María Victoria Álvarez tiró de la manta, pero no tomó esa decisión sola. La exnovia de Jordi Pujol Ferrusola se animó a denunciar el fraude fiscal de la familia del expresident de la Generalitat presuntamente instigada por algunos miembros del PP e incluso del Gobierno.

Así, fue Jorge Moragas, jefe del Gabinete de Mariano Rajoy, quien ya en noviembre de 2012, a tan sólo cinco días de las elecciones autonómicas que Artur Mas anticipó en aquel entonces, le pidió que lo contara 'todo'. 'Si dieses una entrevista y lo contases todo, salvarias [sic] a España y yo te haria [sic] un monumento. Besote', le escribió por SMS, según las informaciones destapadas ayer por Vozpópuli y Eldiario.es. Pocos meses después, Álvarez declaró ante la Policía.

Ante el escándalo, el Ejecutivo eludió ayer hablar de este tema. 'El Gobierno nunca comenta conversaciones privadas que se han hecho públicas', se limitó a responder la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Hoy se ha sabido, además, que la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, contribuyó también a la explosión del caso Pujol, según la noticia publicada hoy también en Eldiario.es y El Periódico de Catalunya. En 2010, ambas se reunieron en el ya famoso restaurante de La Camarga; una reunión en la que Sánchez-Camacho le habría sonsacado información de los Pujol suficientemente relevante como para poder atacar Convergència. Dos años después, también en 2012, cuando se destapa el escándalo de espionaje de la agencia Método 3, Álvarez muestra su inseguridad tras haberse sentido demasiado expuesta en los medios de comunicación. 'Esto de que abran las noticias con mi nombre y mi imagen me da un mal rollo...', lamenta la exnovia del primogénito de los Pujol en un whatsapp.  'Aguanta Vicky. Resistir es lo único que nos queda', le respondió la líder de los conservadores catalanes, con un estilo similar al que Rajoy utilizó con el extesorero del PP, Luis Bárcenas, cuando éste entró en la cárcel.

Ahora todas estas nuevas relaciones de intercambios de mensajes entre miembros del PP y una de las artífices del destape del fraude de los Pujol se encuentran en manos de la Oficina Antifraude catalana y del juez Pablo Ruz.