Trabajo y sindicatos se vuelcan para que Junts y PNV apoyen reducir la jornada laboral tras la espantada de la patronal
El Gobierno negocia con los partidos conservadores para allanar la llegada de la reducción de la jornada al Congreso. El diálogo social podría tumbar buena parte de las ayudas que Trabajo ofreció a la patronal para lograr su apoyo.
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madrid,
El rechazo de la patronal a la última oferta de Trabajo sobre la reducción de la jornada laboral en 2025 abre un nuevo escenario político que modifica en varios elementos la negociación. Hasta hace unas semanas la hoja de ruta del Ministerio estaba completamente volcada en lograr el apoyo de la CEOE al decreto.
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Los de Yolanda Díaz consideraban que el apoyo de los representantes de los empresarios a estas medidas no sólo era una manera de darle estabilidad de cara al futuro (los acuerdos tripartitos son, por naturaleza, más estables que los bipartitos), sino que también era prácticamente la única vía para garantizar su éxito en un Congreso de los Diputados en el que prima una mayoría de derechas.
En un escenario en el que el acuerdo llevara la firma de la patronal no sería fácil para el PP votar en contra, sobre todo tratándose de una medida que goza de un notable respaldo por parte de la ciudadanía. Antes de las vacaciones de verano, tanto el Gobierno como los sindicatos estaban convencidos de que el apoyo de la CEOE era condición de posibilidad para reducir la jornada, teniendo en cuenta la aritmética parlamentaria.
La patronal anunció la pasada semana que no respaldaría la última propuesta de un Ministerio de Trabajo que ha puesto sobre la mesa de negociación distintas fórmulas y alicientes para atraer a los empresarios al acuerdo. Sin embargo, las expectativas han cambiado.
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Hace meses que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, explora vías alternativas a la de la patronal para tratar de garantizar el éxito parlamentario del decreto. La ministra de Trabajo ha viajado a Euskadi y Catalunya para reunirse con los agentes sociales de estos territorios, y algunos de ellos son próximos a Junts y al PNV, formaciones cuyos votos podrían salvar la medida.
La posición de Junts y del PNV
Los nacionalistas vascos ya han avanzado que estarían a favor de una reducción de la jornada a 37,5 horas semanales en 2025, entre otros motivos porque en Euskadi ya está vigente y lleva tiempo operando en muchos sectores. Sin embargo, también han insistido en que sería positivo que el acuerdo contase con el apoyo de la patronal (algo que parece estar lejos de suceder después del rechazo de los empresarios a la última propuesta de Trabajo).
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La posición de Junts es una incógnita mayor. Díaz se reunió hace unos meses con Foment del Treball y con los agentes sociales catalanes, en el marco de su plan para buscar vías alternativas a la de la CEOE y el PP. Según ha podido saber Público, Trabajo negocia en la actualidad con el partido de Puigdemont, y, de momento, las conversaciones van bien.
En el diálogo social, el departamento de Díaz, CCOO y UGT se iban a reunir el pasado lunes para empezar a rematar el acuerdo, pero la agenda de emergencia por los efectos de la DANA en el País Valencià forzó la suspensión del encuentro, que todavía no tiene una nueva fecha en el calendario.
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Las ayudas a las pequeñas empresas, en el aire
Antes de que la patronal rechazara la última propuesta de Trabajo, los de Díaz se abrieron a bonificar nuevas contrataciones e, incluso, a dar ayudas directas a las pequeñas empresas para ayudarlas a transicionar hacia la jornada laboral de 37,5 horas semanales.
De hecho, el Gobierno diseñó un plan, denominado Pyme 375, para acompañar a estos pequeños negocios en cuestiones como la implementación de los medios para cumplir con el nuevo registro horario (que deberá ser interoperable por la Inspección de Trabajo).
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Cuando los de Díaz lanzaron su última propuesta ya advirtieron de que el rechazo de la patronal podría suponer el fin de estas medidas de acompañamiento y de las ayudas directas para las pequeñas empresas, ya que el acuerdo dependería en última instancia de los sindicatos. Sin embargo, el PNV es partidario de mantenerlas, y podría presionar al Gobierno para incluirlas en el decreto a cambio de su apoyo en el Congreso.
La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, medida estrella del Ministerio de Trabajo y del Ejecutivo de coalición en su conjunto, entra en una nueva fase con más incógnitas que certezas en torno a su aprobación.