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Teresa Rodríguez: "¡Déjenme cobrar menos!"

El Parlamento andaluz se enroca para evitar una reforma legal de Podemos que recorta las dietas a los diputados y les obliga a fichar por horas. El debate descarrila en un duro cruce de insultos

La portavoz del Grupo Podemos, Teresa Rodríguez, defiende ante el Pleno una propuesta de reforma del Reglamento del Parlamento.

DANIEL CELA

A la cuarta va la vencida. Después de tres rechazos en tres plenos consecutivos, este miércoles Podemos logró finalmente llevar al Parlamento andaluz este su polémica reforma del reglamento que, bajo el sobrenombre de Privilegios cero, planteaba recortar y justificar las dietas que perciben sus señorías, reducir las cesantías (indemnización que cobran tras abandonar el cargo) y obligarles a fichar por sus horas de trabajo en sede parlamentaria.

La proposición de ley generó mucha controversia (la líder de Podemos, Teresa Rodríguez, terminó gritando desde la tribuna para sobreponerse al murmullo del hemiciclo), y el debate descarriló en un encendido cruce de acusaciones sobre si los políticos andaluces trabajan mucho o poco, si cobran demasiado para lo que hacen, si sus sueldos (3.000 euros brutos más dietas) están muy por encima del salario medio andaluz (1.400 euros) y si todo esto agudiza la desafección por la política. A ningún parlamentario le gusta revisar las nóminas a la baja, ni siquiera a IU, cuya frágil situación económica pende en gran parte de los sueldos de sus cargos públicos.

De todas las Cámaras autonómicas, el Parlamento andaluz es el que menos le cuesta a sus ciudadanos: cuatro euros por cada andaluz, mientras que en el extremo superior de la tabla están los navarros, que pagan 20 euros por cabeza. Las cuentas de la Cámara andaluza representan un 0,11% del total del Presupuesto andaluz, mientras que en Navarra el porcentaje es del 0,38%. La diferencia en la asignación presupuestaria entre parlamentos autonómicos es del 30 al 40%.

Pero la reflexión de Podemos es más concreta: los 109 diputados andaluces tienen un salario base de 3.050,49 euros mensuales, al que suman unos complementos para gastos de manutención, alojamiento y desplazamientos. La formación morada ha emprendido una cruzada contra estos pluses, que no tributan ni cotizan (no tienen retenciones en el IRPF), que no vienen reflejados en sus retribuciones ni tienen que justificarse, y que alcanzan un mínimo de 800 euros al mes para todos y un máximo de 2.500 euros mensuales para unos pocos. Estas dietas, que Rodríguez tilda de “sobresueldos”, absorben un total de 144.000 euros al mes del presupuesto de la Cámara. “Ustedes hace demasiado que no salen a la calle. Hay que mirar a la gente que cobra 500 euros al mes y explicarles que nosotros recibimos 500 euros a la semana para gastos sin necesidad de justificar un euro”, gritó la gaditana desde el atril.

Un momento del Pleno del Parlamento de Andalucía.

Un momento del Pleno del Parlamento de Andalucía.

A los diputados, hablar de sus emolumentos les pone tensos, así se explica el grado de crispación que alcanzó el debate. Mientras todo el país está pendiente del atolladero secesionista en Cataluña, la propuesta de Podemos recibió una cascada de palabras gruesas: “Esto es ensuciar la política”, “es pura teatralidad”, “es populismo”, “tratan de denigrar las instituciones”, “es una desfachatez”, “es cinismo”, “busca envilecer la vida en el Parlamento”, “es una profunda hipocresía”, “ponen a los pies de los caballos a los diputados, incluido a los suyos”.

Podemos no logró remover conciencias dentro del hemiciclo, pero sí agitó los nervios en la bancada del PSOE, del PP, de Ciudadanos e incluso de IU, que al final apoyó la reforma, pese a considerarla “algo desenfocada” porque, dijo su diputado José Antonio Castro, “nos hace parecer iguales a todos los políticos”. El Parlamentó votó mayoritariamente en contra de la toma en consideración de la propuesta -ni siquiera va a estudiarse en comisión- con los votos en contra de todos los partidos, y dos abstenciones dentro de la formación morada:89 noes, 19 síes.

Es posible que el objetivo real de la formación morada fuera el debate en sí mismo -que cada partido se retratase- más allá de la reforma en sí misma. La cuantía de las dietas se decide en un acuerdo de Mesa, órgano rector de la Cámara. Para recortarlas, para ordenar que se justifique el gasto con facturas y para obligar a fichar a los diputados no hace falta reformar el reglamento del Parlamento, bastaría con un acuerdo de todos los grupos en Mesa. Pero esos acuerdos, claro, se hacen a puerta cerrada, sin cámaras ni micrófonos.

El choque más bronco del debate, como de costumbre, fue entre Podemos y PSOE, entre Rodríguez y la portavoz socialista, Ángeles Ferriz, que acusó a la gaditana de “cobrar más que la presidenta Susana Díaz, aunque ella trabaja 200 veces más que usted”. Rodríguez se mostró visiblemente indignada y le replicó con el grito: “¡Si es verdad que yo cobro mucho, aprueben nuestra propuesta y déjenme cobrar menos!”. Los socialistas encendieron los ánimos de la bandada morada al denunciar que el abaratamiento de los sueldos de los diputados haría que sólo pudiesen dedicarse a la política “los funcionarios o quienes se lo pudiera pagar, que es algo que ya propuso Dolores de Cospedal en Castilla La Mancha”.

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