El PSOE de Madrid: más de tres décadas de experimentos, crisis y malos resultados
Los socialistas no ganan las elecciones en la capital desde el año 1987, con Juan Barranco al frente. En los últimos comicios, los de 2019, fueron cuarta fuerza política tras Más Madrid, PP y Cs. En Ferraz consideran que hay algunas opciones de disputar el Ayuntamiento a José Luis Martínez Almeida.
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madrid,
"Lo de Madrid siempre es un lío". Así resume un dirigente socialista la historia reciente y pasada de la federación del PSOE en el territorio madrileño. Durante los últimos días ha vuelto a ponerse de manifiesto esta situación. Las primarias para elegir candidatura al ayuntamiento de la capital se han retrasado al mes de diciembre a la espera de encontrar un nombre de relevancia que todavía parece que no llega. Pero la historia de los socialistas en Madrid es una recopilación de experimentos externos y nombramientos desde arriba, de crisis internas y malos resultados electorales.
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Fue en el año 1987 la última vez que el PSOE ganó unas elecciones municipales en Madrid. Lo hizo gracias al histórico Enrique Tierno Galván. El "viejo profesor" llevaba como alcalde desde el año 1979, aunque en aquella ocasión fue la segunda fuerza más votada. En 1983 fue reelegido como alcalde. Su muerte en 1986 dejó el puesto a Juan Barranco, que revalidó la Alcaldía un año después. Allí permaneció hasta mayo de 1989, cuando una moción de censura lo sacó del liderazgo municipal.
Desde entonces, es decir 33 años, los socialistas no ostentan el poder municipal en la capital de España. Y la realidad es que además progresivamente han ido perdiendo fuerza electoral hasta nuestros días. De hecho, en las últimas elecciones, las de 2019, fueron la cuarta fuerza más votada tras Más Madrid, PP y Cs, con alrededor de 224.000 votos y ocho concejales, su peor resultado histórico.
En aquellos comicios se presentó como candidato, intentando dar un golpe de efecto, el exseleccionador español de baloncesto, Pepu Hernández. El experimento no funcionó y el candidato acabó además dimitiendo poco después del grupo municipal.
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Cuatro años antes, en 2015, la irrupción de Manuela Carmena de la mano del proyecto de confluencia Ahora Madrid, dejó también en resultados muy bajos a los socialistas. Antonio Miguel Carmona fue el tercer candidato más votado, superado ampliamente por Ahora Madrid y el PP.
Tras la salida de Barranco después de las elecciones de 1991 y 1995, que perdió frente a José María Álvarez del Manzano, pasaron como cabezas de cartel socialista diferentes candidatos, uno diferente cada cuatro años. En 1991 obtuvieron más de 510.000 votos. Pero en 1995 ya cayeron por debajo del medio millón. Y en 1999, con Fernando Morán al frente, recuperaron algo de voto, pero insuficiente para derrocar a Manzano.
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En el año 2003, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del partido, se eligió a Trinidad Jiménez para disputar la Alcaldía a Alberto Ruiz Gallardón. No fue suficiente. Como tampoco lo fue en 2007 la candidatura de Miguel Sebastián, que perdió además bastantes votos respecto a las anteriores elecciones. Tampoco funcionó Jaime Lissavetzky en 2011, confirmando ya una sangría de votos perdidos hasta la actualidad.
Una historia de crisis internas
En la Comunidad de Madrid el panorama tampoco ha sido demasiado alentador en las últimas décadas. Los populares llevan gobernando a nivel autonómico desde el año 1995, cuando Gallardón le ganó a Joaquín Leguina, presidente desde el año 1983. El PSOE tuvo una opción de gobernar en 2003, pero el famoso e histórico tamayazo impidió que Rafael Simancas fuera presidente en lugar de Esperanza Aguirre.
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En 2019 los socialistas estuvieron de nuevo cerca del Gobierno madrileño. De hecho, la candidatura de Ángel Gabilondo fue la más votada, pero los números a la izquierda no dieron y un pacto de Cs y PP dio la presidencia a Isabel Díaz Ayuso. La apuesta del PSOE para 2023 es Juan Lobato, actual secretario general en Madrid. A tenor del resultado de 2022, con Ayuso cerca de la mayoría absoluta, no lo tendrá fácil.
La federación socialista madrileña, además, no ha escapado a relevantes crisis internas que han culminado en la creación de gestoras. Las diferentes familias y las luchas intestinas han sido habituales. La primera de las gestoras llegó en 2007 tras la dimisión de Simancas.
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Pero el más sonado enfrentamiento tuvo lugar durante 2015. Con un nombre propio, el de Tomás Gómez, uno de los alcaldes más votados en su momento gracias a su gestión en Parla. Ferraz decidió intervenir en la federación y destituyó a Gómez, dando paso de nuevo a otra gestora. La reestructuración del partido llegó con unas primarias en las que se impuso Sara Hernández.
Dos años después el vencedor fue José Manuel Franco, que dimitió el pasado año tras los malos resultados obtenidos frente a Ayuso y habiendo perdido la hegemonía de la izquierda en favor de Más Madrid. Un baile de nombres que dan buena muestra de la inestabilidad del proyecto.
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La difícil papeleta de ganar a Almeida
La situación para 2023 es todavía una incógnita. El experimento de Pepu Hernández no funcionó. Durante meses se ha barajado como opción favorita la de Mercedes González, actual delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid y cercana a Sánchez. La portavoz municipal, Mar Espinar, tenía también aspiraciones y algunos cargos apuntaban a la concejal Enma López. Pero esta semana todo ha quedado aplazado.
En Ferraz y en la propia federación madrileña existían dudas sobre la idoneidad de González como candidata. Consideran en el partido que la batalla electoral a José Luis Martínez Almeida no está perdida. Por ello se ha estado tanteando a algún ministro del Gobierno de Sánchez o algún fichaje externo de renombre y de ámbitos fuera de la política.
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Todo está en el aire en estos momentos y la designación, según destacan diferentes fuentes consultadas, "solo la sabe el presidente". González sí que ha descartado ya oficialmente presentarse con un breve comunicado enviado el pasado jueves.
Las primarias, además, se han decidido retrasar por sorpresa hasta el mes de diciembre. Porque no eran los planes iniciales del partido. Más allá de esconder al candidato o candidata, los socialistas han justificado la decisión por estrategia. Primero, para poner el foco en Lobato, que sí se proclamará candidato en octubre. Y segundo, para no jugar las cartas. Una decisión que no ha sentado bien en diferentes sectores del partido que rechazan tutelas desde Ferraz.
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La realidad es que las numerosas quinielas existentes han causado revuelo y cierto nerviosismo en los integrantes del partido. Y, salvo sorpresa, la "apuesta fuerte" del PSOE para Madrid capital, todavía tardará algo en desvelarse.