MADRID.- "¡Alcaldesa, por favor! ¡Alcaldesa!". Lo que empezó como una equivocación (o no) de un informador gráfico el primer día de la Convención Nacional del PP celebrada en Madrid al pedir a Esperanza Aguirre que posara para la prensa, se convirtió en la mejor ilustración de la sensación con la que muchos de los asistentes abandonaron el Palacio Municipal de Congresos en la mañana del domingo: "Esperanza y Nacho [Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid] van a ser candidatos", razonaba muy convencido un diputado madrileño.

Los hechos de este fin de semana no desmintieron a este parlamentario autonómico, aunque tampoco confirmaron nada. Lo cierto es que la cordialidad entre Aguirre y Mariano Rajoy -casi noticia en sí misma- y entre González y el ídem llamaron la atención de los presentes. Por un lado, las frecuentes y sonrientes conversaciones de la presidenta del PP de Madrid y el jefe del Ejecutivo constituyeron un hecho diferencial con respecto a otros actos, donde suele haber indiferencia mutua, "cuando no frialdad", comentaban en los pasillos de la Convención militantes de base con un dirigente, todos ellos madrileños.

A ninguno de los preguntados se le ocurría este fin de semana un nombre con más posibilidades que las de Aguirre para el Ayuntamiento de Madrid.

Es un secreto a voces que Rajoy no perdona a Aguirre las zancadillas con las que, en connivencia con la Cope, Federico Jiménez Losantos y El Mundo de Pedro J., la entonces presidenta madrileña trató de desbancarlo del liderazgo del PP en 2008. Fueron, probablemente, los años más duros de Rajoy al frente del partido, recuerdan los suyos. Sin embargo, al margen de sentimientos, "el negocio es el negocio" (o el pragmatismo), y Aguirre es la mejor situada en las encuestas de candidatos para los feudos madrileño y valenciano que el presidente del Gobierno ha encargado a su sociólogo de cabecera, Pedro Arriola. Y muy a pesar de éste, que tiene con Aguirre una relación "pésima", confirman en el PP, pues ella considera que el marido de la diputada Celia Villalobos sólo es un lastre para el partido y para Rajoy, que sigue muy al pie de la letra sus indicaciones.

El sociólogo de cabecera de Rajoy, Pedro Arriola, tiene una "pésima" relación con Aguirre, que lo ve como un lastre para el PP

Aguirre sería pues la candidata del PP al Ayuntamiento de Madrid si Rajoy se dejara guiar únicamente por su pragmatismo. O si no encontrara a alguien "con mejor cartel", más allá de los nombres que ya figuran en las quinielas, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría o la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes. Ninguna de ellas, sin embargo, obtiene mejor resultado que Aguirre. En este sentido, hay voces en el partido que vaticinan "sorpresas" para Madrid, Gobierno regional y Alcaldía. "Es difícil encontrar nombres", razonan, pero en eso radica la "sorpresa". A nadie de los preguntados, sin embargo, se le ocurría este fin de semana un nombre con más posibilidades que las de Aguirre en Madrid.

González, 'telonero' contra pronóstico

La de Ignacio González parece una incógnita más sencilla de resolver, razonan en el PP. El presidente de la Comunidad de Madrid ha llegado a recomponer razonablemente su relación con Mariano Rajoy hasta dejarla en el ámbito de la "cordialidad", aunque sin grandes alharacas. Al fin y al cabo, González fue parte muy destacada en la conspiración de Aguirre contra Rajoy en 2008, y el líder del PP no olvida. Con todo, González sí mantiene buena química con Cospedal y, a cuatro meses de las elecciones autonómicas, la secretaria general del PP no ve motivos para sustituir al presidente madrileño en la candidatura a la que él mismo ha dicho en muchas ocasiones que quiere ocupar.

González fue el telonero de Rajoy en la clausura de la Convención Nacional el domingo, lo cual no es poca cosa, teniendo en cuenta que sólo era obligada por tradición una intervención de Aguirre como presidenta del PP de Madrid. La bicefalia existente en éste no suponía que interviniese González, pero explican los conservadores que así lo quiso Rajoy. La decisión, sin embargo, debió de hacerse esperar, pues la prensa no tuvo el programa de la clausura de la Convención el domingo hasta última hora de la tarde del sábado. A los pocos minutos de conocerse, González acudió muy sonriente a saludar a los medios de comunicación a la sala correspondiente del Palacio Municipal de Congresos. Fue el único.