El PSOE se crece de cara a las europeas al superar en 90.000 votos al PP en las elecciones de Galicia, Euskadi y Catalunya
Los populares crecen en todos los territorios pero los socialistas obtienen mejores resultados en el balance global. Sánchez encara la cita del 9 de junio con un partido "movilizado" tras un "ciclo electoral positivo" para sus intereses.
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madrid,
Este lunes fue un día de celebración en el PSOE. El partido que lidera Pedro Sánchez transmitió de manera incesante su felicidad por los resultados electorales en Catalunya. A la espera de poder formar Govern, el líder del PSC, Salvador Illa, se ha consagrado con una contundente victoria en las urnas. Y la lectura en Ferraz es que el ciclo electoral de 2024 ha demostrado, hasta el momento, la "fortaleza del proyecto socialista".
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Para ejemplificarlo, en la dirección del PSOE se remiten a los datos. Pese al descalabro en Galicia en febrero, con el peor resultado de su historia, los socialistas han recuperado tirón en las siguientes citas electorales, la de Euskadi en abril y la del pasado domingo en Catalunya. Realizando la suma de votos entre los tres comicios, el PSOE obtiene un total de 90.086 más que el PP, su principal adversario. En número de escaños autonómicos, los socialistas superan en uno a los populares, 63 frente a 62.
Mientras que en Galicia el PP obtuvo una clara mayoría absoluta que permitió a Alfonso Rueda seguir al mando de la Xunta, en Euskadi el PSE son llave de Gobierno para continuar con la coalición junto a PNV. En las elecciones gallegas el PP distanció al PSOE en casi 500.000 votos. Pero en Euskadi y Catalunya los socialistas han dado la vuelta a su marcador particular. En las primeras les sacaron una ventaja de más de 50.000 votos y en las del pasado 12 de mayo más de 500.000.
Los socialistas destacan la "irrelevancia" del PP en dos territorios clave para la gobernabilidad y la vertebración territorial del Estado. Es cierto que los populares han sido la fuerza que más ha subido en Catalunya, también subieron ligeramente en Euskadi respecto a las anteriores elecciones, incluso más porcentualmente que los socialistas. Y, por supuesto, mejoraron resultados en Galicia. Pero la lectura de Ferraz de este ciclo electoral es muy positiva.
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"Las europeas están abiertas", señalan fuentes de la dirección socialista. "El punto de partida es positivo. Venimos de dos procesos electorales positivos. Hay un partido movilizado, hay pulso y tensión. Con prudencia, pero la movilización en el partido se ve. El refrendo del proyecto genera apoyos", añaden fuentes gubernamentales cercanas a Sánchez.
Las últimas encuestas publicadas sobre las elecciones europeas reflejan previsiones diversas. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó en abril un sondeo donde apuntaba a un empate entre PSOE y PP el 9 de junio. Los socialistas estarían por encima de forma muy ligera, con un 19,3% de intención directa de voto frente al 19,2% del partido que lidera Alberto Núñez Feijóo.
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Otras encuestas recientes de carácter privado, como la publicada por Sigma Dos el pasado 5 de mayo da una victoria clara al PP. En este caso los populares superarían por seis escaños a los socialistas, que tendrían peores resultados que en 2019. Desde Ferraz recuerdan, en este sentido, que las principales encuestadoras sobreestimaron al PP en las pasadas elecciones generales del 23 de julio.
Asimilación del PP con Vox
La línea estratégica del PSOE para estas elecciones europeas tiene también como punto clave insistir en el mensaje de asimilación del PP con al extrema derecha. Una estrategia que al menos el 23J les funcionó para mantener el Gobierno.
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"El PP prepara su operación maquillaje para presentarse a las elecciones europeas como un partido de derechas homologable a algunos de sus socios europeos. Nada más lejos de la realidad. El PP se ha fusionado con Vox en sus políticas y discurso, y lo hemos podido ver en las pasadas elecciones en Catalunya. Feijóo solo habló de inmigración, okupas y marcos usados por la ultraderecha", destacan fuentes socialistas.
En Ferraz apuntan al "inminente" pacto de PP y Vox para que la ultraderecha entre en el Gobierno de la ciudad de Sevilla. Algo que, señalan en el PSOE, se aplazará hasta después de los comicios europeos. Igual pasa con la tramitación de las llamadas leyes de 'concordia' en País Valencià y Castilla y León.
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"Feijóo debería tener la gallardía de ir de cara ante los españoles y no esconder bajo la alfombra la suciedad política que ha propiciado desde su llegada abriendo de par en par las puertas a los ultras en las instituciones", añaden los socialistas. Para el PSOE, los populares "deberán explicar a los españoles si tras las elecciones europeas seguirán tramitando las leyes de desmemoria y darán a Vox nuevos sillones de gobierno en las instituciones".
Teresa Ribera se pone en marcha
El PSOE tendrá como candidata el 9 de junio a la actual vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera. Los socialistas pretenden poner el foco en un discurso "verde" frente al negacionismo climático de la extrema derecha. Una estrategia que puede atraer a votantes progresistas desencantados con opciones como Sumar y Podemos, que se presentan por separado a las europeas.
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Pese a que la campaña electoral no está todavía de forma oficial en marcha, Ribera ya ejerce de candidata. Este miércoles ha presentado ya las principales líneas de su candidatura en Sevilla junto a la vicepresidenta del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE María Jesús Montero. El sábado participará en un gran acto junto a Sánchez e Illa en Barcelona. Y el domingo la arropará el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en Cádiz.
Entre medias deberán llegar las negociaciones en Catalunya. Un proceso que no será rápido y que Ferraz ha dejado en manos del PSC. Los socialistas rechazan de manera abierta la propuesta de Carles Puigdemont de que él sea el president de la Generalitat. Y apuntan a que ERC debe reposar los resultados y reflexionar sobre su papel en el Govern.
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Al mismo tiempo, en Moncloa niegan cualquier tipo de riesgo para la estabilidad de Sánchez. Un hecho que sí vio tambalearse con los cinco días de reflexión que se tomó el líder socialista y que hoy en día parece un hecho completamente superado tras el resultado catalán.