Sánchez asegura su investidura con la derecha encendida y radicalizada
El PSOE arranca compromisos de sus socios para garantizarse cierta estabilidad en la legislatura siempre que se cumpla con lo acordado.
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El presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, roza ya la investidura para revalidar su cargo. Si nada se tuerce en el último momento, un escenario que no contemplan en las filas socialistas, el debate en el Congreso será los próximos días 15 y 16 de noviembre.
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El único punto le quedaba por resolver al PSOE en la mañana de este viernes era cerrar el pacto con el PNV, que se firmará esta mañana. Llega tras el acuerdo con Junts alcanzado en Bruselas este jueves, que tanto los socialistas como el propio Carles Puigdemont enmarcaron en la apertura de una nueva etapa para Catalunya.
El cierre del acuerdo con Junts ha durado más de lo que tenían previsto inicialmente en el PSOE. Los intercambios de documentos han sido constantes e intensos en los últimos días. Las negociaciones avanzaron por momentos, se frenaron en otros y se desatascaron finalmente en la madrugada del miércoles al jueves.
El secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, volvió de Bélgica junto a su equipo este jueves por la tarde. El dirigente socialista ha sido el elegido por Sánchez para negociar de tú a tú con el partido catalán. Fue él quien se hizo una foto con el expresident de Catalunya hace unos días. Un gesto que indicaba ya la voluntad real de acuerdo por las dos partes.
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Desde el principio, y así lo verbalizó Sánchez, el objetivo del PSOE es buscar la estabilidad de su Gobierno de coalición con Sumar. Con el espacio que lidera Yolanda Díaz llegó el primer acuerdo. Hasta más de una semana después no llegó el siguiente, con ERC. Sánchez quiere asegurarse la legislatura. Él mismo ha hablado de gobernar cuatro años más. Pero no puede permitirse el lujo de perder por el camino a ninguno de sus socios parlamentarios.
El documento firmado en Barcelona por Félix Bolaños, ministro de Presidencia en funciones, y Oriol Junqueras, secretario general de ERC, contempla la “estabilidad de la legislatura”. Pero el dirigente del partido republicano ha incidido en que el PSOE debe cumplir con sus pactos para que la legislatura sea estable y larga. Dicho de otro modo, en ERC estarán vigilantes y para ello se ha creado una comisión de seguimiento.
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Una fórmula parecida es la que se introduce en el acuerdo con Junts. Concretamente se destaca el acuerdo por “la estabilidad de la legislatura, sujeta a los avances y cumplimiento de los acuerdos que resulten de las negociaciones”. Puigdemont, avisó también de que estarán vigilantes. Y que esa estabilidad dependerá de cómo vayan avanzando ciertas conversaciones. “Iniciamos un camino incierto y lleno de dificultades. No tenemos nada más que celebrar que la puesta en marcha de un proceso de negociación”, dijo desde Bruselas.
Entre medias de ambos partidos catalanes llegó el acuerdo con el BNG. En el documento escrito no se reflejan términos referidos a la legislatura. Y su portavoz nacional, Ana Pontón, destacó ante los medios que su partido solo ha firmado un acuerdo de investidura. Única y exclusivamente nos compromete a ese voto a favor en la investidura. La relación del PSOE con el partido nacionalista gallego es mejor y tiene más recorrido histórico que con otras pero desde el BNG quieren hacer valer el papel de su único diputado en el Congreso.
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Quienes sí dieron su apoyo a Sánchez sin líneas rojas y desde el primer momento fueron EH Bildu. De hecho, según confirman fuentes de esta formación a este medio, no está previsto que haya escenificación de ningún acuerdo por el momento. “Lo importante para nosotros son los logros que podamos conseguir a lo largo de la legislatura en la negociación de diversas leyes y presupuestos gracias a nuestra posición determinante”, señalan esas mismas fuentes.
Mientras tanto, la derecha y la ultraderecha intensifican su confrontación con el PSOE, Sánchez y sus socios. A las habituales palabras gruesas y acusaciones, como calificar que España entra en una dictadura, le siguen estos días también una serie de manifestaciones en las calles. Por un lado, las jaleadas por Vox y con participación de grupos fascistas que están teniendo lugar en la sede socialista de Ferraz. Por otro, las movilizaciones convocadas por el PP de Alberto Núñez Feijóo para este próximo domingo.
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La aprobación de la ley de amnistía, todavía sin registrar, es el punto principal de ataque oficial. Pero de fondo, critican los socialistas, se encuentra la no aceptación de los resultados electorales del 23 de julio. “Somos conscientes de que a la derecha y la ultraderecha no aceptan la decisión que los españoles y españolas trasladaron en las urnas, y por eso, les volvemos a reiterar que respeten los resultados, porque la democracia no es un cortijo que les pertenezca”, destacó la portavoz de la dirección socialista, Pilar Alegría, este jueves.
La complejidad de las negociaciones a varias bandas que ha tenido que afrontar Sánchez parece ya solventada. El líder de los socialistas ha recordado de forma incesante durante esta legislatura todas las dificultades que ha afrontado como presidente del Gobierno: una pandemia, la guerra en Ucrania, la erupción de un volcán...
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El PSOE confía en no tener estos elementos incontrolables adversos en lo venidero. Pero, a tenor de la aritmética parlamentaria, no podrán dejar de esforzarse en cumplir los acuerdos para no perder ni una sola votación y que la legislatura dure lo máximo posible.