Sumar inicia su plan para revalidar el Gobierno y Podemos se desmarca del análisis del 23J
Los de Yolanda Díaz afrontan los próximos meses con un triple objetivo: cerrar la coalición con el PSOE, asegurar una investidura y constituirse organizativamente.
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madrid,
Ni un segundo que perder. Sumar quiere que el optimismo que causó el resultado electoral del 23J, que rompió todas las previsiones demoscópicas que garantizaban un Gobierno de PP y Vox, se traduzca en acción política. Aunque se trata de un buen resultado para las izquierdas (a tenor de las expectativas en campaña), las elecciones generales han dejado dos posibles escenarios: Gobierno de coalición progresista o bloqueo.
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Ni Pedro Sánchez ni Yolanda Díaz quieren oír hablar de la segunda posibilidad, ni mucho menos de una eventual repetición electoral forzada por la situación. Por este motivo, Sumar ha decidido poner en marcha desde este mismo lunes una operación que consta de tres ejes.
El primero, y a priori más sencillo, es el de revalidar la coalición con el PSOE. Aunque se pueda dar por hecho, los de Díaz saben lo que es mantener una negociación con los socialistas, con los que no han estado de acuerdo en muchas ocasiones y con los que han mantenido profundos e intensos debates y discrepancias durante la legislatura.
El plan pasa por cerrar en el menor tiempo posible dos acuerdos: el programático y el que definirá la estructura del Ejecutivo (el reparto de carteras ministeriales). En el primer caso, Sumar aspira a que sus medidas estrella de la campaña (reducción de la jornada laboral, regulación de los alquileres y cesta de la compra asequible) se vean "ampliamente reflejadas" en un programa de gobierno rubricado por Sánchez y por Díaz.
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La herencia universal es otra de las medidas estrella de la coalición, pero el PSOE la rechazó de facto desde el principio, así que se empieza a atisbar una primera batalla por el programa. En cuanto al reparto de carteras ministeriales, en Sumar todavía no quieren entrar en detalles, pero la idea pasaría por mantener la proporcionalidad que se estableció en el acuerdo de 2019, aunque el eventual Gobierno progresista que salga del 23J tendrá, en principio, menos ministerios.
Garantizar los números para una investidura
Díaz, junto a los partidos de la coalición, designarán varios equipos negociadores agrupados por áreas para cerrar el programa de gobierno. Gente como Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales en esta legislatura y portavoz económico de Sumar, tiene experiencia negociando medidas y políticas con el PSOE (Álvarez en concreto estuvo en las negociaciones de todos los presupuestos generales del Estado).
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El segundo gran objetivo, relacionado con el primero, es el de garantizar los números para una eventual investidura de Pedro Sánchez. La relación de las fuerzas políticas que conforman Sumar (especialmente la de Podemos) con formaciones como ERC o EH Bildu es buena, y la izquierda transformadora podría volver a ser el nexo entre el PSOE y estos partidos a la hora de construir un bloque de investidura.
La principal incógnita de esta ecuación es, a día de hoy, Junts, que ya ha avanzado que no investirá a Sánchez sólo por la responsabilidad de frenar un gobierno de Partido Popular y de Vox. Sumar ha designado a Jaume Asens, dirigente de los comuns y exdiputado de Unidas Podemos en el Congreso, como el principal interlocutor con esta fuerza por "su conocimiento de la realidad política catalana, así como su buena relación con muchos de los espacios llamados a entenderse", explican desde la coalición.
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Aunque el foco esté puesto en la organización liderada por Carles Puigdemont, en Sumar avisan de que "se va a encarar una negociación con distintas fuerzas que representan distintos intereses; esto no será fácil, pero así es el diálogo".
El tercer gran objetivo es el de desplegarse organizativamente. Sumar, a día de hoy, es un proyecto de país y una herramienta electoral que logró aglutinar jurídicamente a una quincena de partidos para el 23J, pero que no se ha constituido como espacio consagrado de la izquierda transformadora.
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Belarra: "El resultado es preocupante"
Carece, por ejemplo, de órganos de debate y de resolución de conflictos en el seno de la coalición. A día de hoy existe un partido registrado con el nombre de Movimiento Sumar que tiene unos estatutos y un código ético, y que pretende servir como base orgánica de la organización que dirigirá Yolanda Díaz dentro de la coalición. Sin embargo, este partido todavía no ha celebrado una asamblea fundacional ni ha desarrollado ningún proceso para elegir a sus cargos y su hoja de ruta.
En paralelo a estos tres ejes, este mismo lunes, apenas 12 horas después de la proclamación de los resultados electorales, se ha producido la primera disonancia en el seno de la coalición; en concreto, entre Podemos y el resto de partidos.
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Tras los comicios, los 31 diputados de Sumar en el Congreso se repartirán de la siguiente forma: 10 de Movimiento Sumar; cinco de Izquierda Unida; cinco de Podemos; cinco de En Comú Podem; dos de Compromís; dos de Más País; uno de Més y uno de la Chunta Aragonesista.
Todos los partidos de la coalición coincidieron en hacer una lectura positiva de los resultados en un contexto donde las derechas aspiraban a arrasar electoralmente y donde la llamada al voto útil ponía en serio riesgo a los partidos ajenos al bipartidismo (Vox ha caído casi 20 escaños por la subida del PP).
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Todos menos Podemos. Este lunes, su secretaria general, Ione Belarra, calificó de "preocupante" el resultado, señaló la pérdida de 700.000 votos del espacio del cambio (Unidas Podemos, Más País y Compromís) con respecto a 2019 y responsabilizó de ello a una estrategia de campaña que, a su juicio, se ha basado en "invisibilizar" a su partido y en "renunciar" al feminismo.
En la coalición han evitado entrar públicamente a valorar el análisis de Belarra 12 horas después del 23J, pero algunas voces recuerdan que en el 28M "el motor Podemos" lideró las campañas de todos los territorios (salvo en algunos muy concretos), Yolanda Díaz no tuvo un papel tan activo, y las coaliciones de Podemos e IU perdieron 34 diputados autonómicos (pasando de 47 a 13) y desaparecieron de las instituciones de la Comunidad de Madrid, el País Valencià y Canarias. "Veníamos de ahí hace menos de dos meses, no se nos olvida", remachan.