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Una víctima de ETA y otra del GAL, entre las personalidades que piden el fin de la dispersión de los presos

“Sin odio ni venganza”

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El portavoz de Sare y exconsejero de Justicia del Gobierno vasco, Joseba Azkarraga, con el histórico dirigente de la izquierda abertzale, Tasio Erkizia, el ex asesor del Lehendakari Ibarretxe, Gorka Espiau, el ex consejero del Gobierno Vasco, Tontxu Campos, Rosa Rodero, viuda de Joseba Goikoetxea, sargento mayor de la Ertzaintza asesinado por ETA en 1993, y Teresa Toda, momentos antes del inicio de la rueda de prensa sobre la manifestación que ha convocado el 9 de enero en Bilbao sobre los presos vascos. EFE/Iñaki Andrés

BILBAO.- Las vidas de Rosa Rodero y Edurne Brouard están marcadas por el sufrimiento. El dolor de Rodero nació un 22 de noviembre de 1993, cuando ETA mató a su marido, el sargento de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea. Brouard jamás olvidará aquel 20 de noviembre de 1984, cuando un comando del GAL acribilló a balazos a su padre, el parlamentario de Herri Batasuna (HB) Santiago Brouard. Este sábado, ambas mujeres han comparecido juntas para reclamar un cambio en la política penitenciaria del gobierno.

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La manifestación –que se celebra todos los años por estas mismas fechas- tendrá esta vez su espejo en el País Vasco francés, donde habrá una movilización simultánea en la localidad labortana de Baiona. Los actos han sido convocados por Sare y Bagoaz, dos plataformas ciudadanas que reclaman el fin de la dispersión de los presos de ETA y de otras organizaciones de la izquierda abertzale. Según datos de Etxerat –colectivo de familiares de reclusos vascos-, actualmente hay alrededor de 430 presos, de los cuales sólo cuatro están en cárceles de Euskadi. La mayoría está a más de 800 kilómetros de sus hogares.

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El portavoz de Sare y exconsejero de Justicia del Gobierno vasco, Joseba Azkarraga, y Rosa Rodero, viuda de Joseba Goikoetxea, sargento mayor de la Ertzaintza asesinado por ETA en 1993, entre otros, durante la rueda de prensa de la red ciudadana de apoyo a los derechos de los presos vascos, Sare, sobre la manifestación que ha convocado el 9 de enero en Bilbao. EFE/Iñaki Andrés

“Por ello decimos alto y claro que nos rebelamos ante quienes en nuestro nombre pretenden mantener una política penitenciaria vengativa, que vulnera los derechos de las personas presas y la de sus familiares y allegados”, destaca el texto, que también contó con la adhesión del montañero Juanito Oiarzabal, la jueza Garbiñe Biurrun y el escritor Kirmen Uribe, quienes no pudieron estar presentes en Bilbao. Entre quienes sí asistieron al acto estaban el activista por la paz Gorka Espiau; la ex responsable de Eusko Alkartasuna (EA), Begoña Errazti; el histórico dirigente abertzale Tasio Erkizia o el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad del País Vasco (UPV), Iñaki Lasagabaster. Sus nombres fueron presentados por el ex consejero de Justicia y actual portavoz de Sare, Joseba Azkarraga, y por la ex subdirectora del diario Egin, Teresa Toda.

“Sin odio ni venganza”

Todos ellos incidieron en que “más de cuatro años después de que ETA decidiese, unilateralmente, poner fin a su actividad violenta”, aún persiste “una actitud política que incide en la confrontación” y que impide “cerrar heridas” para alcanzar una sociedad “sin odio y sin venganza”. En ese contexto, sostienen que el gobierno español hace “caso omiso a la voluntad manifestada en multitud de ocasiones por una inmensa mayoría de la sociedad vasca” a favor del acercamiento de los presos abertzales. Además, denunciaron la existencia de doce presos con enfermedades muy graves que “continúan en prisión por decisiones políticas”.

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