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Yolanda Díaz da su dato más importante ante miles de personas: "Hay remontada"

Unas 6.000 personas, según la organización, han llenado el Auditorio Tierno Galván de Madrid en el último mitin de Sumar. La campaña de la izquierda termina con la promesa de una remontada impulsada por el giro de los últimos días.

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La candidata de Sumar a las elecciones generales, Yolanda Díaz, este viernes en Madrid. — Rodrigo Jiménez / EFE

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A las 18.30 de la tarde el Auditorio Tierno Galván de Madrid apenas acogía a unas 200 personas ante un sol que calentaba sin piedad. La organización de Sumar había vendido en el cartel del cierre de campaña que habría "fresquito".  A las 21.00 horas Yolanda Díaz intervenía antes unas 6.000 personas que impedían ver las gradas del auditorio; y sí, había fresquito.

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La vicepresidenta segunda ha cerrado este viernes su campaña electoral en un acto que, reconocían algunas voces del espacio, quizá hubiera sido imposible hace apenas una semana. "Giro" y "remontada" fueron las palabras más repetidas en este acto, desplazando a la "ilusión" y "esperanza" de los primeros actos.

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La esperanza es una apuesta de futuro, el último reducto del que lucha contra lo imposible. El giro es un hecho consumado, constatable. La candidata de Sumar se salió del guion y no pudo dar el dato; no pudo hacerlo porque es ilegal hacer públicas las encuestas desde el pasado lunes, pero mostró que se había quedado con las ganas.

Algunas voces apuntaban al inicio de la campaña que Sumar no estaba logrando abrirse un hueco en la cruenta batalla electoral. El PP parecía una apisonadora subida en la "ola antisanchista" que algunos señalaron como causante del 28M. La negociación para coaligar a las izquierdas fue ruidosa, dura y en algunos momentos pareció capaz de lanzar a Sumar al vuelo electoral con un ala rota.

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Con estas cartas comenzó Díaz la partida y en su primera semana optó por enterrar el ruido de la izquierda con propuestas programáticas: herencia universal, reducción de jornada laboral, dos millones de viviendas públicas... Sin embargo, aunque se logró introducir estas medidas en el debate público, no parecían capaces de movilizar por sí solas al electorado necesario para plantar batalla a la derecha.

Llegó el debate de Sánchez y Feijóo, y el desánimo se apoderó del bloque progresista. Sin embargo, la última semana de campaña ha cambiado la perspectiva; la euforia victoriosa que embriagó al líder del PP en las horas posteriores a su cara a cara con Sánchez se convirtió días después, en el análisis reposado, en una lista de mentiras y medias verdades que han perseguido a Feijóo hasta el final de su campaña. Eso y su foto con el narcotraficante Marcial Dorado, el pasado más presente del dirigente gallego.

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Yolanda Díaz, y también Pedro Sánchez, empezó a hablar de remontada y de giro, de cambio de guion, sobre todo tras su tándem desplegado en el último debate electoral, que Feijóo rechazó. El mitin de cierre de campaña fue ese estado de ánimo encarnado junto a una mezcla de la "sonrisa" que Díaz pide a sus electores en las urnas el próximo domingo (mitin político aderezado con conciertos, comida, bebida, abanicos, sombrillas de colores, y hasta una charanga con zancudos).

"Hemos marcado la diferencia en el Gobierno de España, pero queremos hacer más. Están sudando la camiseta y tienen que esconder al candidato porque no es presentable ante la sociedad", aseguró Díaz sobre los conservadores. "Las encuestas les van mal, creedme, podemos ganar. Tenemos datos, por favor, salid a votar. Aunque no se publiquen las encuestas, hay datos y están nerviosos", insistió la vicepresidenta segunda.

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"La derecha salió convencida de que iban a ganar estas elecciones y hemos cambiado el guion de la historia. No vamos a volver atrás. El domingo vamos a responder a sus mentiras y a sus insultos con una enorme sonrisa", remachó.

Díaz no pudo dar uno de los datos más importantes de su vida, las encuestas que dejan abierta la esperanza para revalidar el Gobierno de coalición progresista; pero sólo le hizo falta pronunciar la palabra remontada para que las 6.000 almas del Tierno Galván entendieran de qué hablaba. En dos días se verá si el giro de campaña entra en las urnas.

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