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El PSOE busca movilizar a su electorado de izquierdas con políticas sociales y recuperar el centro con pactos con el PP

Los sondeos reflejan un trasvase de votos de los socialistas hacia los populares. Las reanudación de las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha destensado las relaciones entre ambos partidos, aunque aún es pronto para saber si llegará un acuerdo. 

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), recibe al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (d), antes de su reunión en La Moncloa, este lunes. — Sergio Pérez / EFE

madrid, Actualizado:

Corren nuevos aires en las relaciones entre PSOE y PP. O al menos esa fue una de las principales conclusiones sacadas de la reunión del pasado lunes entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo. Es pronto todavía para saber si el encuentro desembocará en un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), bloqueado desde hace casi cuatro años. Pero el posible pacto puede leerse también en clave electoral, más allá de la relevancia de la crisis institucional. 

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Socialistas y populares prácticamente no han alcanzado ningún pacto de Estado de relevancia desde el comienzo de la legislatura. Son excepciones cuestiones como el Pacto de Estado contra la Violencia de Género (al que se sumaron todas las fuerzas salvo Vox) o la renovación del Tribunal de Cuentas y otros organismos, que en principio debería haber servido para renovar el Poder Judicial. 

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En este contexto, desde la llegada de Feijóo al poder del PP, tras la defenestración de Pablo Casado, los populares no han dejado de crecer en las encuestas electorales. A unos ocho meses de las elecciones autonómicas y municipales y poco más de un año para las generales, el PSOE confía en darle la vuelta a unos sondeos que hasta el momento no le son favorables a pesar de que se aprecia, desde la vuelta del verano, un ligero cambio de tendencia favorable a los socialistas. 

La receta del PSOE para esta remontada incluye dos vertientes importantes. La primera, en la que inciden reiteradamente desde Ferraz y Moncloa, es la estrategia de ofrecer un discurso social, de carácter claramente progresista y de izquierdas. Un giro, aunque en las filas socialistas no comparten del todo ese término, que comenzó principalmente con el debate del estado de la nación celebrado en julio.

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Medidas como el impuesto a la banca, el discurso de Sánchez contra los poderes económicos y mediáticos o el nuevo plan fiscal ejemplifican estos mensajes. La confianza es que poco a poco, con mensajes y políticas para la mayoría social, se vaya activando al electorado progresista, que aparece todavía en los sondeos, y así lo reconocen en el PSOE, desmovilizado. 

El objetivo también es confrontar con dos modelos económicos y poner al PP frente a su espejo, especialmente por cómo se afrontó la salida de la crisis de hace una década. Esta confrontación incluye también un desgaste al líder del PP, como se pudo ver hace unas semanas en el debate celebrado en el Senado. El presidente dedicó gran parte de su intervención a "desmontar" la figura de Feijóo, usando el ya famoso "insolvencia o mala fe". 

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Los socialistas consideran que ese es el camino a seguir y que los resultados a nivel electoral darán sus frutos. En este sentido, dan por enterrado el llamado "efecto Feijóo" y consideran que cada vez que la ciudadanía conoce más al dirigente gallego la tendencia favorece más al PSOE. En Ferraz consideran que la carrera electoral se le va a hacer larga al líder conservador y que está conociendo la realidad estatal a marchas forzadas tras salir de su espacio de confort en Galicia. 

Fuga de votantes por la derecha 

Pero todo este ataque por la izquierda no hace olvidar que los socialistas deben seguir presentándose de cara a la ciudadanía como un partido de Estado. Las encuestas reflejan una clara fuga de votantes tradicionalmente socialistas hacia el PP de Feijóo. Esta pérdida de votantes más conservadores es clave también para que el PSOE no sufra una sangría irreparable en las próximas elecciones. 

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Por eso, el PSOE, aún teniendo una estrategia clara, es consciente también de la necesidad recuperar a algunos votantes fugados por el centro. Según el CIS, Feijóo ha desbancado en los últimos meses a Sánchez. Los ciudadanos que se posicionan en el "centro" prefieren al líder popular por encima del actual presidente del Gobierno. El 22,8% de los encuestados que se situaron en el centro ideológico optaron por Feijóo mientras que el 16,6% apostó por Sánchez. En marzo, antes de que se consolidara el cambio de liderazgo en el PP, el líder del Ejecutivo alcanzó un 21,1% y Feijóo un 11%.

Algunas voces socialistas consideran en este punto que lograr arrancar pactos con el PP sería también positivo para dar una imagen de partido de Estado, aunque en ningún caso consideran que hayan perdido ese papel. Y sí que lo habrían hecho, según su punto de vista, los populares. "No nos van a dar lecciones desde la oposición de cómo actuar en temas de Estado. Cuando ellos gobernaban les apoyamos en muchas de esas cuestiones", afirman. Sin embargo, los acuerdos entre los dos grandes partidos pueden contrarrestar las críticas que desde la derecha se hacen a los socialistas por gobernar con Unidas Podemos y tener apoyos de partidos soberanistas en el Congreso.

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Para el PSOE, con los números actuales se depende mucho más de la movilización por la izquierda. Consideran que el PP está en una movilización muy alta, que no tiene mucho por donde crecer y que el PSOE tiene aún mucho  recorrido.

En Ferraz consideran que al electorado tradicional de los socialistas les cuesta más activarse pero que todavía hay tiempo y margen para ello. Y que el electorado de derechas y ultraderecha está hípermovilizado. Además destacan algunos datos relevante sobre "la letra pequeña" de las encuestas, como por ejemplo el amplio porcentaje de ciudadanía que valora muy positivamente las medidas implantadas por el Gobierno o los datos estables sobre intención de voto. 

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