BARCELONA.-  El presidente del Govern, Carles Puigdemont, ha enviado una carta al comisario europeo de Inmigración de la UE, Dimitris Avramopoulus, para informarle de que Catalunya está trabajando para acoger hasta 4.500 refugiados, ha informado la Generalitat a Europa Press.

En la misiva, fechada el 15 de marzo, Puigdemont explica que Catalunya "está preparada" para acoger inmediatamente a 1.800 refugiados, 600 de ellos directamente por el Govern y el resto por las administraciones locales y entidades sociales, informa La Vanguardia.com.

Detalla que el "ministro de Exteriores catalán", Raül Romeva, es el responsable de la Generalitat en este ámbito y comunica que él también se pone a disposición del comisario para la acogida de refugiados.

"Nuestras políticas de integración pasan por garantizar el acceso a la sanidad, la educación y otros servicios sociales. Tenemos un plan de protección internacional".- Puigdemont

Puigdemont destaca que Catalunya ha sido durante siglos una tierra de acogida: "Nuestras políticas de integración pasan por garantizar el acceso a la sanidad, la educación y otros servicios sociales. Tenemos un plan de protección internacional".

Expresa su "profunda consternación" por una crisis humanitaria que, a su juicio, reclama una solución comprensiva a largo plazo por parte de la UE, y recuerda que muchas familias catalanas han sufrido el drama de ser refugiados de guerra a lo largo de su historia.

"Por lo tanto, Catalunya no puede observar la tragedia sin tomar parte" y tiene la obligación moral de ayudar a los refugiados e integrarlos en su sociedad, resume Puigdemont en su misiva.

Consellera de Asuntos Sociales

La consellera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat, Dolors Bassa, manifestó este miércoles que la Generalitat está preparada para acoger a 590 personas de golpe, y en un plazo breve se podrían acoger hasta 1.800 personas.

Bassa declaró que Catalunya aspira a alojar a 5.000 refugiados del plan de asentamiento de la UE en dos años, y avanzó la voluntad del Govern de trabajar en un protocolo propio de acogida ante los "graves fallos" del Estado.