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Un PSOE desgarrado permite a Rajoy seguir al mando en Moncloa sin tener una mayoría

El duro discurso de Rufián contra los socialistas

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El líder del PP y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, a su salida del congreso tras ser investido hoy presidente del Gobierno por mayoría simple. / EFE

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MADRID.- Mariano Rajoy ha logrado a última hora de la tarde de este sábado quedar investido como presidente del Gobierno de la XII Legislatura, tras acabar un proceso político que ha roto con cualquier precedente: es el único candidato que ha conseguido su objetivo gracias a la abstención del principal grupo de la oposición. Ha sido la segunda votación con la que ha culminado el debate de investidura en el Congreso de los Diputados.

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En esta ocasión, además, Mariano Rajoy ha sido el candidato que llega a La Moncloa con un menor número de apoyos parlamentarios, apenas los 137 la bancada popular, para respaldar su gestión a lo largo de la actual legislatura, lo que hace prever un mandato lleno de incógnitas. El presidente del Gobierno repite al frente del Ejecutivo pero tras una legislatura en la que gozó de una mayoría absoluta de 185 escaños.

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La votación y el recuento no han estado exentos de tensión debido al desgarro emocional y político en el seno de la bancada socialista – integrada esta tarde por 83 escaños, tras la renuncia hoy mismo de Pedro Sánchez -, obligada a pronunciarse por la abstención por mandato del Comité Federal del partido, máximo órgano entre congresos. Finalmente, el voto negativo de 15 diputados – la mitad de ellos del PSC - ha puesto de manifiesto la crisis de la formación socialista, actualmente bajo el mandato de una gestora provisional.

El duro discurso de Rufián contra los socialistas

El debate en esta segunda sesión de investidura, obligada al no obtener el candidato la mayoría absoluta de la cámara el pasado jueves, no ha deparado sorpresas, entre otras cosas porque reglamentariamente está constreñido a unos pocos minutos para cada portavoz, incluso para el propio candidato. Sin embargo, la intervención del representante del grupo parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, totalmente dirigida hacia el grupo socialista con continuas descalificaciones por su abstención, han enconado a la bancada del PSOE, que ha protestado airadamente. Al menos cuatro diputados han abandonado sus escaños.

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El portavoz adjunto de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, saluda al diputado de EH Bildu, Oskar Matute, durante el debate de investidura en el Congreso hoy en Madrid. / EFE

Sin embargo, a continuación se ha suspendido la sesión por unos minutos antes de iniciarse el llamamiento para votar, momento que han aprovechado varios portavoces para rebajar la tensión. En concreto, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, José Manuel Villegas y Rafael Hernando se han mostrado activos en esta tarea junto a los escaños del propio Iglesias, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, y de la ministra Báñez. Los socialistas se han mantenido al margen a petición de su portavoz, que les ha pedido tranquilidad.

"Si cumple las exigencias de Ciudadanos todo va a salir bien”, le ha recordado Albert Rivera a Mariano Rajoy

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El aspirante Mariano Rajoy, en una intervención de apenas doce minutos, ha pedido con contundencia que se le deje gobernar por entender que no tiene sentido que se le permita formar un Gobierno y posteriormente obstaculizar su gestión. Consciente de su debilidad parlamentaria se ha declarado partidario de dialogar con el resto de las fuerzas políticas, pero ha advertido que no piensa permitir que se deshagan las reformas realizadas durante su gestión “porque se han demostrado válidas”. Unas palabras que han sonado a desafío. Y ha puesto tres líneas rojas innegociables: la unidad de España, los acuerdos con la UE y la estabilidad presupuestaria.

El representante de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, le ha profetizado a Rajoy que su mandato supone “el epílogo de una etapa política previa a que le ganemos nosotros, tarde o temprano, las elecciones en una nueva España, la de los jóvenes que exigen el cambio y que ya saben lo que es sufrir el paro, desahucios y la precariedad laboral”. “Buena suerte, señor Rajoy, en su epílogo”, se ha despedido.

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