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VENTA DE ARMAS Una empresa de armamento que recibió millonarias subvenciones enfrenta una huelga por no subir salarios

La plantilla de la compañía SAPA, ubicada en Andoain, emprenderá una serie de paros para reclamar aumentos. En enero pasado, la dirección anunció una millonaria operación en EEUU para abrir una sede en ese país.

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Uno de los sistemas de defensa antiaérea fabricados por SAPA, en una imagen publicada en su página web.

BILBAO,

El éxito empresarial no siempre es sinónimo de aumento salarial. En el municipio de Andoain (Gipuzkoa) lo están experimentando en carne propia: la empresa de productos militares SAPA, considerada una de las principales del Estado en el sector de Defensa, se niega a subir los salarios de la plantilla, tal como reclama la mayoría de la representación sindical. De ahí que a partir del próximo martes 26 y durante ocho jornadas habrá paros.

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“Tras varias reuniones fallidas, donde el Comité de SAPA Operaciones de Andoain ha tratado de negociar con la empresa la subida salarial para los años 2019 y 2020, la plantilla ha decidido mayoritariamente convocar ocho jornadas de huelga para los días 26, 27, 28 y 29 de Noviembre y 2, 3, 4 y 5 de Diciembre”, señala el sindicato ELA, mayoritario en esta compañía.

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Se avecinan así unas fechas intensas en el interior de esta empresa, ligada históricamente a la familia Aperribay. Este apellido es conocido en el mundo de la industria armamentística, y también en el ámbito futbolístico: Jokin Aperribay, directivo y uno de los principales accionistas de SAPA, es el presidente de la Real Sociedad.

Precisamente, ELA destaca en su comunicado que la familia Aperribay se mostraba “más que generosa” en las actividades deportivas, mientras que “en la empresa privada, donde tiene a su cargo más de 170 trabajadores y trabajadoras, ni tan siquiera se sienta a hablar con el Comité”.

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Los trabajadores quieren “recuperar el poder adquisitivo perdido durante la crisis” y conseguir aumentos de salario. “Esta situación no es una novedad: ya el año pasado la plantilla tuvo que convocar una huelga indefinida para poder cerrar la primera subida en años (IPC+0,8%)”, destacan desde el comité de empresa.

Protesta de trabajadores de SAPA. SINDICATO ELA

Las dificultades de los trabajadores para conseguir aumentos contrastan con los planes internacionales de esta compañía armamentística. En enero pasado, SAPA anunciaba que en otoño comenzarían las obras de su planta de producción en EEUU.

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En un texto publicado en su web, la compañía relataba que el fondo Michigan Strategic Fund había aprobado una ayuda de 2.676 millones de dólares para este proyecto. Indicaba además que su objetivo era invertir 40,1 millones de dólares, “creando en los próximos cinco años 223 nuevos puestos de trabajo en ingeniería, producción y administración”.

"Referentes" con dinero público

“SAPA es una empresa referente en la industria militar. Desarrollamos sistemas inteligentes y eficaces que dotan a los vehículos de mayor protección y alta movilidad”, destaca la empresa en el catálogo 2019-2020 de la Industria Española de Defensa, elaborado por el ministerio de Defensa. Allí subraya que su modelo “se basa en la innovación y el conocimiento para ofrecer tecnologías que aporten soluciones a la movilidad, generación de energía y protección de los vehículos”.

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El colectivo Armas Eusko Label Para la Guerra documentó hasta 47.658.050 euros en concepto de ayudas, subvenciones, préstamos, aportaciones y avales con dinero público –por parte de la Diputación de Gipuzkoa, el Gobierno Vasco y el Ejecutivo central– a SAPA entre 2008 y 2013, “el periodo más duro de la crisis económica”, destacaba en un informe.

“En un mundo de multinacionales, sobrevive sin apuros gracias a las cuantiosas ayudas que recibe de las instituciones públicas de todos los niveles y colores”, denunció. En ese contexto, fuentes sindicales señalaron que entre 2012 y 2017 los salarios estuvieron congelados.

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Señalaba además que esta empresa exporta “vehículos blindados de combate, armamento para ejércitos” o munición a países como Alemania, Arabia Saudita, Estados Unidos, Indonesia, Omán, Reino Unido y Suiza.

Asimismo, subrayaba que “el carro de combate Leopard que dispone de tecnología de SAPA fue usado en la guerra de Kosovo y Afganistán y fueron adquiridos por países como Qatar y Turquía que a su vez están implicados en la guerra contra Siria”, mientras que “el helicóptero Tigre (de apoyo y destrucción) fue usado en 2009 en la guerra contra Afganistán”.

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