Sumar llega al Gobierno con la herida abierta de Podemos
La investidura de Sánchez garantiza la entrada de Sumar en el Gobierno y la repetición de Yolanda Díaz como vicepresidenta. Podemos presiona para conseguir un ministerio en el próximo Ejecutivo.
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La investidura de Pedro Sánchez es también el renacer del Gobierno de coalición progresista. El líder del PSOE acaparó este jueves todos los focos en el Congreso de los Diputados tras obtener 179 votos a favor; pero el respaldo parlamentario no sólo sitúa a su partido como líder de un nuevo Gobierno, sino que es la llave para que Sumar participe del mismo (en base a la alianza de Sánchez con Yolanda Díaz).
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Ese fue uno de los principales objetivos electorales de la izquierda alternativa en las pasadas elecciones del 23 julio: estar en condiciones de conservar sus posibilidades de seguir formando parte del Ejecutivo. El objetivo se ha cumplido y Díaz volverá a ser, previsiblemente, vicepresidenta, y Sumar dispondrá de una serie de carteras desde las que desplegar el programa pactado con los socialistas.
En la actualidad los dirigentes de ambos partidos negocian para establecer un reparto ministerial acorde con su peso electoral. Díaz podría disponer, según fuentes conocedoras de la negociación, de un número comprendido entre tres y cinco carteras, una cifra que dependerá del número total de departamentos que establezca finalmente Pedro Sánchez.
Aunque Sumar ha logrado cumplir uno de los objetivos electorales que se había fijado, las condiciones y el contexto distan de ser los óptimos. En este proceso que se inició de cara al 23 de julio, Podemos ha protagonizado un proceso de desconexión respecto a Díaz y al espacio que lidera tan acelerado que ha llegado a cambiar la estrategia formal del partido y a forzar una consulta a su militancia para validarlo.
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La izquierda alternativa volverá a estar en el Gobierno, pero tiene una herida que, de momento, parece lejos de poder cerrarse. El acuerdo de Gobierno entre el PSOE y Sumar (al igual que sucedió con el que se rubricó con Unidas Podemos en 2020), tiene un fin muy concreto: aglutinar una base parlamentaria de 152 escaños sobre la que construir mayorías para sacar adelante una agenda legislativa.
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Sin embargo, a pesar de que Pedro Sánchez ha superado la investidura este jueves, esa base no está garantizada. Podemos ha votado a favor del líder socialista en este debate, pero lo ha hecho después de una consulta a sus inscritos en la que vinculaba este respaldo de manera exclusiva a la investidura, una auténtica declaración de intenciones de lo que algunas voces de la formación han dicho en los últimos meses: “Los cinco votos de Podemos valen lo mismo que los del PNV o los de ERC”; es decir, tendrán que negociarse en cada trámite.
Estas mismas voces de la formación morada han advertido en varias ocasiones de que una manera de garantizarse este respaldo de manera estable es la de incluir al partido en el reparto ministerial que Sánchez y Díaz anunciarán en los próximo días. Si Podemos forma parte del Gobierno, defienden, su vínculo con la hoja de ruta programática del Ejecutivo (y con el Ejecutivo en sí) será más fuerte que si su papel se reduce exclusivamente al Parlamento.
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Este jueves, la propia Belarra denunció la existencia de un “posible veto” de PSOE y Sumar hacia Podemos para que su partido no formara parte del Gobierno. En la actualidad, la formación morada tiene los mismos diputados que Izquierda Unida, cinco, y ninguna de las dos fuerzas tiene garantizada una cartera en la próxima legislatura (depende de la negociación entre Sánchez y Díaz y del posterior reparto entre Díaz y las formaciones que conforman la coalición electoral de Sumar).
Pero este no fue el único reproche de Belarra, que también decidió revelar que la dirigente gallega no le llama desde julio. “Tenemos una forma de hacer política que es muy autónoma y que tiene una capacidad de transformación real, eso al PSOE no le ha gustado nunca, al PSOE le gusta una izquierda de régimen, dócil, que lo que hace es plegarse a lo que plantea el PSOE”, aseguró la líder de Podemos en referencia a Sumar.
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La herida entre Díaz y Belarra viene de lejos, desde que la dirigente gallega comenzó a construir Sumar con su proceso de escucha, dando lugar a una reorganización de la izquierda que Podemos ha calificado de “operación” para sustituirlos como principal fuerza de espacio. Ahora, la formación morada tiene decidido fortalecerse al margen de la coalición electoral con la que concurrió en el 23J e, incluso, no descartan concurrir a las elecciones europeas en una candidatura distinta.
Para Podemos, la clave del debate público de los últimos días reside en si finalmente formarán o no parte del Gobierno de coalición, es decir, en si tendrán un ministerio. Para Sumar, el objetivo de la investidura se ha superado y ahora queda establecer un Ejecutivo que despliegue la agenda pactada con el PSOE, que dé “certezas” a la ciudadanía y confronte con una derecha que se ha volcado en las protestas callejeras.