Retos nuevo Gobierno Resolver el futuro de los militares de base y atajar el acoso a las mujeres en el Ejército
En materia de Defensa, el nuevo Ejecutivo debe resolver el problema de los militares de base despedidos cuando cumplen 45 años, acabar con acoso en el seno de los ejércitos y regular la presencia de tropas españolas en el Exterior.
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La llegada de Pedro Sánchez al palacio de La Moncloa ha generado una cierta inquietud en el seno de las Fuerzas Armadas. Los insistentes rumores sobre el posible nuevo ministro —aunque es una incógnita, se ha llegado a hablar del General del Aire retirado Julio Rodríguez, vinculado a Podemos— y la posibilidad de cambios en los cargos de designación política sobrevuelan los ejércitos, entre ellos el JEMAD.
Mientras, quedan en el aire cuestiones importantes como el nuevo ciclo inversor (unos 10.800 millones de euros en los próximos 15 años) y la importante presencia militar española en el exterior, con 4.000 efectivos desplegados en una veintena de misiones, desde Afganistán a Mali, Irak, Líbano o Letonia, entre otros países.
La pésima gestión del siniestro, hace 15 años, del Yak-42, en el que murieron 62 militares españoles, debería ser otro de los focos de atención del nuevo Ejecutivo, especialmente tras la reciente constatación de que existen restos de las víctimas aún sin identificar y enterrados en Turquía. En este asunto, las mentiras tienen que terminar por respeto a los caídos y sus familiares.
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Existen, además, dos importantes problemas que deja la anterior ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, sin resolver: la cuestión del futuro laboral de los militares que pierden su empleo a partir de los 45 años, y el espinoso asunto de los casos de acoso en el seno de los ejércitos.
Despidos y malestar
Por un lado, y pendientes de las conclusiones de la subcomisión del Congreso que aborda este problema, las asociaciones de militares y prácticamente todos los partidos que han apoyado a Pedro Sánchez en su investidura consideran esencial que el Gobierno establezca una moratoria a dichos despidos. Esta medida depende ahora del propio Sánchez.
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Soldados y marineros se manifestaron recientemente a las puertas del Ministerio de Defensa por “una carrera y retribución justas”, ante un horizonte en el que se vislumbra más de 10.000 despidos de militares en los próximos años, según establece la Ley de Tropa y Marinería. Con la normativa actual, 80.000 empleados están condenados al paro.
Mientras, el programa de recolocación laboral diseñado en 2013, denominado SAPROMIL, no ha tenido suficientes fondos ni personal, según ha reconocido el propio Ministerio de Defensa en varias ocasiones. Y los resultados son fácilmente calificables de desastrosos. Ahí tiene una oportunidad Sánchez para poder marcar la diferencia.
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Unos 800 militares ya han sido despedidos, otros 5.000 de ellos cumplirán los 45 en el próximo lustro y otros 10.000 más en la próxima década, según cálculos de las principales asociaciones. Estos "reservistas de especial disponibilidad" (RED) reciben una asignación no contributiva de tan solo 7.400 euros anuales hasta los 65 años.
Contra el acoso
En cuanto al problema del acoso en el seno de los ejércitos, en los últimos años ha ido aflorando como un problema largamente ocultado y que ahora salpica a una de las instituciones mejor valoradas por los ciudadanos. Si bien el Observatorio de la Vida Militar, adscrito al Congreso, comenzó a hacer visible de forma oficial el problema, queda mucho camino por recorrer.
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No obstante, las Unidades de Protección contra el Acoso de las Fuerzas Armadas (UPAs), creadas en 2015 tras el escándalo producido por la salida a la luz del caso de la comandante retirada Zaida Cantera (ahora diputada del PSOE, por cierto), no están funcionando. Sigue habiendo miedo a la denuncia entre las mujeres militares, sobre todo por el riesgo real de revictimización al tener que demostrar la veracidad de su acusación.
Este problema requiere que se refuercen los protocolos de actuación en los casos de acoso en los ejércitos, algo que el nuevo Ejecutivo —especialmente concienciado con la igualdad de género las políticas y contra todo tipo de discrminación— podría impulsar enseguida.
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RECTIFICACIÓN: Por error del redactor, la versión anterior de esta noticia indicaba que Julio Rodríguez era Teniente Coronel y no General del Aire, que es su rango militar real. Rogamos disculpen las molestias.