El PP que gobierna responde al PP de la oposición: así cabalga Feijóo todas sus contradicciones
Hay un PP que no convocará elecciones aunque no consiga aprobar los presupuestos de este año igual que hubo un PP que usó la Mesa del Congreso para bloquear la acción legislativa de la izquierda.
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madrid, Actualizado:
Pablo Iglesias hizo célebre aquella frase de que "hacer política es cabalgar contradicciones". Es así para todos, tanto en el Gobierno como en la oposición. Algunos, la mayoría, tratan de maquillarlas; pero esta siendo difícil hacerlo para el Partido Popular. Si el PP en el Gobierno respondiese al PP en la oposición, le diría que, ante las elecciones en Venezuela, "España estudiará junto a sus socios europeos las medidas oportunas".
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El PP que gobierna, por ejemplo, le dice al PP en la oposición que no convocará elecciones aunque no consiga aprobar los presupuestos de este año. Así lo ha dicho el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, mientras su partido presiona al Gobierno con el difícil horizonte de las cuentas públicas.
Lo que sigue es el PP de la oposición frente al espejo del PP en el gobierno.
Venezuela de la mano de la UE, ¿o no?
A finales del mes de julio se celebraron elecciones en Venezuela. Una oportunidad única para la oposición a Nicolás Maduro en la que el PP se volcó de lleno. Su sensibilidad con el pueblo venezolano es, también, un ariete contra el Gobierno de coalición. Y dentro de esa estrategia, Alberto Núñez Feijóo envió una delegación de su partido para hacer de observadores de las elecciones aun a sabiendas de que serían expulsados, una vez el país latinoamericano había rechazado su visita dentro de una misión de observación electoral, según explicó el ministerio de Exteriores.
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Era 28 de julio y en los días que siguieron, el PP pidió al Gobierno que abriese una crisis diplomática con Venezuela llamando a consultas a su embajador. El Ejecutivo hizo caso omiso a esta exigencia.
Mes y medio después de las elecciones, ningún observador internacional ha reconocido la autodeclarada victoria de Maduro, pero tampoco la de la oposición. Al no haber tenido acceso a la totalidad de las actas electorales, la comunidad internacional mantiene cautela, y la Unión Europea también. Sin embargo los populares han impulsado el reconocimiento de Edmundo González Urrutia como presidente de electo de Venezuela en el Congreso y lo harán también en el Senado, acusando al Gobierno de estar colaborando con Maduro al no liderar esta causa y dar asilo al candidato opositor venezolano.
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Obviando que el propio PP exigió a Sánchez que España acogiera a González Urrutia —fuentes del partido reconocen que no sabían que él mismo lo había solicitado y que su llegada a Madrid les pilló por sorpresa—, ¿qué decía Mariano Rajoy cuando estaba en el Gobierno?.
En 2016, las últimas elecciones que se celebraron en Venezuela antes de las de este 2024, el expresidente del PP se alineó, como ahora lo hace el Ejecutivo, con la Unión Europea. "España estudiará junto a sus socios europeos las medidas oportunas y seguirá trabajando para paliar el sufrimiento de los venezolanos", aseguró entonces. Si bien denunció a las claras que no se habían respetado "los mínimos estándares democráticos", no se salió del marco europeo.
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¿Si no hay presupuestos debe haber elecciones?: Depende
"Si no hay presupuestos, un presidente decente convocaría elecciones", repiten sin parar desde las filas del PP. Génova ansía volver a las urnas desde el mismo 24 de julio de 2023 y la debilidad parlamentaria manifestada en el primer año de legislatura les da una esperanza.
Sin embargo, no solo el PSOE y Sumar gobiernan en minoría, el PP también lo hace en varias comunidades autónomas: Aragón, Murcia, País Valenciá, Extremadura y Baleares. En todas ellas cuenta con el apoyo externo —tras la abrupta ruptura del mes de junio— de Vox y los de Santiago Abascal han amenazado con no apoyar las cuentas públicas si Feijóo se aviene a llegar a un pacto migratorio con el Gobierno. Los presupuestos de hasta cinco comunidades del PP están en el aire, pero los populares con mando en plaza parecen tenerlo claro: no convocarán elecciones aunque decaigan.
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Sobre el secuestro de la Mesa del Congreso...
Otro de los asuntos más exprimidos por el PP en su batalla contra el Gobierno es el del "uso interesado" del Congreso en beneficio propio y el "bloqueo" de sus propuestas legislativas por parte de la Mesa. "Son como el perro del hortelano, ni legisla ni deja legislar", trató de explicar el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, en uno de los últimos plenos del curso (político) pasado, denunciando que habían conseguido aprobar más de 90 iniciativas —de control o legislativas— y que estaban "guardadas en un cajón".
Es cierto. Como lo es que esta es una táctica del partido en el Gobierno intrincada en la vida parlamentaria de la que también ha abusado el PP. En su última legislatura, con Rajoy como presidente, PP y Ciudadanos unían sus fuerzas en la Mesa del Congreso y paralizaron más de 30 proyectos de ley cuyas tomas en consideración habían sido aprobadas en el Pleno llevan meses atascadas. Lo que hacían era ampliar semanalmente el plazo de enmiendas de ciertas iniciativas para evitar su debate.
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...y la presencia del presidente en las sesiones de control
Algo similar sucede con la presencia del presidente del Gobierno en las sesiones de control. El PP reprocha con dureza a Sánchez que no acuda a los plenos del Congreso y aprovecha sus ausencias en las sesiones de control para dibujar a un presidente "ausente" e incapaz de enfrentarse al Parlamento.
En el año 2016, Rajoy estuvo más de cinco meses sin asistir a una sesión de control.
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Objetivo financiación autonómica
La reforma del sistema de financiación autonómica, la madre de todas las batallas, se le ha atragantado al Gobierno —pretendían haberlo llevado a término en la primera legislatura y se lo han impuesto como objetivo para esta segunda—, y así se lo recuerda el PP, pero no menos a su último Ejecutivo, el de Rajoy.
En 2014 prometió un nuevo modelo de financiación y en 2018 abandonó la Moncloa tras una moción de censura sin haberlo conseguido. Lo máximo que alcanzó fue la creación de un grupo de trabajo acordado con las comunidades autonómicas.