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El PSC arrasa en Catalunya y contribuye a la resistencia de Sánchez

Los socialistas se imponen en las cuatro provincias y con el 34,5% de los votos pasan de 12 a 19 diputados, mientras que Sumar En Comú Podem es la segunda fuerza con más apoyo y mantiene los siete escaños. 

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La cabeza de lista del PSC al Congreso por Barcelona, Meritxell Batet, atiende a los medios tras ejercer su derecho al voto. — Marta Pérez / EFE

BARCELONA,

Pedro Sánchez necesitaba un triunfo incontestable del PSC en Catalunya, que Sumar En Comú Podem no se hundiese y que el PP creciera menos de lo que pronosticaban las encuestas para tener opciones de continuar en La Moncloa. La triple carambola se ha producido, pero esto no garantiza la reedición del Gobierno de coalición porque Sánchez necesita algún tipo de apoyo de ERC y Junts per Catalunya -además del de Bildu y PNV- para superar la suma de diputados de PP y Vox y, por tanto, mantener el cargo. Catalunya, en cualquier caso, ha sido clave para modificar el escenario que marcaban la mayoría de las encuestas.

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Paralelamente, el independentismo se ha hundido, perdiendo nueve de los 23 diputados que tenía en el Congreso. La desmovilización en este espacio que ya se dejó ver en los comicios municipales del 28 de mayo se ha intensificado este domingo. Finalmente, la derecha y la extrema derecha españolista han avanzado menos de lo que pronosticaban los sondeos, y entre PP y Vox suman apenas ocho diputados, sólo dos más de los que tenían hasta ahora si le añadimos Ciudadanos.

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Entre PSC y Sumar En Comú Podem han aglutinado a más de la mitad de los diputados en el Congreso que se eligen en Catalunya, con 26 de 48, resultado del fuerte crecimiento de los socialistas -que pasan de 12 a 19 representantes- y que los Comuns han podido mantener los siete escaños obtenidos cuatro años atrás. La resistencia de la candidatura liderada por Aina Vidal, además, le ha permitido ser la segunda fuerza más votada en el conjunto de Catalunya, por delante de ERC y Junts, aunque empata a siete diputados con ambas formaciones independentistas. Parece evidente que ha habido un claro efecto voto útil y electores tradicionalmente soberanistas se han decantado esta vez por el PSC o Sumar para evitar un Gobierno de PP y Vox.

Toda Catalunya se tiñe de rojo

Que el triunfo del PSC ha sido rotundo se resume en dos datos: casi ha triplicado en apoyo a la segunda fuerza más votada y se ha impuesto en las cuatro provincias, incluso en Girona, la demarcación donde mayor era la hegemonía independentista. Hace cuatro años sólo lo había logrado en Barcelona, mientras que ERC ganó en Girona, Lleida y Tarragona.

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La candidatura liderada por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha logrado su mejor resultado desde 2008, justamente la última vez que se había impuesto en unos comicios generales en Catalunya -en la que era su décima victoria consecutiva en unas elecciones de este tipo-.

Sin embargo, en aquella ocasión se elevó a los 25 escaños y el 45,4% de los votos, cifras claramente superiores a las de este 23J, en los que ha llegado a los 19 escaños y el 34,5% de los sufragios. En cualquier caso, ha avanzado 14 puntos de apoyo y más de 400.000 votos con relación a 2019, con un total de 1,2 millones.

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Los socialistas han sumado 13 diputados en Barcelona -donde han obtenido el máximo nivel de apoyo, con casi el 36% de los sufragios-, dos en Tarragona, dos en Lleida y dos en Girona. Sumar En Comú Podem clava los datos del 2019, con cinco diputados en Barcelona y consiguiendo mantener tanto el de Girona como el de Tarragona. Sin embargo, en su caso no ha captado más electores, ya que ha perdido cerca de 60.000 votos y medio punto de apoyo.

En cuanto a las fuerzas independentistas, tanto ERC como Junts obtienen representantes en todas las demarcaciones catalanas, pero los republicanos pierden uno de los dos que tenían en Lleida, Tarragona y Girona y se dejan tres en Barcelona. Si en las municipales del 28M ERC se dejó 300.000 votos, este 23J la caída es aún más importante y las pérdidas superan las 400.000 papeletas. En todo caso, la aritmética parlamentaria puede permitir al partido de Oriol Junqueras, Gabriel Rufián y Pere Aragonès jugar un papel clave en el Congreso, lo mismo que le ocurre a Junts.

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El partido de Carles Puigdemont y Laura Borràs pierde un escaño en Barcelona, pero conserva a los dos de Girona y el que ya tenía tanto en Lleida como en Tarragona. Aguanta mejor que Esquerra, pero la candidatura liderada por Míriam Nogueras desciende más de 140.000 sufragios y se queda en el 11,2% de los votos, 2,5 menos de los que tenía. La CUP se estrella en las urnas y apenas capta 100.000 papeletas, unas 150.000 menos que en el 2019, y con el 2,8% de los votos se queda fuera del Congreso.

El PP ha logrado ser la tercera fuerza más votada -supera a Esquerra en poco más de 5.000 sufragios-, sólo por detrás de PSC y Comuns, pero obtiene un escaño menos que ERC y Junts por su menor implantación territorial. Sin embargo, el partido de derechas queda en la franja baja de lo que le marcaban las encuestas y el crecimiento -de dos a seis diputados y del 7,4% al 13,3% de los votos- es menor de lo que contemplaba. Por último, Vox no capitaliza la desaparición de Cs y apenas ha ganado 1,5 puntos de apoyo y unos 25.000 votos que no le han permitido obtener un tercer diputado.

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