Yolanda Díaz desborda Sumar y promete ante miles de personas un nuevo contrato social
Alrededor de 5.000 personas acuden a la presentación del proceso de escucha de la vicepresidenta segunda. Sin dirigentes de partidos, símbolos ni banderas, Díaz promete "sumarse" si la ciudadanía así lo decide.
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madrid,
La suma de Yolanda Díaz no es de cero. La vicepresidenta segunda del Gobierno ha lanzado su proyecto este viernes en un multitudinario acto en Matadero Madrid que aglutinó a miles de personas (más de 5.000, según la organización). Hay que esperar para ver a cuánta gente es capaz de escuchar la vicepresidenta en su proceso, pero, para empezar, hay gente que la quiere escuchar a ella.
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"Podemos no llenaba así desde 2015", comentaba un simpatizante rezagado que hacía cola muy lejos del acceso al acto que protagonizaba la vicepresidenta segunda. La expectación era máxima, pero la ministra de Trabajo optó por un discurso más emocional que despertara ilusión que por revelar nuevas claves sobre su proyecto.
Dejó, eso sí, una promesa. El proceso de escucha tiene que dar como resultado un "nuevo contrato social" capaz de reconectar a la ciudadanía con la política, una refundación de los compromisos que devuelva la ilusión a la sociedad civil. "La responsabilidad de acabar con la desafección política es nuestra. Vosotros ya sois responsables con las cosas que os importan, vuestros trabajos, vuestra familia".
La vicepresidenta había pedido antes del acto a los partidos que sus principales dirigentes no acudieran el viernes a Matadero de Madrid. La consigna se siguió a rajatabla, y no estuvieron presentes líderes de Podemos, Izquierda Unida, En Comú Podem ni de ninguna formación del denominado espacio a la izquierda del PSOE.
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Tampoco se vio durante el acto ninguna bandera militante. Los símbolos del Orgullo LGTBI llenan Madrid en julio desde mucho antes de que Yolanda Díaz pensase si quiera en liderar un proyecto político que apela a grandes mayorías, y la presentación de Sumar no fue una excepción.
Semanas antes, ella mismo explicó que había elegido estas fechas para contagiarse de la ilusión del movimiento LGTBI, y la bandera que algunas instituciones madrileñas han decidido no colocar este año en sus sedes llenó el Matadero Madrid desde las siete de la tarde hasta el final del acto.
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"Lo de Yolanda"
Junto a ella en el escenario, casi una decena de representantes de la sociedad civil, desde una psicóloga en el año más duro para la salud mental de la ciudadanía, hasta un trabajador de plataformas digitales, uno de los mayores exponentes de la producción legislativa que ha dejado el Ministerio de Trabajo en esta legislatura.
Si la ilusión se mide en aforos, el proceso de escucha de Yolanda Díaz no parte de cero, aunque sigue arrastrando muchas incógnitas que la ministra de Trabajo no ha despejado.
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Se sabe que durante esta fase se crearán grupos temáticos, académicos, de activistas, y de colectivos de la sociedad civil que elaborarán una propuesta de contrato social para la próxima década que se presentará en 2023. No se sabe aún si Díaz será candidata a las próximas elecciones generales ni los siguientes pasos, aunque estarán mucho más marcados por la organicidad y los partidos políticos que el acto de Matadero.
"Lo de Yolanda", comentaba una simpatizante, "ilusiona, me gusta lo que dice y cómo lo dice, me emociona. Pero también me importa mucho qué va hacer y cómo lo va a hacer. Habrá que ir al siguiente". Sin embargo, la ministra de Trabajo ha prometido escuchar, y hubo quien temió en su equipo que este viernes no tomara la palabra en Matadero. Es probable que no lo vuelva a hacer hasta que termine el proceso de escucha.