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El absurdo laberinto burocrático que puede convertir a una estudiante kurda en una sin papeles

Esperanzada con la revolución en Rojava

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Amina Hussein, la joven kurda de Siria que huyó del país en 2006, y que ahora se puede convertir en una sin papeles por culpa de un laberinto burocrático

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BARCELONA.- Vive en Barcelona desde hace 10 años, estudia tercer curso de periodismo en la Universitat Pompeu Fabra (UPF), trabaja fundamentalmente como traductora y se ha visto atrapada en un callejón sin salida burocrático que la puede convertir en una sin papeles. A grandes rasgos, este es el resumen de la surrealista situación en la que se ha visto atrapada Amina Hussein, una joven kurda de Siria que huyó del país en 2006. En ese momento era una más de los 300.000 kurdos a los que el régimen de Bashar al Asad negaba la nacionalidad siriana y llegó a la capital catalana con un sólo documento: la partida de nacimiento.

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El muro burocrático con el que ha chocado Amina arrancó con la tramitación de la renovación en la Delegación del gobierno español en Catalunya. Según detalla a Público, una funcionaria del área de Inmigración le solicitó un “certificado de estado civil emitido por la autoridad competente del país de origen, debidamente legalizada y en su caso traducido”. O, lo que es lo mismo, le pidieron un documento emitido por el régimen de Al Asad y legalizado por la embajada española en Siria. ¿Problemas? Amina, de 30 años, lleva una década sin poder entrar en Siria y la embajada española en Damasco está cerrada desde 2012. Ante la imposibilidad de obtener el documento, la funcionaria le pidió que acreditara que en Siria hay una guerra, lo que llevó a Amina a adjuntar una carta y pruebas -básicamente artículos de prensa- sobre la existencia del conflicto bélico.

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Sin derechos para los kurdos

La historia de Amina Hussein empieza en Qamishli, la principal ciudad del cantón de al Jazira, uno de los tres que forman Rojava, el Kurdistan sirio. Con su familia residía en un pequeño pueblo de apenas 50 casas y recuerda que durante su infancia “no podíamos hablar en kurdo en la escuela, donde todas las clases eran en árabe” y su lengua estaba perseguida. “Provengo de una familia pobre y fue la primera chica de mi pueblo que se pudo sacar el bachillerato, pero como no teníamos la nacionalidad no podía seguir estudiando, no podía ir a la universidad”, recuerda. En aquella época, su intención era estudiar derecho “porque no teníamos derechos”, aunque ya en Catalunya se decantó por el periodismo, con el objetivo, entre otras cosas, de “explicar mi historia”.

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Esperanzada con la revolución en Rojava

En los últimos 10 años, apenas ha podido reunirse cuatro veces con sus padres en Turquía, donde la población kurda también es víctima de represión, en este caso de la administración que lidera Erdogan. Amina Hussein considera una “vergüenza total” el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía según el cuál el país otomano recibirá 6.000 millones de euros hasta 2018 a cambio de recibir a refugiados que hayan entrado en Grecia. “Turquía no es un estado seguro, está masacrando a la población civil kurda del sur del país y, además, con 6.000 millones de euros muchas refugiados podrían vivir en la UE”, expone.

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