Profetas en tierra ajena: el PP arrasa en el pueblo de Pontón y el BNG sube siete puntos en la Pontevedra natal de Rueda
Besteiro, que se presentaba por Lugo y quien se llevó de número dos a la alcaldesa de la capital, perdió más de 4.000 votos en su urbe natal con respecto a las municipales.
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a coruña,
La letra pequeña del 18F ha dejado una narrativa curiosa que bien podría resumirse en una especie de guión de cine para una producción de autor en versión original en gallego. Podría titularse algo así como Profetas en terra allea -Profetas en tierra ajena-, tendría un conocido elenco y se contaría como sigue:
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Los dos protagonistas de la película, Alfonso Rueda y Ana Pontón, PP y BNG, nuevo y prometedor galán de la derecha el primero y superheroína de la izquierda y el nacionalismo la segunda, han logrado cada uno resultados contundentes en los respectivo territorios del otro.
Al tiempo, José Ramón Gómez Besteiro se ha desplomado como un actor de reparto descabalgado a lomos del PSOE incluso en su propia ciudad, mientras que los extras -Marta Lois, de Sumar; Isabel Faraldo, de Podemos; y Álvaro Díaz-Mella, de Vox- ni siquiera aparecen en los títulos de crédito en los cines de sus respectivos barrios.
En Pontevedra, la ciudad natal del incontestable ganador de las elecciones, el Partido Popular ha obtenido un 45% de los votos, 2,36 puntos menos que el resultado global del PP en Galicia.
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Pero en esa capital el BNG de Pontón ha crecido siete puntos, hasta llegar al 34,5%. Es decir cuatro más que la media nacionalista del 31,57% de sufragios en toda la comunidad.
Paradójicamente, en Sarria, el municipio de origen de la líder del Bloque, quien ha arrasado es Rueda con un 54,4% de apoyos, mientras que el Bloque no llegaba al 29%.
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A 30 kilómetros al norte de allí, en Lugo capital, donde nació José Ramón Gómez Besteiro, el PSOE se ha quedado con el 18,1%.
Es verdad que son casi cuatro puntos más que la media del 14% que obtienen los socialistas a nivel autonómico, pero los resultados de Besteiro y de su número 2, la que hasta unas semanas era alcaldesa de la ciudad, Lara Méndez, también son desastrosos allí: han perdido más de 4.000 votos y casi diez puntos con respecto a las municipales de hace nueve meses.
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En Santiago, donde nació y fue concejala Marta Lois, Sumar sólo logró 1.400 de los 28.171 votos de ese partido en Galicia.
En Ferrol, la ciudad de la líder del partido, Yolanda Díaz, fueron 1.333, apenas un 4,1%. La vicepresidenta, que esta vez solo hizo un par de breves cameos en la campaña autonómica de su formación, había obtenido en las generales del año pasado en su ciudad un 17% con cerca de 6.300 sufragios.
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También fue concejala en su terruño, A Coruña, la aspirante de Podemos, Isabel Faraldo, quien el domingo apenas llegó allí al 0,4% de los votos.
Fueron un total de 528, 151 menos que el Pacma, el meritorio partido animalista al que siempre, e injustamente para muchos espectadores, se usa como rasero de medida de los malos resultados electorales.
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Por cierto que en ese sentido hay una formación que se esta encasillando en su papel de villano y recurrente perdedor de la ultraderecha patria: Vox se ha dejado en Vigo, la ciudad de su cabeza de cartel, más de 3.300 votos y 2,3 puntos con respecto al 23J.
Y para terminar, no hay película con un mínimo de acción sin su consabido extra para las escenas de riesgo. Armando Ojea ha salido diputado, aunque nada parece muy creíble en esa factoría de serie de B que es la Democracia Ourensana de Gonzalo Pérez Jácome.
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El partido del alcalde de Ourense ha llegado al Parlamento de Galicia, cierto, pero sin llave de la Xunta y con 8.000 votos y casi 17 puntos menos que en las municipales del 28M.