Puertas giratorias, presión a políticos y lluvia de millones: el 'lobby' de la industria militar quiere más guerras
Las empresas armamentísticas cuentan con redes enfocadas en obtener contratos y garantizar legislaciones que blinden sus negocios. Sus miembros mantienen reuniones periódicas con representantes de la Comisión Europea y eurodiputados.
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bilbao, Actualizado:
Cada misil que cae sobre Gaza lleva una historia encima. No solo carga la muerte de los que están debajo; también transporta la trayectoria y la habilidad negociadora de quienes se encargaron de fabricarlo, probarlo y convertirlo precisamente en una herramienta capaz de asesinar con la mayor efectividad posible. De eso se trata.
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Las armas que alimentan el genocidio de Gaza tienen nombre y apellido. Sus fabricantes son poderosos imperios empresariales que saben construir máquinas de matar y, al mismo tiempo, cuentan con las estructuras necesarias para garantizar que el negocio, al igual que el misil que cae sobre la Franja devastada, no fallará.
"La industria armamentística intenta influir en las políticas o conseguir contratos de muchas maneras. Una gran parte del lobby consiste en establecer contactos", afirma a Público Mark Akkerman, investigador en Stop Wapenhandel (la campaña holandesa contra el comercio de armas).
Akkerman participó junto a Chloé Meulewaeter, profesora de Relaciones Internacionales e investigadora del Centro Delàs de Estudios por la Paz, en un trabajo sobre la actividad de los grupos de presión de la industria armamentística que se publicó en septiembre de 2023, poco antes de que Israel emprendiera los ataques contra Gaza. Los datos obtenidos entonces resultaron contundentes.
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"La industria armamentística europea ha ido tejiendo poco a poco lazos cada vez más estrechos con los responsables políticos y las instituciones europeas, en busca de más financiación (tanto pública como privada), compromisos a largo plazo y una participación cada vez más honda en las políticas, procesos y debates de la Unión Europea (UE)", señala el documento.
Por su parte, la UE "ha ido acogiendo crecientemente estas demandas y adoptando nuevos pasos hacia la militarización europea". Si bien el proceso se aceleró al calor de la guerra de Ucrania, lo cierto es que nada de esto pilló por sorpresa a las empresas de armamento: sus tareas de los grupos de presión ya estaban consolidadas.
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"Una gran parte del lobby consiste en establecer contactos: muchas empresas armamentísticas y sus organizaciones filiales mantienen reuniones periódicas con la Comisión Europea y los eurodiputados", afirma el investigador holandés.
La Comisión Europea estableció en 2019 una nueva Dirección General de Industria de Defensa y Espacio (DG DEFIS) que funciona como proveedor de servicios para la industria armamentística europea.
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Tras su puesta en marcha, este organismo estuvo a cargo del comisario de la UE Thierry Breton, cuya nominación suscitó cuestionamientos por posible conflicto de intereses: previamente había sido directivo de ATOS, un gigante del sector de ciberseguridad.
El informe destaca que Breton –quien renunció al cargo de comisario el pasado 16 de septiembre– puso en marcha "un mecanismo de diálogo continuo entre la Comisión Europea y la industria mediante un nuevo Grupo Informal de Expertos de la Comisión sobre Políticas y Programas relacionados con la Industria Espacial, de Defensa y Aeronáutica de la Unión Europea".
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Tanto el comisario como otros responsables de alto nivel abrieron igualmente "otros espacios de encuentro con representantes de la industria armamentística", unas relaciones que resultan esenciales para comprender el éxito de los grupos de presión.
Más de 150 reuniones
"En su conjunto, las diez mayores empresas armamentísticas de la UE y sus dos mayores lobbies han celebrado cientos de reuniones con la Comisión Europea desde 2014 y más de 150 reuniones con eurodiputados desde 2019", revela el informe.
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En su estudio, los investigadores constataron que "las compañías armamentísticas son frecuentemente invitadas a las sesiones" de la Eurocámara, mientras que "las ONG e investigadores críticos rara vez tienen posibilidad de hablar en tales reuniones".
En declaraciones a Público, Akkerman mostró su preocupación ante el creciente papel de los lobbies. "Se trata de una evolución peligrosa, ya que no creo que haya ningún otro sector en el que la industria, movida por sus intereses económicos, participe tan estrechamente en la elaboración de las políticas" afirmó.
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Reuniones con Borrell
Entre octubre de 2022 y mayo de 2023 se celebraron tres reuniones de alto nivel entre la industria armamentística y responsables políticos de la UE. Dos de esos encuentros fueron organizados por la propia industria y el restante estuvo a cargo de la UE.
