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La propuesta trampa de la derecha navarra para tratar de debilitar al PSN

Javier Esparza (UPN) propone “facilitar” la investidura de Sánchez a cambio de que los socialistas le permitan gobernar en Navarra. Sin embargo, desde el partido de María Chivite aseguran que no van a abrir la puerta a los conservadores.

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Las delegaciones de PSN y Geroa Bai en el inicio de la reunión que han mantenido este miércoles. EFE/ Jesús Diges

BILBAO,

La promesa ya está hecha. Con un buen número de cámaras de testigo y hasta señales en directo, el secretario de Organización del Partido Socialista de Navarra (PSN), Ramón Alzorriz, ha asegurado que este verano no habrá “agostazo”. Su declaración buscaba alejar los fantasmas de 2007, cuando la dirección del PSOE en Madrid ordenó a sus compañeros en Pamplona que facilitasen un nuevo Ejecutivo de UPN, impidiendo así un gobierno de corte progresista. A pesar de las señales que vuelven a llegar desde Ferraz, Alzorriz ha dado un categórico "no".

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La afirmación del responsable de Organización del PSN no ha llegado en un momento cualquiera. De hecho, quiso la actualidad informativa que sus palabras prácticamente se solapasen con otro titular: el líder de UPN y de Navarra Suma (coalición que también integran PP y Ciudadanos), Javier Esparza, aprovechó su encuentro con el rey –en el marco de la ronda de consultas abierta por el monarca para decidir a quién le encarga formar Gobierno en España- para afirmar que sus dos diputados en Madrid (ambos pertenecientes a UPN) podrían facilitar la investidura de Pedro Sánchez si, a cambio, el PSN renunciaba a gobernar Navarra.

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La jugada de Esparza, titulado en Pedagogía, tuvo un buen tirón mediático. Minutos después, varios medios nacionales pintaban una especie de canje: si el PSOE le dejaba gobernar en la Comunidad foral, él daría tranquilidad a Sánchez en Madrid. Sin embargo, una hipotética abstención de UPN podría repercutir negativamente entre las formaciones que, de momento, estarían dispuestas a apoyar al candidato del PSOE. Por ejemplo en el PNV, que en Madrid tiene seis diputados y que en Navarra forma parte de Geroa Bai. "No serían buenas noticias", avanzaron fuentes de ese partido, al tiempo que subrayaron que no harán valoraciones sobre "supuestos".   

Por su parte, desde Ferraz restaron trascendencia al supuesto ofrecimiento de Esparza, mientras que entre las fuerzas políticas progresistas de Navarra se hablaba de “fuego de artificio”.

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Contactos del PSN

Más allá de las sumas, Esparza intenta así condicionar al PSN en un momento político de gran tensión. No en vano, el líder de Navarra Suma sabía que en ese preciso instante, mientras él hablaba a los medios en el Palacio de Zarzuela, en Pamplona las cámaras apuntaban hacia otro lado. María Chivite, responsable del PSN, se encontraba en ese momento reunida con Uxue Barkos, presidenta de Navarra y número uno de Geroa Bai, con el objetivo de empezar a analizar los posibles apoyos que recogería un Gobierno foral socialista.

El encuentro, que despertó un amplio interés mediático, tuvo lugar en la Sala de Ponencias del Parlamento autonómico. A la salida, Alzorriz aseguró que van a intentar liderar el próximo Ejecutivo y que lo harán “sin pactar nada” con EH Bildu. En esa línea, el secretario de Organización socialista prometió llegar “hasta el final” en su intento de formar gobierno.

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Sin embargo, el PSN –con once escaños en el nuevo Parlamento- no solo necesita el sí de Geroa Bai –que ha obtenido nueve representantes-, sino que tendrá que buscar más apoyos para su hipotética investidura. Este jueves intentará atar el respaldo de los dos parlamentarios de Podemos, mientras que el viernes hará lo propio con el único representante obtenido por Izquierda-Ezkerra.

Luego llegará la línea roja: si no hay una abstención de EH Bildu, Chivite deberá olvidarse de su plan para llegar al Palacio de Pamplona. Ferraz rechaza tajantemente cualquier tipo de acuerdo que incluya a la coalición abertzale, algo que Alzorriz ha prometido este miércoles que no ocurrirá. Si el PSN también cumple con esta parte de su promesa, sus posibilidades de llegar al Gobierno son nulas. Entonces solamente aparece una opción: nuevas elecciones.

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“Hacen falta más apoyos”, recordó precisamente Unai Hualde, integrante del PNV y de Geroa Bai, tras la reunión con el PSN. De hecho, remarcó que debe hablarse de forma normalizada con todos los grupos políticos, criticando así los vetos marcados por la formación socialista a EH Bildu. “Hemos trasladado al PSN que abogamos por un proceso sin injerencias, desde Navarra. Les hemos pedido un compromiso para que la historia no se repita”, dijo Hualde en una clara alusión al “agostazo” de 2007.

La oferta de EH Bildu

Por su parte, EH Bildu también ha querido poner las cartas sobre la mesa. Durante una mañana de cruce de declaraciones, la parlamentaria abertzale Bakartxo Ruiz quiso recordarle al PSN que “es imposible configurar una alternativa a la derecha en Navarra sin hablar con EH Bildu”. En tal sentido, mostró su “total disposición a hablar” con Chivite, “porque no es aceptable ni para EH Bildu ni para la ciudadanía de Navarra que se trate de imponer un marco de interlocución excluyente”. De momento, su teléfono sigue sin sonar.

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