Rajoy considera la consulta de Catalunya" un torpedo contra la UE"
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La celebración del referéndum en Escocia y el proceso soberanista en Catalunya "son un torpedo a la línea de flotación de la Unión Europea". Ese es el diagnóstico del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre estos asuntos que centran la actualidad política europea y española. Y de ahí no hay quien le saque.
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Ni siquiera el tono pausado y racionalista del portavoz del PNV, Aitor Esteban, le han hecho cambiar su posición radicalizada. Tampoco las comparaciones entre la actitud conciliadora de su colega británico, David Cameron, con su actitud frentista hacia Catalunya. Y para dejarlo claro ha ido más allá: "Facilidades, ninguna", ha sentenciado para responder al portavoz vasco sobre qué actitud tendría para una nueva integración de una Escocia independiente en la UE.
El portavoz vasco le ha lanzado un reto: "Actúe como un unionista británico, respetando la decisión que tome el pueblo escocés. Es posible realizar la consulta, jurídicamente no vinculante, aquí, en Catalunya", ha dicho. Y ha ido un paso más allá a la hora de realizar también una comparación entre los casos de Escocia y Catalunya: "Es la misma situación cuando en Catalunya fueron eliminados sus derechos por la fuerza en 1714", ha afirmado. Esa conclusión ha originado murmullos y palabras de desprecio desde la bancada conservadora, en una clara muestra de una ignorancia histórica generalizada.
Rajoy se ha vuelto a escudar en que una segregación de Escocia supondrá "más pobreza para sus habitantes", al tiempo que ha reiterado las diferencias existentes entre los dos casos. "En cualquier caso esos procesos tienen consecuencias muy negativas", ha reiterado.
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La tensión política generada en torno a este asunto se ha prolongado algo más tarde en el turno de la pregunta del diputado Mikel Errekondo, de Amaiur, al ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo. El parlamentario abertzale le ha afeado sus amenazas de suspensión de la autonomía y otras presiones "para evitar que se pronuncie el pueblo catalán". Un proceso, ha dicho, "que se realizará también en Euskal Herria, es una cuestión de tiempo".
García-Margallo ha dicho que vivía una situación "que no pensaba vivir. Que un representante público esgrima la ley no es una amenaza, es su obligación advertir de que se debe cumplir la ley". El ministro, además, ha considerado que tanto él como otros compañeros de bancada "si creímos las amenazas que lanzaban ustedes y por eso estamos aquí".
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Por su parte, el líder socialista Pedro Sánchez, en su segundo cara a cara con Rajoy, se ha empleado más a fondo y con más convicción frente a Rajoy para presionarle sobre la reforma fiscal anunciada por el Gobierno. Se nota que es un tema que domina como economista. "Quite las manos del cuello de la clase trabajadora", ha exigido Sánchez en referencia a la reforma fiscal que "favorece a un 10% de los que más tienen. Usted gobierna para ese 10% de los más ricos", ha insistido. Se ha notado que ha hecho daño por la fuerza de los aplausos de la bancada popular para reforzar a su líder en el banco azul.
El dirigente socialista ha estado mucho más suelto - también su compañero Antonio Hernández, el nuevo portavoz parlamentario, en su pregunta a la vicepresidenta - en su enfrentamiento con Rajoy. Ha hablado con convicción y lenguajes claros y hasta efectistas. "Usted ha aumentado hasta 50 veces más la presión fiscal a las familias mientras que durante el pasado año se produjeron 39.206 desahucios en toda España", ha recalcado.
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"Con su política fiscal usted ha defraudado a los españoles. Su inmoral amnistía fiscal, que ha beneficiado incluso a algún amigo que está en la cárcel, usted gobierna para los que más tienen". Esta frase ha recibido una fuerte salva de aplausos desde su propia bancada, en la que agradan las frases redondas y efectistas.
El presidente del Gobierno, en su última respuesta, ha echado mano del manual. Esto es, de la herencia recibida. Y eso que al inicio del rifi-rafe Sánchez le ha dicho que "tras 1002 días quien gobierna no es Zapatero, ni Felipe González ni Mateo Sagasta, es usted".
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Pero de nada ha servido, Rajoy ha vuelto a recurrir a los 3,4 millones de parados generados en la legislatura anterior y en los 70.000 millones de euros que se dejaron de recaudar en el mismo periodo de tiempo. Y ha insistido en que su reforma fiscal es la mejor para crear empleo y ayudar al crecimiento económico. En esas tesituras el presidente del Gobierno es inmutable a la par que previsible.