Rajoy cuela a Pizarro entre los candidatos del PP para Madrid
La decisión sobre estas listas no se tomará hasta finales de 2014 y las encuestas de Arriola tendrán la última palabra. La reaparición de Cifuentes complica las intenciones de Botella.
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El presidente del Gobierno ha incluido el nombre de Manuel Pizarro entre las opciones que baraja para las elecciones de 2015 en Madrid, concretamente, para el Ayuntamiento, la plaza más disputada a pesar de las dificultades de su gestión por la enorme deuda que dejó Alberto Ruiz-Gallardón cuando se incorporó al Ministerio de Justicia en 2011. El nombre lo ha traslado el propio Mariano Rajoy a su entorno más cercano durante las consultas que ha mantenido para sondear el clima electoral madrileño, que le preocupa especialmente, confirman fuentes conservadoras.
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Según los presupuestos del Consistorio para 2014, 1.116 millones serán los destinados el año que viene a pagar la deuda municipal y sus intereses frente a los 454 millones que se destinarán al gasto social. Precisamente, el perfil de Pizarro, sin duda, político, pero también con un reconocido prestigio de técnico en finanzas, economía y administración lo convierte en el candidato más ajustado a las pretensiones de Rajoy: sacar a la capital de España de la crisis económica, social y de desprestigio internacional en la que está inmersa y que repercute de forma muy negativa en la imagen del país, en general, como reconocen los expertos de la Marca España.
Pizarro tiene currículum de sobra para acceder a cualquier puesto de responsabilidad pública, argumentan en el PP ante la posibilidad de que regrese a la primera línea política: es abogado del Estado, agente de cambio y bolsa, expresidente de Ibercaja y Endesa, académico de Número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, de la Real Academia de Ciencias Económica y Financieras, de la Academia Aragonesa de Jurisprudencia y Legislación y exdiputado del PP, escaño al que accedió como número de dos de la exclusiva lista de Madrid, por detrás del propio Rajoy. Actualmente es socio y presidente del Consejo de Administración del prestigioso bufete norteamericano Baker & MacKenzie.
Pero, sobre todo, Pizarro tiene algo que cotiza en máximos en el partido: la amistad personal del presidente del Gobierno y su afecto y reconocimiento sinceros, subrayan en el entorno del mismo. Esta relación se ha mantenido intacta, además y desde que Pizarro abandonó su escaño en el Congreso en 2010 decepcionado por la poca proyección que se le dio en la configuración de responsabilidades en el la cúpula del PP tras las elecciones generales de 2008. A pesar de su papel protagonista durante la campaña de éstas, capitaneando el tema económico, Pizarro sólo se quedó con la portavocía de la Comisión Constitucional del PP en la Cámara Baja.
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Con todo, el expresidente de Endesa sigue siendo vocal del PP de Madrid y colabora activamente con Faes, pues su relación con su presidente, José María Aznar, es asimismo, muy buena. Además, sigue cuidando su participación activa en los medios de comunicación, con entrevistas y participación puntual en tertulias, lo que le genera una considerable proyección pública, además, muy aplaudida entre los conservadores. Indirectamente, la reaparición del exministro de Economía socialista, Pedro Solbes, con su polémico libro, ha devuelto también a Pizarro a la primera línea informativa, por cuanto el del PSOE viene a admitir en sus memorias que las previsiones del exdiputado durante el famoso debate entre ambos en Antena 3 (2008) eran más realistas que las de Solbes, que aun así, ganó el duelo económico con creces.
La batalla por ser el candidato/a al Ayuntamiento de Madrid se ha convertido en la más enconada dentro del PP, en cuanto al número de aspirantes a número uno de la lista municipal —aunque ninguno lo ha anunciado públicamente— y en cuanto al determinante último de la elección: las encuestas que Pedro Arriola, el gurú demoscópico de Rajoy, irá presentando al presidente conforme se acerque la fecha de la elección, previsiblemente a finales de 2014, predicen en el PP respaldados por la costumbre de su líder de apurar hasta el último momento sus decisiones.
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La actual alcaldesa, Ana Botella; la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes; la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, y ahora, Manolo Pizarro son los nombres entre los que, salvo incorporaciones de último momento, Rajoy decidirá el candidato. Sin duda, el mayor peso popular lo ostenta la expresidenta de la Comunidad de Madrid, por lo que Rajoy se decantaría únicamente —y a su pesar— si no hay ninguna posibilidad más de hacerse con la mayoría absoluta (29 escaños) en la capital. También dependería de Aguirre aceptar este reto, algo que haría únicamente si le pide debidamente (con insistencia) y si está segura absolutamente de su victoria.
Por su parte, el tirón de Cifuentes no ha dejado indiferente a nadie, al lograr eclipsar al resto de dirigentes del PP en su reaparición este jueves 5 en la Real Casa de Correos para celebrar el 35 Aniversario de la Constitución, incluido al cabeza del acto, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. La delegada del Gobierno en Madrid acumula cada vez más puntos para presentarse como una sumadora de votos que podría dar la vuelta a las pésimas encuestas manejada hoy por el PP para Madrid. Botella es quizá la que sale peor parada en el cuarteto de candidatos-a-candidatos para 2015: su gestión estos dos años, fuertemente cuestionada incluso internamente, no la convierte en la herramienta de recuperación en los sondeos más adecuada.
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Sin embargo, y a tenor de sus declaraciones en el Club Siglo XXI este lunes advirtiendo a Rajoy sobre la fragmentación de la base electoral del PP, la regidora ha dejado traslucir de forma contundente que quiere dar la batalla por la candidatura, aunque eso suponga —como Aguirre— poner en cuestión las políticas del Gobierno. Su mayor apoyo para lograrlo es, precisamente, el problema que supondría para Rajoy tener que negarle su aspiración a liderar la lista de 2015 para la capital.