Según señala el informe de ENAAT y el Centro Delás, en esas reuniones se habló "en torno a objetivos comunes de fomentar una cooperación más estrecha, incrementar inversiones y reforzar a la industria armamentística de la UE".
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El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, "intervino en todas" las reuniones, mientras que Breton estuvo en los dos encuentros organizados por la industria.
Asimismo, en estos tres encuentros también participaron "representantes de la Agencia Europea de Defensa (AED), de la DG DEFIS y del Banco Europeo de Inversiones, así como numerosos portavoces de las principales compañías armamentísticas".
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El 'lobby' ha logrado un alto grado de influencia en las políticas militares de la UE
Según destaca el informe, "estos esfuerzos de la industria obtienen sus frutos": el Parlamento Europeo "suele votar mayoritariamente a favor de leyes de apoyo a la industria armamentística, como el Fondo Europeo de Defensa (FED) y la Ley de apoyo a la producción de municiones (ASAP, siglas en inglés), e incluye habitualmente en sus resoluciones demandas de una mayor financiación de esta industria".
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Gracias a esos contactos, el lobby armamentístico conformado por un grupo de grandes empresas –entre las que se encuentran Leonardo, Thales o Airbus– "ha logrado un alto grado de influencia en la conformación de las nacientes políticas militares de la UE", tal como se constató con la creación del FED.
Líneas rojas
El documento señala que "el voraz apetito de la industria armamentística no quedó satisfecho con la creación de una partida presupuestaria específica" en la UE. "Una vez cruzada la línea roja según la cual los presupuestos comunitarios no podían financiar actividades de naturaleza militar", esta industria "tuvo acceso a toda una serie de programas civiles, como si se tratara de una actividad empresarial como cualquier otra".
Estos procesos han ido acompañados por astronómicas cifras económicas. Por ejemplo, la Ley de Apoyo a la Producción de Municiones "ofrece 300 millones de euros en subvenciones a la industria armamentística para potenciar la producción de municiones y misiles hasta 2025". Pero hay más.
"A coro con la industria, tanto la Comisión Europea como el Parlamento Europeo están haciendo un llamamiento por un importante aumento de los programas de financiación de las empresas armamentísticas a partir de 2025, como parte de la revisión del presupuesto 2021-2027", advierte el estudio.
El caso Domecq
Las puertas giratorias son otro elemento fundamental para entender el peso del lobby de la industria militar en Europa. El informe elaborado por Meulewaeter y Akkerman cita el caso de Jorge Domecq, recientemente nombrado embajador de España en Grecia. Hasta febrero de 2020, este diplomático actuó como jefe ejecutivo de la AED.
Entre sus tareas se incluía "el apoyo a las capacidades militares de los Estados miembros de la UE y la cooperación con y fortalecimiento de la industria militar europea". En el desempeño de este papel, Domecq "estuvo en frecuente contacto con importantes empresas armamentísticas, incluyendo a Airbus, que luego se convirtió en su siguiente empleador".
Domecq empezó como responsable de Relaciones Públicas y asesor estratégico en la delegación de Airbus en España "justo seis meses después de su partida de la AED". "En su nuevo trabajo, se dedicó a tareas de lobby y a asesorar al director ejecutivo Dirk Hoke, que ya
conocía de su etapa profesional anterior, sobre cuestiones políticas y estratégicas, gracias a su experiencia en la AED", describe el estudio.
Los investigadores recuerdan que Domecq "tenía que pedir autorización a la AED para trabajar en Airbus pero incumplió el plazo para hacerlo, informando a la Agencia solo dos semanas antes de su primer día de trabajo y no aportando inicialmente información suficiente".
'Lobbies' israelíes
Las empresas armamentísticas israelíes también cuenta con poderosos lobbies que buscan incrementar los negocios. En el caso de España, el Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles mantiene contratos con empresas que fabrican armas para el Gobierno de Benjamín Netanyahu.
"La industria militar israelí está muy próxima al Gobierno y a las Fuerzas de Defensa de ese país y cuenta con una dirección específica, la Dirección de Cooperación Internacional de Defensa (SIBAT)", apunta Akkerman a Público.
Ese organismo, adscrito al Ministerio de Defensa israelí tiene a su cargo la "cooperación" con la industria militar. "Una de sus tareas es promover la exportación de armas, por ejemplo facilitando los contactos con gobiernos extranjeros", subrayó el investigador holandés.
De esta manera, el Gobierno de Netanyahu "funciona básicamente como organización de presión para las ventas al exterior, y lo hace con éxito: Israel es un gran exportador de armas", destaca Akkerman.
A la hora de ofertar sus productos, las empresas israelíes destacan que se trata de herramientas experimentadas previamente "en el campo de batalla". "Eso se reduce a que han sido probados con palestinos", señaló el experto de ENAAT.