Abogados vascos pelean contra la impunidad de las compañías aéreas
“Son todas iguales”
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BILBAO.- Si usted ha regresado de vacaciones y su maleta aún no lo ha hecho, o si aún está en un aeropuerto esperando ese avión que se retrasa y se retrasa, tranquilo: el que ríe último, ríe mejor. Un equipo de abogados vascos ha puesto en marcha una iniciativa para tratar de conseguir que las aerolíneas paguen las indemnizaciones adeudadas… en los últimos 15 años. “Mucha gente no lo sabe, pero ése es el período contemplado por la ley para presentar reclamaciones”, explica a Público Xabier Sáenz de la Maza, uno de los juristas que trabaja en este bufete bilbaíno.
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En las baldas de esta oficina ya se acumulan más de veinte demandas que han llegado a lo largo de agosto y que empezarán a tramitarse desde este 1 de septiembre. Tal como ya es tradicional, durante el período estival aumentan las incidencias en los aeropuertos. “Estamos hablando de retrasos, cancelaciones, denegaciones de embarque (el funesto “overbooking”), pérdida de maletas… –destaca el abogado-. La persona afectada nos manda la documentación, y nosotros nos encargamos de pedir a la aerolínea que pague lo que corresponde por ley”.
“Por llegar tres horas tarde a un sitio, ya te corresponde una indemnización. Y si te han cancelado un vuelo también te corresponden 600 euros”
En efecto, la normativa establece que sólo se pagarán indemnizaciones en aquellas incidencias que no se deban a “algo imprevisible y fuera de su ámbito de control”. En ese apartado entran las catástrofes naturales, pero quedan fuera las huelgas de pilotos, los overbooking o los retrasos causados por distintos motivos. Las indemnizaciones oscilan entre los 250 euros para viajes de hasta 1.500 kilómetros hasta los 600 euros para quienes tengan problemas en vuelos de más de 3.500 kilómetros. “A veces, por llegar tres horas tarde a un sitio, ya te corresponde una indemnización. Y si te han cancelado un vuelo y te han cambiado el itinerario, también te corresponden 600 euros”, subraya Sáenz de la Maza.
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“Son todas iguales”
De acuerdo a los datos que manejan en este bufete, los problemas alcanzan tanto a las compañías “low cost” como a las tradicionales. “Todas actúan igual –advierte Sáenz de la Maza-. Hemos visto alguna que paga de buena voluntad, pero es excepcional”. En cualquier caso, los actos judiciales motivados por estos asuntos suelen ser breves y sencillos (para el pasajero, claro). “El cliente sólo tiene que hacer acto de presencia –explica-. De hablar, ya nos encargamos los abogados. Como mucho, cada juicio dura una media hora”.