El PP devuelve a la palestra la defenestración de Casado dos años después para intentar sacar rédito
Feijóo celebró en Galicia el aniversario de la mayor crisis interna del PP y se refirió a ella como un "atasco".
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madrid, Actualizado:
Entre el 16 y el 23 de febrero de 2022 pasaron tantas cosas en el Partido Popular que parecía imposible que quienes estuvieron allí las hubieran olvidado. Pero, conjurados para cerrar las heridas al vuelo, los purgados se han mantenido en un estricto —y elegante— silencio y los supervivientes, agarrados al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, borraron ese capítulo del relato colectivo popular. Pablo Casado se convirtió en una nota a pie de página del partido. Aquellos días no existieron. Al menos tan explícitamente como la última semana.
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Dos años después, y no fue casualidad, Feijóo celebró en Galicia el aniversario de la mayor crisis interna del PP, a la que se refirió como un "atasco". Esto es lo que dijo Feijóo el pasado lunes en la junta directiva del PP de Galicia, convocada para aupar a Alfonso Rueda tras la victoria en las elecciones gallegas: "Teníamos una gran responsabilidad porque esta semana, no otra, no ayer, no la siguiente, esta semana, se van a cumplir dos años desde que el PP nacional convocó un congreso extraordinario. El 22 de febrero, si no recuerdo mal, el día anterior al inicio de la guerra de Ucrania, resulta que los señores del PP tenemos un atasco en nuestra organización. Y yo aquella noche estaba en Génova y se decide convocar un congreso".
"Para mí, no hay una fórmula mejor que celebrar estos dos años con la mayoría absoluta de Alfonso Rueda en Galicia. Es el máximo de celebraciones posibles", continuó. Una reflexión que sorprendió en el partido porque, aunque la fecha está señalada para todos en el calendario, no esperaban que fuera el propio Feijóo quien hiciera referencia a ella. Fue fruto de la euforia que siguió al nerviosismo ante la posibilidad de perder la Xunta, coinciden dos barones del PP preguntados por Público por su análisis de estas declaraciones.
Esa noche de la que habló Feijóo —que fue la del 23 de febrero, no la del 22— fue "dura". "Durísima", matiza otro presidente autonómico del partido. Casado, acorralado ante la falta de apoyos en el partido después de señalar a Isabel Díaz Ayuso por la compra de mascarillas a una empresa de la que cobró su hermano, en lo peor de la pandemia, reunió en Génova a todos los dirigentes territoriales a las 20.00 horas. El encuentro terminó de madrugada.
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Fue tal la tensión que un Feijóo que ya tenía claro que se pondría al frente del PP pidió a los presidentes que dejasen sus teléfonos móviles para evitar filtraciones. Poco más de un mes después, el 2 de abril, el PP celebró el congreso extraordinario que encumbró al líder gallego como presidente.
¿Cuál es el balance? En términos electorales, el PP ha acumulado muchas e importantes victorias en ciudades y comunidades autónomas, la última en Galicia, y se ha hecho con casi todo el poder territorial del país: gobiernan en 11 comunidades autónomas, además de en las ciudades de Ceuta y Melilla. Pero no es menos cierto que han sido empañadas por el fracaso que supuso no llegar a La Moncloa después del 23 de julio.
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Esto ha provocado que Feijóo haya renunciado a su leit motiv fundacional como presidente del partido: manos libres para los territorios. Como su único poder institucional es el de las comunidades autónomas, está sosteniendo toda su labor de oposición en ellas, con la intromisión que ello implica. Las críticas en este sentido empiezan a aflorar.
En la defenestración de Casado jugó un papel casi más importante que la guerra abierta con Ayuso la animadversión de los territorios que se había ido ganando por intromisiones que consideraban impropias. Cuando el pasado lunes Núñez Feijóo viajó a Santiago de Compostela para cerrar él la primera junta directiva del PP de Galicia tras la mayoría absoluta de Rueda, algunos dirigentes del partido se acordaron precisamente de lo que Casado hizo en mayo de 2021 con la primera victoria de Ayuso en la Comunidad de Madrid: intentar sacar rédito para reforzar su liderazgo.
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Ayuso y el ‘caso Koldo’
Y no solo Feijóo se ha acordado de aquellos días de hace dos años. La otra gran pieza del puzle, también, aunque por razones distintas. El 22 de febrero de 2022 quiso recordar el presidente nacional del PP en plena resaca de las gallegas que Anticorrupción abrió una investigación contra el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid por el cobro de comisiones por intervenir en la compraventa de mascarillas que hizo el Gobierno madrileño durante la pandemia.
Según quedó demostrado, la empresa con la que colaboraba el hermano de Ayuso, Priviet Sportive SL, pagó 540.000 euros por comprar mascarillas en el mercado asiático y traerlas hasta Madrid. La Comunidad de Madrid le pagó 1.512.500 euros por 250.000 mascarillas. Tomás Díaz Ayuso cobró, en total y en cuatro pagos, 234.103,52 euros de comisiones.
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"¿Cuando morían 700 personas al día puedes contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros?", se preguntó entonces Casado en una entrevista en la Cadena Cope, que, para el PP, fue su tumba política. La Fiscalía Anticorrupción confirmó el cobro de comisiones, pero, respondiendo a la pregunta del expresidente del PP, consideró que sí y archivó el caso tras no detectar ninguna ilegalidad. La Fiscalía Europea hizo lo mismo meses después. El caso quedó completamente archivado.
Así, tras la detención esta semana del que fuera mano derecha del exministro José Luis Ábalos por una presunta trama de mordidas en la compra de mascarillas durante la pandemia, el asunto vuelve a estar en el campo de batalla política. Pedro Sánchez ha usado el caso para defenderse de los ataques del PP por la trama de Koldo García y Ayuso ha respondido con un "me gusta la fruta" primero y un "la fruta me gusta muchísimo" después. Es la explicación que su equipo de comunicación dio cuando fue pillada llamando "hijo de puta" a Sánchez.
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La dirigente madrileña saca pecho ahora de que todas las instancias en las que se investigó el caso de su hermano lo archivaron y el PP de Madrid presume de haber sido el precursor de la denuncia que ha terminado con la detención de Koldo. La vendetta, dos años después, creen.
Completamente alejado de la vida pública, Casado ha lanzado recientemente un fondo de capital riesgo para invertir en actividades vinculadas con la seguridad y defensa. Teodoro García Egea, su mano derecha, también abandonó la política para trabajar en la empresa privada.