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Sánchez y Rivera tildan su acuerdo de "histórico" y confían en sumar a "izquierda y derecha" 

Ambos instan al resto de partidos a apoyar el documento firmado. El líder de C's apela al "constitucionalismo" del PP; el del PSOE, al "cambio" que también quiere Podemos. 

Los líderes de PSOE y C's, Pedro Sánchez y Albert Rivera, durante el acto de firma del acuerdo. EFE/Chema Moya

PAULA DÍAZ

MADRID.- Un pacto "histórico". Así han tildado Pedro Sánchez y Albert Rivera el acuerdo "para un Gobierno reformista y de progreso" que ambos han oficializado este miércoles estampando su firma en un acto cargado de solemnidad. Además, los líderes de PSOE y Ciudadanos, respectivamente, han querido dejar la aritmética a un lado, convencidos de que podrán sumar  "a izquierda y derecha" los escaños suficientes para salir victoriosos del pleno de investidura. 

Los dos han asegurado que el documento, que incluye más de 200 medidas, es suficientemente "abierto" para que pueda ser asumido tanto por PP (dijo Rivera) como por Podemos (dijo Sánchez), aunque ambas opciones parezcan hoy bastante lejanas. Pese a todo, Sánchez confía en que haya Gobierno "la próxima semana" y Rivera ya ni siquiera descarta entrar a formar parte de él. 

"Toca sentar las bases de otros 40 años de libertad, prosperidad y justicia social", argumentó Rivera, comparando la situación actual con la Transición, precisamente, en una sala presidida por el cuadro 'El abrazo' de Joan Genovés. Aunque enumeró las diferencias que ahora, según él, dan solución a los nuevos problemas de los españoles: "Por primera vez habrá un pacto nacional por la Educación; se dará solución a la corrupción con la reforma de las instituciones y la lucha contra el fraude y los autónomos serán protagonistas de un acuerdo de Gobierno", se felicitó. "Y fijamos las bases para seguir siendo compatriotas: nadie puede intentar romper España, seguiremos sin fronteras porque ni la igualdad, ni la unidad, ni la convivencia son negociables", agregó, haciendo referencia al veto al referéndum en Catalunya. 

Sánchez, por su parte, no citó a la Transición explícitamente, pero sí sentenció que la "victoria política" era, precisamente, la capacidad de haber podido llegar a un acuerdo, "no sólo de investidura, sino de legislatura, para que se puedan hacer las reformas progresistas que demandan los ciudadanos". "Hemos tenido que pensar en el bien común, en el interés general y no en el interés partidista, y este es el primer paso para que se produzca el cambio y haya un nuevo Gobierno", añadió, tras "tender la mano a izquierda y derecha" porque, dijo, el pacto "no excluye a nadie".

La firma de ambos —que se produjo en la sala Constitucional del Congreso, con sus equipos rodeándoles, Ciudadanos en la bancada de la derecha; PSOE, en la de la izquierda, en silencio y con mucho saludo y abrazo entre ambas formaciones—  "no tiene fecha de caducidad". Pero los dos son conscientes de que, aun juntos, no suman suficiente.

Buscando las sumas

Por ello, para lograr sus objetivos ambos deberán seguir trabajando para convencer a una u otra formación. Sin ellas, Sánchez no conseguirá ni reunir la mayoría absoluta que necesita en primera votación, ni las abstenciones suficientes para que haya más 'síes' que 'noes' en una segunda. La estrategia a seguir a partir de ahora será presionar a PP por la parte naranja y a Podemos, por la socialista. ¿Cómo? Rivera, apelando al "constitucionalismo" de Mariano Rajoy. Sánchez, al "cambio" que también quiere Podemos. 

"El documento es válido para la inmensa mayoría de españoles, por eso pediremos generosidad, valentía, coraje y capacidad de diálogo para reformar España", anunció el presidente de Ciudadanos.  "Y se lo pediremos, especialmente, a los partidos constitucionalistas que defienden la estabilidad, la solvencia y la unidad de España", agregó, enumerando las cosas que comparte con el PP: "respeto a la Constitución, estabilidad presupuestaria y pacto antiterrorismo". "Es un acuerdo para un Gobierno constitucionalista, espero que (el PP) lo prefieran a acuerdos que quieran dinamitar la Constitución", zanjó Rivera.

"Hay voluntad de acuerdo porque hay voluntad de cambio", apostilló Sánchez, definiendo aún el pacto con Rivera. Acto seguido, lanzó un mensaje a Pablo Iglesias: "Cambiar es cambiar de fondo y en las políticas, dejar a un lado el veto; cambiar es cambiar imponer por ceder", metaforizó, asegurando que esa cesión (en el pacto hay "cosas del programa electoral de C's y del del PSOE") se ha hecho "para que ganen los españoles". "El mandato de las urnas fue ese: 'pónganse de acuerdo y gobiernen desde lo que les une", añadió el socialista. Y tras una extensa enumeración de algunas medidas que contiene el acuerdo (la "derogación" de la Lomce, de la ley mordaza y el copago farmacéutico de los pensionistas o la subida del salario mínimo, nuevas leyes antidesahucios y planes de lucha contra la pobreza, entre otras muchas), Sánchez concluyó: "Si alguien considera que este acuerdo no es de izquierdas, que lo vean y me digan dónde". 

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