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El sucesor de Sosa Wagner cree que Rosa Díez ha convertido el partido en "otro más de la casta"

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Aunque todavía no ha dado el "sí quiero" oficial, Enrique Calvet, ha dado por hecho, en una conversación con Efe, que ocupará el escaño que deja vacante Francisco Sosa Wagner en el Parlamento Europeo aunque cree que la convivencia dentro del grupo parlamentario "no va a ser fácil".

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No obstante, ha asegurado, que él hará "todo lo posible" para que la relación entre los cuatro eurodiputados de UPyD, integrados en el grupo ALDE, transcurra con normalidad "por el bien de la ciudadanía española", que ese es su objetivo y por lo que él "está en política".

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Enrique Calvet, según ha asegurado él mismo, es muy amigo de Fernando Maura, el europarlamentario que se había alineado con Sosa Wagner, y el único dirigente que le apoyó públicamente en su pulso con la dirección. A la nueva portavoz, Maite Pagazaurtundua, nombrada ayer tras la destitución de Sosa Wagner de la portavocía, sólo la conoce de la campaña electoral para las europeas y tiene un buen concepto de ella, mientras que de Beatriz Becerra, la cuarta eurodiputada de UPyD, ha preferido no opinar.

A Calvet le corresponde el escaño por orden de lista, pero asegura que insistirá en que UPyD necesita un proceso de "regeneración"Le corresponde a Calvet ocupar el asiento que deja libre Sosa Wagner tras su dimisión esta mañana ya que iba en el quinto lugar en la candidatura europea, pero eso no supondrá y, lo ha dejado meridianamente claro, que vaya a abandonar su intención de promover un Consejo Político extraordinario que permita a UPyD afrontar un proceso de "regeneración" y recuperar sus valores originales.

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Un proceso que Calvet ve urgente, ha insistido a Efe, porque cree ciegamente en el proyecto fundacional de UPyD, y el haberse apartado de esos principios, según él, puede desembocar en la desaparición de este partido que nació con vocación "revolucionaria".

También, como Sosa Wagner, dedicó descalificaciones bastante duras contra el círculo de Rosa Díez, al que responsabiliza de haber hecho de UPyD un partido "poco amable, controlador y con poca democracia interna", es decir, "otro más de la casta".

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Antes de dar el sí definitivo quiere tomarse este fin de semana para reflexionar sobre este nuevo futuro que se le abre y que, entre otras cosas, le supondrá tener que dejar su puesto en el Comité Económico y Social Europeo, un órgano auxiliar de la UE, por incompatibilidad.

En UPyD ha sido también miembro de la Oficina de Buenas Prácticas, cargo del que fue apartado en septiembre cuando decidió abanderar este movimiento interno al que asegura se han sumado un centenar de militantes, para forzar un proceso de regeneración en la formación magenta.

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