El PSOE y las derechas libran una batalla voto a voto en Castilla-La Mancha, feudo socialista
Emiliano García-Page ganaría las elecciones, pero la suma de PP y Vox alcanzaría la mayoría absoluta para formar gobierno. Unidas Podemos y Ciudadanos se quedarían fuera del Parlamento autonómico.
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MADRID,
Castilla-La Mancha, feudo socialista, podría quedar en manos del PP y de Vox tras las elecciones autonómicas que se celebrarán el 28 de mayo. Según el último estudio de Key Data para Público, la batalla electoral en este territorio se libra voto a voto, y los bloques en liza se lo juegan todo a un escaño, el que determinará cuál tendrá mayoría absoluta para poder formar gobierno.
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En los barómetros, el PSOE de Emiliano García-Page, actual presidente de la comunidad autónoma, va en cabeza, y estaría en disposición de ser la primera fuerza en los comicios. Los socialistas se dejarían, sin embargo, casi cinco puntos porcentuales (unos 40.000 votos) respecto a las elecciones de 2019 y su estimación estaría en la actualidad en el 39,5%.
Con estas cifras, el PSOE obtendría 16 escaños, y se quedaría a uno de la mayoría absoluta (hace cuatro años obtuvo 19 con una estimación de voto que superaba el 44%). Pese a rozar el gobierno de Castilla-La Mancha, si Page no alcanzase esta mayoría, habría un cambio de gobierno y la derecha se haría con el poder en este territorio.
El Partido Popular es la segunda fuerza en las encuestas, pero logra recortar mucha distancia con los socialistas; si en las elecciones de 2019 se quedaron a 15 puntos del PSOE, en estas se sitúan a menos de tres puntos y, con un 36,7% de estimación de voto, tendrían 15 asientos en la Cámara autonómica, solo uno menos que Page.
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La clave en este territorio reside en la ultraderecha y en la posibilidad, recogida actualmente en las encuestas, de que pueda entrar al Parlamento con dos escaños. El estudio de Key Data da a Vox una estimación de voto del 10,5% (tres puntos y medio más que hace cuatro años, cuando se quedaron sin representación institucional), con lo que obtendrían dos asientos, uno por Toledo y otro por Guadalajara.
La suma de Partido Popular y Vox lograría sobrepasar por un escaño a Page y alcanzar la mayoría absoluta de 17 escaños necesaria para formar gobierno. Por lo tanto, la batalla electoral, más que ajustada, parece residir en estas dos provincias (Toledo y Guadalajara) en las que la ultraderecha lograría quedarse con el último diputado de cada una.
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Ciudadanos sería la fuerza más perjudicada en los comicios de Castilla-La Mancha y perdería más de ocho puntos respecto a 2019. Con una estimación de voto de un 2,9%, perdería los cuatro escaños que tiene en la actualidad y se quedaría fuera de la Cámara autonómica. Según explica Paz Álvarez, directora técnica de Key Data, es precisamente el hundimiento de Cs lo que permite tanto el crecimiento del PP y el hecho de que le recorte tanta distancia al PSOE, como la irrupción de Vox con esos dos diputados.
Unidas Podemos Castilla-La Mancha (la coalición de Podemos, Izquierda Unida, Alianza Verde y Verdes Equo) tampoco entraría en el Parlamento, como sucedió en 2019, cuando la marca Podemos-IU-Equo se quedó fuera. La coalición tiene una estimación de voto del 6,5% (ligeramente por debajo de los anteriores resultados) y no podría sacar diputados en ninguna de las provincias.
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El PSOE de Page ganaría en Albacete y Ciudad Real (cuatro escaños en cada una) y el PP en Cuenca (tres escaños). Ambas formaciones empatarían en Toledo y Guadalajara, las dos provincias donde la ultraderecha conseguiría diputado. "Las posiciones están tan cerca que estos dos meses de campaña van a ser decisivos", explica Álvarez.
El estudio elaborado por Key Data para Público es un análisis desk research de toda la información disponible, tanto del comportamiento electoral del ámbito de la elección y su evolución como de todas las encuestas, publicadas o no, a las que se ha tenido acceso. Con toda esa información y aplicando las ponderaciones correspondientes, se llega a una estimación de voto sobre la que se aplica la ley electoral para asignar escaños. En esta ocasión, solo había información suficiente para elaborar el análisis de cinco comunidades autónomas: Madrid, País Valencià, Castilla-La Mancha, Extremadura y Cantabria.