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PSOE Sánchez no consigue coser al PSOE

Los “sanchistas” acusan al sector “susanista” de seguir poniendo zancadilla cada vez que pueden, y los afines a la presidenta andaluza critican al líder del PSOE la falta de generosidad tras la victoria y su resentimiento

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez , participa en una asamblea abierta con militantes. EFE/Cabalar

Diez meses han pasado ya desde la victoria de Pedro Sánchez en las primarias para la Secretaría General del PSOE y las heridas internas, salvo contadas excepciones, están muy lejos de cerrarse tal y como se ha evidenciado en las últimas semanas.
Sánchez, que es consciente que es su gran asignatura pendiente a nivel interno, quiso intentarlo con la convocatoria de la “Escuela de Gobierno”, pero sin llegar a ser del todo un fracaso, si ha supuesto un fiasco en su intención de presentar un PSOE unido generacionalmente y que diera de la imagen de que la confrontación en las primarias estaba ya superada.

Las ausencias sin ni siquiera justificación del presidente de Asturias y ex presidente de la Gestora, Javier Fernández, y la de la presidenta andaluza, Susana Díaz, comunicada ya empezado el encuentro y minutos antes que interviniera Javier Solana, vino a evidenciar que el desencuentro entre ambos dirigentes y la dirección federal es total.

Además, el nexo generacional también se quebró con el pretexto de Felipe González para no asistir -tenía comprometido ese fin de semana en Portugal- o la explicación de Alfredo Pérez Rubalcaba de que no acudía por el veto de Ferraz a que Elena Valenciano fuera candidata a la Presidencia del Grupo Socialista europeo. Sin contar que nunca estuvo en la intención de la Ejecutiva de invitar a figuras que ya casi se podrían considerar históricas como Alfonso Guerra, José Bono o Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

La guinda la puso Javier Solana al afirmar que no estaba contento con su partido y, permitiéndose hablar en nombre de todos, aseguró que los demás tampoco estaban contentos con el PSOE.

Veto a Valenciano

Pero, tal vez, el punto de inflexión que ha hecho visualizar más que siguen existiendo los dos bandos mayoritarios de las primarias, ha sido el veto a Valenciano, que han indignado al socialismo andaluz y a muchos dirigentes del partido, que sólo entienden esta decisión de Ferraz por el hecho de que la ex vicesecretaria general del PSOE hubiese apoyado a Díaz en las primarias.

A esto se une otros vetos en el Grupo Parlamentario Socialista de diputados que no estuvieron con Sánchez en el proceso interno. Un caso evidente, del que ya informó Público, es el de la portavoz de Igualdad, Ángeles Álvarez, que está siendo totalmente ninguneada en su materia desde el grupo y desde el partido. Pero hay más casos, ya que muchos diputados afines a Díaz no tienen protagonismo parlamentario alguno, ni en preguntas en sesión de control al Gobierno, ni en las comisiones, ni en la presentación de iniciativas. Esto empieza a provocar que las reuniones de los martes del Grupo sean cada vez más tensas.

Las heridas están realmente abiertas entre 'sanchistas' y 'susanistas', y escuece especialmente el veto a Elena Valenciano

Otro tanto ocurre en el Senado, donde algunos senadores levantaron la voz para criticar la idea de Sánchez de que los políticos se subieran el sueldo un 0,25% como gesto con los jubilados. Una iniciativa que, aun cargada de tintes populistas, es aplaudida en todas las asambleas en las que la menciona Sánchez.

En Ferraz hay preocupación por estos hechos, pero se considera que se está haciendo todo lo posible por buscar la unidad. “En la Escuela de Gobierno invitamos a todos, sabiendo que hasta nos podía perjudicar, como pasó con Solana. Pero fueron ellos quienes decidieron no venir y ahí no podemos hacer más”, comenta una dirigente del partido.

Otro miembro de la dirección es más sincero: “Da igual lo que hagamos o lo que decidamos. Siempre ponen zancadillas a cualquier postura. No están arrimando el hombre y sabemos que con eso tenemos que convivir, aunque seguiremos intentando tender puentes”.

Tensión con Ferraz

En el sector afín a Susana Díaz hay otras lecturas. Se destaca que se está guardando un silencio más que prudente ante decisiones de Ferraz que no gustan, que se aprobó el Reglamento sin hacer ruido aunque tampoco era el texto deseado y que se está actuando con lealtad.

Para una dirigente de este sector, lo que está haciendo Sánchez es inédito en la historia política, “y es que resulta curioso que los resentidos, esta vez, son los ganadores”, afirmó.

Otra diputada claramente afín a Díaz, lo explicó a Público de otra manera: “Están dando a una generación de grandes socialistas un maltrato que no se merecen, como a Jáuregui, a Felipe o a Rubalcaba. No hay derecho a cómo están actuando”.
A nivel privado, los descalificativos de una parte contra la otra son aún más subidos de todo y hasta evidencia que los enfrentamientos ya alcanzan al ámbito personal.

En Ferraz, no obstante, se agarran a que la sangre no llegará al río y que la tensión quedará soterrada por la cercanía de los comicios municipales, autonómicos y europeos. La dirección federal sabe que a los barones es a los que menos les interesa ahora volver a la guerra interna y eso aplacará la disputa durante los próximos meses, Y después de mayor de 2019, dependiendo cómo queden las elecciones, ya se verá.

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