Revilla a 'Público': "Desde los 18 años no piso un puticlub"
El PP cántabro le acusa de hacer "apología de la prostitución" por una broma pronunciada en el programa de Buenafuente
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El presidente de Cantabria está "alucinado", según contó a Público, por la polémica que el PP de Cantabria ha encendido a costa de su intervención, el jueves pasado, en el programa de Andreu Buenafuente (La Sexta) y por la cual, los conservadores le han acusado de hacer "apología de la prostitución".
Miguel Ángel Revilla colabora regularmente con el showman catalán para comentar la actualidad y el jueves, cuando Berto, el sustituto de Buenafuente en verano, le preguntó cuándo había tenido relaciones sexuales por primera vez, el siempre sincero jefe del Ejecutivo cántabro aseguró: "Yo mojé por primera vez a los 18 años, en Bilbao... Y pagando". Posteriormente, explicó -y así se lo repitió a este periódico ayer- que "aquéllos [los años 60] eran otros tiempos y aquel desliz lo cometieron todos los que iban conmigo". "Además -continúa divertido-, con este físico no me comía una rosca".
Pero Revilla cree que la salida en tromba de todas las diputadas conservadoras de Cantabria, "por primera vez", se debe a que no tienen nada que criticarle -"Soy la anticorrupción personificada"-; también a que, como señaló el Partido Regionalista Cántabro (PRC) que sustenta al Gobierno autonómico, el PP "es absolutamente incapaz de construir un liderazgo que haga sombra" a este hombre que habla regularmente con el rey por teléfono, aunque tuvo a bien reprocharle cariñosamente en público que en la boda del príncipe y Letizia, la comida era "escasa" y no había "servicios".
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Hace cinco años que Miguel Ángel Revilla es presidente de Cantabria. Cinco años que va solo por la calle, sin coche oficial y sin escoltas. Sus llegadas en taxi a La Moncloa con anchoas para Zapatero constituyen una de las imágenes favoritas de los medios en la política española. Ayer, además, en el alarde de sinceridad y llaneza que le es propio, el presidente cántabro hablaba con Público de su vida privada, la vida de "una persona normal": "Mire, yo no me he emborrachado en la vida; no he pisado un puticlub después de aquel desliz a los 18; me levanto a las siete de la mañana y a las once de la noche entro en coma profundo;... Pero si yo contara lo que me cuentan los policías...", asegura refiriéndose a otras personalidades políticas de la región.
Revilla se autodefine como "un obseso de Cantabria", que desde que la presidente no ha tenido "ni un día de vacaciones". Pero, ¿para qué?, aduce, "yo no las quiero. Y no tengo nada que fingir".