El pollo hormonado de Podemos
Cayo Lara se ceba en sus críticas a Podemos: no tiene principios, vende motos sin ruedas y engaña a la gente. Buen rollito, o sea.
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A mediados del siglo pasado hizo fortuna la leyenda de los pollos hormonados. Se creía firmemente que los productores inyectaban hormonas a las aves para acelerar su crecimiento y que su ingestión continuada provocaba en los hombres ginecomastia o, dicho de otra forma, que daba a esos infelices cierto parecido con Sofía Vergara pero sólo a la altura del pecho.
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Cayo Lara dijo que lo de Podemos no ha sido asaltar los cielos "sino asaltar IU para que no quede nada y luego irse al centro"
La realidad era, al parecer, algo distinta. En aquellos años se empezó a usar en Europa un estrógeno sintético que se aplicaba en el cogote de algunos gallos para ablandar su carne como alternativa a la castración quirúrgica. Hubo, es cierto, algún caso aislado de hombre tetudo y desde ese momento las hormonas pasaron a la historia.
En un alarde, Lara no dudó en marcar paquete: "Nosotros también queremos ganar pero la clave es conseguir que los trabajadores tomen conciencia de clase"
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IU, insistió, sí tiene principios y no los vende. No es medio republicana ni hace regalitos al rey, que será muy joven pero representa a una cosa tan antigua como es la monarquía. Él mismo se puede poner camisetas muy entalladas pero no se viste de lagarterana para esconder su identidad de izquierdas "por respeto a la gente". IU, añadió, es la que ha defendido a la clase trabajadora, la que ha estado en sus piquetes y en sus huelgas, la que se ha plantado contra la reforma laboral, contra el pensionazo y contra los desahucios, la que se ha opuesto a ayudar a la banca mientras se dejaba caer a las familias y la que ha defendido a los inmigrantes aunque eso no le haya dado votos.
LAS CRÓNICAS DE BABIA