El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, y el diputado de ERC, Gabriel Rufián, han mantenido este miércoles por la mañana un tenso rifirrafe en la sesión de control al Gobierno a cuenta de la situación en Catalunya. Rufián ha preguntado a Méndez de Vigo si el Gobierno va a escuchar las peticiones de mediación para desencallar la situación en Catalunya citando a Kofi Annan y otros líderes mundiales, lo que ha provocado que la bancada del PP estallara en carcajadas.

A lo que el ministro ha respondido que un país "pujante" como España "no necesita mediadores". "Somos capaces de resolverlo con el diálogo entre nosotros", ha recalcado. A lo que Rufián ha contraatacado mostrando dos fotografías de heridas por las cargas policiales del 1-0 y espetando: "¿Cree que es fácil tender la mano a aquellos que mandaron a salvajes a las calles de Catalunya a apalear a nuestra gente?".

El parlamentario ha puesto de relieve que, frente a los "palos" del Gobierno, el president, Carles Puigdemont, tendió la mano este martes, "incluso a los de las porras", para tratar de buscar una solución al conflicto catalán.

"Les pido que sean civilizados y demócratas por una vez en su vida, que se sienten en una mesa de negociación, que saquen a la Policía política de las calles de Catalunya, que paren su maquinaria del fango, que dejen de insultarnos y de hacer el ridículo", ha proclamado.

Tras lo cual, Méndez de Vigo le ha pedido que deje a un lado sus "insultos" y que fuera constructivo recordándole cómo hace cuarenta años entraron por las puertas del hemiciclo 350 personas dispuestas a restaurar la democracia. Entonces, ha señalado, hubo también mucha generosidad, entre la que ha destacado la mostrada por parte de quienes habían luchado contra la dictadura pero se prestaron al diálogo.

Pero todos ellos, ha insistido, accedieron a hablar dentro de la ley y a respetar las reglas del juego para llegar al consenso. Por eso, Méndez de Vigo a insistido en pedir a Rufián que los independentistas "vuelvan a la ley" y ha prometido, dentro de la ley, un diálogo "sin fecha de caducidad".