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Presos por la paz: Ucrania y Rusia recrudecen la presión contra quienes se niegan a ir a la guerra

El Día Internacional de la No Violencia, que se conmemora este domingo, coincide este año con el exilio de miles de personas que rechazan participar en el conflicto entre Moscú y Kiev.

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Policías rusos detienen a una persona durante las protestas contra la movilización de reservistas ordenada por el presidente Vladímir Putin. — REUTERS

bilbao, Actualizado:

Ni matar, ni morir. En este mismo instante, miles de rusos y ucranianos buscan una vida alejada de la guerra. No es una misión fácil ni carente de peligro: la objeción de conciencia al reclutamiento forzoso se paga muy caro tanto en Moscú como en Kiev. Más de siete meses después de que empezara la invasión de Rusa a Ucrania, ni en un lugar ni en otro existen garantías para los antimilitaristas. 

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El Día Internacional de la No Violencia que se conmemora este domingo coincide con un momento especialmente difícil para los enemigos de las guerras. La movilización de reservistas decretada por Vladímir Putin ha añadido otro tanto de desesperación y angustia entre quienes afrontan, quizás, la decisión más difícil de su vida: o van a la guerra, o van a la cárcel, o se van –si pueden– del país.

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"Los recientes acontecimientos en Rusia han dado a conocer hasta qué punto se puede encarcelar a la gente por expresar sentimientos antibélicos", afirma a Público Derek Brett, representante de la organización Conscience and Peace Tax International ante la ONU en Ginebra.

"El derecho a la objeción de conciencia está suspendido en Ucrania desde este mes. En Rusia este derecho sigue existiendo y los objetores realizan un servicio civil alternativo, pero el hecho de que algunos de estos jóvenes sean también activos en el movimiento antiguerra tiene como consecuencia que encuentren dificultades debido a sus acciones pacifistas", señala por su parte Sam Biesemans, vicepresidente de la Oficina Europea de Objeción de Conciencia (EBCO, por sus siglas en inglés).

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Esta organización con sede en Bruselas participa en una campaña internacional dirigida a pedir a las autoridades europeas que garanticen el derecho de asilo a los objetores y desertores rusos, ucranianos y bielorrusos, hoy en la diana de sus respectivos gobiernos. 

En una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; y a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, los firmantes –entre los que se encuentran EBCO, la Internacional de Resistentes a la Guerra, la entidad neerlandesa International Fellowship of Reconciliation (IFOR) y la organización alemana Connection e.V.- advierten sobre esta grave situación.

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Abrir las fronteras

Alertan precisamente sobre "la importancia de abrir las fronteras a quienes se oponen a la guerra con gran riesgo personal en sus países" y hace un llamamiento a la comunidad internacional para que "apoye a quienes se niegan a luchar y matar".

El servicio de contrainteligencia ruso ha contabilizado al menos 261.000 hombres que han abandonado el país tras el anuncio de movilización de reservistas efectuado por Putin el pasado 21 de septiembre, según datos filtrados por fuentes de la Administración Presidencial rusa al diario Novaya Gazeta y reflejados hace pocos días por Público. 

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Por su parte, los promotores de campaña a favor del refugio de los desertores estima que otros 100.000 ciudadanos rusos ya habían abandonado el país desde el inicio de la guerra para evitar que les enviasen al frente de batalla. La carta remitida a las autoridades europeas señala que otros 100.000 ucranianos han logrado salir del territorio y eludir así el reclutamiento forzoso.

Asimismo, se calcula que unos 22.000 militares bielorrusos han abandonado su país porque no quieren participar en la guerra de Ucrania. "Todos los que se han negado a prestar este servicio se arriesgan a ser perseguidos durante varios años por su postura contraria a la guerra. Esperan recibir protección en varios países", señala la carta dirigida a las autoridades europeas.

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La ONG Connection e.V, encargada de realizar estas estimaciones, advierte de que "apenas es conocido por el público que tantos hombres han huido de Ucrania escapando de la guerra". Tampoco resulta sencillo encontrar a exiliados que "quieran hacer pública esta historia, ni siquiera de forma anónima".

"En Connection e.V. recibimos casi a diario consultas sobre objetores de conciencia ucranianos, pero casi siempre de familiares o amigos, y muy raramente de los propios hombres afectados", apunta esta organización.

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"Muerte civil"

La persecución contra aquellos que rechazan sumarse a los ejércitos tiene otros capítulos en distintas partes del planeta. Según consta en un informe enviado por IFOR al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en marzo pasado, "los objetores de conciencia siguen siendo encarcelados en varios países, como Turkmenistán, Singapur, Eritrea, Tayikistán e Israel".

Citaba, además, el caso de dos testigos de Jehová "actualmente encarcelados como objetores de conciencia en Corea del Sur", mientras que "hay otros veinte encarcelados en Eritrea", donde no se reconoce el derecho a no participar de forma obligatoria en las instituciones militares. 

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El documento resalta que en Turquía y Singapur tampoco se reconoce este derecho y subraya en concreto que "los objetores turcos se enfrentan a una situación de muerte civil". 

En un reciente informe al que ha tenido acceso Público, el Observatorio de Objeción de Conciencia de Turquía señala que entre las "violaciones de derechos más comunes" figuran restricciones en materia de seguridad social, trabas a la libertad de movimiento y la "imposibilidad de trabajar en las instituciones estatales".

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