La resaca de las europeas extiende las crisis de gobierno en las autonomías del PP
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A Mariano Rajoy no le gustan los cambios pero los más críticos de su partido con su inmovilismo han empezado a retarle. El último de los barones del PP en apuntarse a la moda de llevar a cabo una crisis de gobierno para intentar salvar su imagen de cara a las próximas autonómicas y municipales ha sido José Antonio Monago en Extremadura. Pero no ha sido el único.
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Mientras el presidente del Ejecutivo central se dedica a reunir al núcleo duro del PP en cumbres secretas como la celebrada en Toledo los pasados 6 y 7 de junio sin que ello suponga —al menos de momento— cambios sustanciales en sus filas, sus homólogos autonómicos han decidido comenzar a moverse. Tras haber recibido el toque de atención de las urnas en las europeas del 25 de mayo, cuando perdieron 2,5 millones de votos a nivel nacional y las mayorías absolutas de incluso alguno de sus feudos históricos como Madrid o Valencia, algunos barones del PP han reaccionado intentando recuperar a sus electores de cara a 2015.
El primero en hacerlo fue Alberto Fabra, que tras ver reducidos sus apoyos en casi 500.000 votos (lo que permitiría a un hipotético bipartito PSOE-IU arrebatarle su mayoría absoluta) decidió cambiar, primero, al portavoz de su Gobierno en la Comunitat Valenciana. El relevo de José Ciscar por María José Catalá coincidió, además, con la condena al exconseller conservador Rafael Blasco. Apenas unas semanas después, el actual subdelegado del Gobierno en Valencia, Luis Santamaría, fue nombrado sustituto de Serafín Castellano al frente de la Conselleria de Gobernación y Justicia. Éste a su vez, suena en las quinielas —a falta de que lo confirme el Consejo de Ministros— como el nuevo delegado del Gobierno en la región, en sustitución de Paula Sánchez de León, que dejó el cargo "por motivos personales" el pasado 13 de mayo.
Después fue Alberto Núñez Feijóo quien, obligado por la crisis abierta por la corrupción en el Ayuntamiento de Santiago de Compostela, sustituyó a su conselleiro de Medio Ambiente. Agustín Hernández fue sacrificado para ocupar la Alcaldía que dejó vacante el todavía alcalde en funciones Ángel Currás y en su lugar se quedó Ethel Vázquez, anterior directora de la Axencia Galega de Infraestructuras. Al más puro estilo del presidente del Gobierno, que dejó a la mano derecha de Miguel Arias Cañete al frente del Ministerio cuando éste fue nombrado candidato a las europeas, Feijóo también tiró del organigrama de la consellería para poner fin a su (mini) crisis de gobierno en la Xunta, pero crisis al fin y al cabo.
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Monago: "En la situación actual no se puede ejercer el inmovilismo" El más atrevido hasta la fecha ha sido José Antonio Monago, presidente de Extremadura, quien esta misma semana ha reestructurado su Ejecutivo. En teoría, el consejero de Economía, Antonio Fernández, dimitió por "razones personales", pero no son pocas las voces que apuntan a una destitución más que a una salida voluntaria. Fuentes cercanas a su equipo confirman, además, que los cambios estaban previstos desde hace tiempo, en un intento de "dar un impulso" a sus políticas económicas y sociales y, con ello, a la imagen del Ejecutivo regional tras el varapalo recibido en las europeas, donde perdieron más de 60.000 votos. Tal vez por eso al llamado barón rojo del PP por ser uno de los más críticos con las políticas de Rajoy le gusta más llamarlo una "crisis de oportunidad" que "crisis de gobierno".
Aprovechando el relevo de Fernández por Clemente Checa, Monago reestructuró todo su equipo. Así, unió las Consejerías de Hacienda (antes con Economía, en manos del dimitido Fernández) y Administración Pública (en manos de Pedro Tomás Nevado-Batalla, que también dimitió el día del cese de su compañero) para dejarlas en manos del citado Checa, que hasta ahora era presidente del Consejo Consultivo de Extremadura. La de Economía asumió también Competitividad e Innovación —en manos de la actual vicepresidenta, Cristina Teniente— y nación una nueva: la de Empleo, Mujer y Políticas Sociales que estará dirigida por María de los Ángeles Muñoz, que hasta ahora era directora general de Trabajo. "En la situación actual no se puede ejercer el inmovilismo porque el tren va muy deprisa y no puede hacer paradas", espetó Monago el día que anunció los cambios, en una clara referencia al estático Rajoy.
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Sánchez Camacho también ha reforzado la cúpula del PP catalán
Al margen de las crisis de gobierno, otras formaciones regionales conservadoras han reaccionado tras haber visto disminuir su ya reducido poder en sus correspondientes comunidades. Este es el caso de Catalunya, donde Alicia Sánchez Camacho, presidenta del PP catalán ha reforzado a la cúpula de su equipo tras perder sin que, además, ello supusiera cortar cabezas antiguas. Así, ha reforzado el gabinete del actual secretario general de la formación, Jordi Fornet, con el nombramiento de dos vicesecretarios: María José García y Jordi Llobet. La secretaria de Organización, Dolors Montserrat, también estará apoyada ahora por un nuevo vicesecretario: Joan Antoni López Noguera. Otras incorporaciones fueron las de Rafa López, Javier Mulleras y Fernando Sánchez Costa. Además, sí ha habido un relevo: el nuevo líder provincial del PP de Barcelona es Alberto Villagrasa, en sustitución de Antoni Bosch.
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Mientras todo esto ocurre en las federaciones autonómicas del PP, el vicesecretario de Organización de los conservadores, Carlos Floriano, continúa manteniendo reuniones con los líderes provinciales de su partido para analizar los datos de las europeas, que hasta el momento revelan que no han conseguido aumentar un sólo voto en ninguna provincia. Esta última semana de junio terminará la ronda de encuentros, según fuentes de Génova, pero para saber si de ellos saldrán nuevos candidatos a las elecciones de 2015 aún habrá que esperar.