuestión, ha destacado, es formación. "Los protocolos parten de la idea de que los profesores van a estar en la primera linea de la denuncia pero los cursos de formación no son obligatorios y los docentes no siempre los encuentran útiles para identificar posibles casos de acoso".
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Amnistía insiste en desarrollar programas de apoyo entre iguales obligatorios en todos los centros educativos
Y la cuarta cuestión, para Casla, es la confianza en los propios alumnos. Por eso, la organización insiste en desarrollar programas de apoyo entre iguales obligatorios en todos los centros educativos. Es decir, se trataría de implantar la figura del alumno mediador, debidamente seleccionado y formado para que se impliquen en tareas de detección y atención de los conflictos en el centro. "La mediación no debe ser una opción, si no una obligación educativa", ha resumido Paula Orbán, una alumna que ha explicado la implantación de este sistema de mediación en su centro educativo de Galicia.
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El informe también detalla experiencias de acoso por parte de víctimas, que verbalizan el sufrimiento vivido durante años. "Los chicos me insultaban sobre todo llamándome fea y guarra. El grupo de niñas tenía una jefa y todas las demás la seguían como borregas, Si una de ellas se atrevía a hablarme, sufría las consecuencias y era excluida. El acoso era en clase y en el patio. Tenía que estar todo el tiempo sola. El rechazo era la sensación principal. Sentía que no caía bien a nadie y que era la única culpable por no querer encajar así", asegura una adolescente que sufrió acoso en Badajoz.
Por su parte, el padre de una víctima de acoso en Cáceres relata: "A mi hija le encantaba el colegio. Pero el acoso escolar la sumió en la melancolía. Estaba triste y ansiosa. Perdió el apetito y peso. Sus notas bajaron muy deprisa. No tenía autoestima. Yo me culpaba a mí mismo. Me partía el corazón salir de casa cuando la oía llorar en la otra habitación por la noche".
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También se reflejan testimonios de profesionales de la docencia que muestran la ignorancia y la permisividad que todavía existen con este problema. "Si os dicen que el acoso escolar no existe es porque no conocen la verdad o porque la están ocultando. Yo trato de hacer lo contrario", relata Pura Prado, directora de un centro escolar en A Coruña. O como asegura Fernando González, profesor en Cáceres: "Si alguien no ve el problema es porque no está suficientemente implicado o porque prefiere no verlo".