PSOE Sánchez empezará en otoño la política de hostigamiento a Rajoy
El nuevo líder del PSOE no descarta la presentación en el futuro de la moción de censura como antesala de unas nuevas elecciones.
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MADRID,
El recién elegido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, está plenamente convencido de que Mariano Rajoy no adelantará las elecciones, como mínimo, hasta que se despeje el panorama judicial de los casos de corrupción que afectan al PP, y es uno de los motivos por los que no empezará hasta el siguiente periodo de sesiones (septiembre) una nueva estrategia de oposición de claro hostigamiento y desgaste al Ejecutivo de Mariano Rajoy, desmarcándose claramente de sus políticas y proponiendo alternativas.
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Así lo tiene planificado su equipo que, además, está condicionado por el calendario parlamentario, el propio Congreso del PSOE y la época estival, que hace que julio y agosto sigan siendo meses inhábiles oficialmente en la Cámara Baja.
Para cuando llegue el otoño, lo que sí quiere tener ultimado Sánchez es una clara estrategia de oposición que lidere nítidamente el PSOE, lo que en su opinión no ha ocurrido desde que fue derrocado y la Gestora se hizo cargo del partido.
Sánchez considera que este tiempo, Podemos ha protagonizado más que el PSOE esa labor de oposición al Ejecutivo, que ha culminado ahora con la presentación de una moción de censura que, al menos por un día, le dará todo el protagonismo a Pablo Iglesias.
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Hasta entonces, Sánchez está en buena medida limitado en su poder en el partido. El jueves será designado oficialmente secretario general del PSOE, pero no tendrá Ejecutiva, y hasta el Congreso de mediados de junio la Gestora seguirá llevando las riendas del PSOE.
¿Qué funciones tendrá Sánchez hasta el Congreso?
Esto crea una laguna en el funcionamiento del PSOE que no está resuelta en los reglamentos y que durante un mes puede provocar disfunciones en las decisiones que deba tomar el partido. Por ejemplo, Sánchez se ha mostrado firme partidario de que Mariano Rajoy comparezca de forma inmediata en el pleno para abordar la corrupción en el PP, medida que expresamente ha rechazado la Gestora al considerar suficiente que acuda a la comisión de investigación creada a tal efecto.
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El problema está entonces en si Sánchez puede ordenar al Grupo Socialista desde el mismo jueves solicitar dicha comparecencia en pleno, lo que incumpliría la decisión tomada por la Gestora, que tiene ahora los mismos poderes que si fuese una Ejecutiva -como acordó el Comité Federal-, y son superiores a los del secretario general. Dirigentes consultados por Público no tienen una respuesta clara, y apelan al sentido común y a la buena voluntad de ambas partes para no provocar más fricciones y llegar a acuerdos.
Pero esta disyuntiva puede suceder durante el próximo mes en otros muchos temas en los que el PSOE debería tomar posición, desde la última oferta de Podemos para retirar su moción de censura si los socialistas presenten una nueva, o hasta el orden de presentación y el contenido de las iniciativas parlamentarias.
Otra laguna está en quién nombra ahora al portavoz parlamentario en el Congreso tras la dimisión de Antonio Hernando, ya que aún quedan varias semanas de pleno y sesiones de control antes de que finalice el periodo de sesiones.
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Estatutariamente la propuesta del nombre correspondería la Gestora -aunque siempre el portavoz debe ser elegido por los propios diputados-, por lo que Sánchez podría encontrarse al frente del Grupo Socialista con alguien que no comparta su proyecto político. Lo más probable, según apuntan fuentes de Ferraz y del equipo de Sánchez, es que se busquen propuestas provisionales y de consenso durante este periodo, aunque limiten la acción del partido. Además, todo ello, con una moción de censura en el horizonte.
De lo que está seguro Sánchez es que esta vez quiere medir bien los tiempos, hacer bien los equipos y constituirse en un bloque de oposición que acorte la legislatura de Rajoy lo más posible. Además, según transcurran los acontecimientos, el nuevo líder del PSOE siempre tendrá en la recámara la presentación de la moción de censura, que no descarta en modo alguno y que puede ser prevista como la antesala a unas nuevas elecciones.