Políticas migratorias de la UE La UE acuerda la creación voluntaria de grandes CIE europeos
Acuerdo de mínimos en Bruselas sobre la política migratoria. Los centros "controlados" separarán a los refugiados, con derecho a permanecer en territorio de la UE, de los inmigrantes económicos, que serían devueltos a sus países de origen.
Sólo asumirán refugiados y migrantes aquellos países que quieran ya que es voluntario.
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madrid, Actualizado:
Acuerdo de mínimos en Bruselas sobre la política migratoria. Los líderes de la Unión Europea (UE) alcanzaron esta pasada madrugada un acuerdo para crear de forma voluntaria en los Estados miembros centros "controlados" para separar a los refugiados, con derecho a permanecer en territorio europeo, de los inmigrantes económicos, que serían devueltos a sus países de origen.
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"En el territorio de la UE, quienes son salvados (del mar), de acuerdo con el Derecho Internacional, deben ser atendidos, sobre la base de un esfuerzo conjunto, mediante su traspaso a centros controlados establecidos en Estados miembros, solo de forma voluntaria, donde un procesamiento rápido y seguro permitiría, con total apoyo de la UE, distinguir entre irregulares y refugiados", dicen las conclusiones.
Con respecto a las plataformas de desembarco en países terceros, los líderes se muestran más imprecisos.
"El Consejo Europeo pide al Consejo (de la UE) y a la Comisión explorar rápidamente el concepto de las plataformas de desembarco regional, en estrecha cooperación con países terceros relevantes, así como con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones", afirman los jefes de Estado y de Gobierno.
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Aunque no era el único punto sobre las políticas migratorias que debe implementar la Unión Europea, la creación de centros de detención de personas migrantes rescatadas en el Mediterráneo fueron ganando enteros a lo largo de la reunión del Consejo Europeo. Algunas declaraciones previas dejaron claro que la propuesta del presidente, Donald Tusk, será una realidad próximamente. Eso fue trascendiendo durante la cena de líderes europeos, tras el golpe en la mesa de Italia, que se negaba a dar luz verde a un acuerdo global sin antes alcanzar uno en materia migratoria.
Pero ya entrada la noche se empezó a perfilar un acuerdo preliminar, según informó Reuters, para establecer centros controlados de retención de migrantes en varios países europeos que se ofrezcan voluntarios. Allí serían trasladados los rescatados en el Mediterráneo para proceder a separarlos entre migrantes económicos y solicitantes de asilo. La idea serviría para "descongestionar" los principales países receptores de migrantes. Una fuente del gobierno italiano citada por Reuters especificaba que Roma sólo aceptaría el acuerdo sobre estos centros si todos los estados de la UE lo aceptaban y si se creaban en varios países. Fue de madrugada cuando se alcanzó el acuerdo.
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Antes de la primera jornada de debate entre los jefes de Estado y de Gobierno europeos, Donald Tusk ya había insistido en la necesidad de poner en marcha estas llamadas "plataformas regionales de desembarco" donde separar a los migrantes por causas económicas de los posibles solicitantes de asilo y refugio. Pero Tusk los quiere fuera territorio europeo como una de las claves para reforzar las fronteras exteriores de la UE. Es una de las medidas fundamentales para "eliminar el incentivo para embarcarse en viajes peligrosos" en el Mediterráneo y "romper definitivamente el modelo comercial de los traficantes", según consta en el borrador de propuestas. De no hacerlo así, dijo, "la alternativa sería un avance caótico hacia el cierre de las fronteras, también dentro de la UE, así como conflictos crecientes entre Estados miembros".
El presidente del Consejo Europeo quiso minusvalorar la situación de alarma general, aunque este sea el año que menos migrantes y refugiados han llegado a la Unión Europea por vía marítima. Apenas 43.000, más de un 95% menos que en 2015, cuando las llegadas superaron el millón de personas. Aún así, entre otras medidas que figuran en el borrador, están un aumento de la cooperación con Libia para frenar los flujos migratorios, alcanzar acuerdos Marruecos (que ya ha dicho que no participará en la creación de centros de detención), un aumento de la actividad y los recursos de la agencia europea de control de fronteras, Frontex, para que también aumenten las deportaciones, y más fondos para los países de tránsito."Algunos pueden pensar que soy muy duro en mis propuestas pero créanme, si no las acordamos, entonces se verán algunas propuestas realmente duras de algunos 'tipos' realmente duros", dijo Tusk en una rueda de prensa.
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Los "tipos duros" de la UE
Los "tipos duros" a los que se refiere Tusk no son otros que el ministro del Interior Italiano, el ultraderechista Matteo Salvini, que con su cierre de puertos a los barcos de ONG rescate de inmigrantes en el Mediterráneo ha creado el clima propicio para exigir que Europa dé un giro xenófobo a sus políticas migratorias. La línea dura de Salvini ha sido defendida por su primer ministro, Giussepe Conte, que quiere "hechos concretos" y no "declaraciones verbales", y no ha descartado vetar cualquier acuerdo que no satisfaga a su Gobierno en materia migratoria, al tiempo ha bloqueado cualquier toma de decisiones hasta lograr un acuerdo sobre las políticas migratorias. Pero Conte no quería sólo centros de detención de migrantes fuera de la UE, ya que sus acuerdos bilaterales con el Gobierno libio de Trípoli están dando sus frutos. También presionaba para que todos los Estados miembro carguen con la factura de los rescates en el Mediterráneo y por una mayor financiación para que los países africanos aumenten el control de sus fronteras.
Al mismo tiempo exigía una modificación, cuando no la eliminación, del sistema de asilo europeo conocido como reglamento de Dublín, que establece que los migrantes sólo pueden pedir asilo en el primer país de UE al que lleguen, e Italia ha sido durante los últimos años el principal puerto de destino, junto a España y Grecia. Esta desigualdad es la que ha creado una caldo de cultivo perfecto para legitimar el cierre de puertos italianos y esconder la xenofobia de Salvini bajo la realidad de que soportan en solitario el peso de la llamada "presión migratoria", una idea que ha ganado fuerza tras el incumplimiento de las cuotas de reubicación de refugiados desde Grecia e Italia que se fijaron en 2015, de las que apenas se han efectuado un 30%.
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Otro de los "tipos duros" a los que tanto teme Tusk es el ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, aunque más miedo le tiene la canciller alemana, Angela Merkel, ya que es su socio en un Gobierno que pende de un hilo. Seehofer, líder de la conservadora Unión Socialcristiana (CSU) bávara lanzó antes del Consejo Europeo un ultimátum a Merkel para encontrar una "solución europea" a la afluencia de migrantes y solicitantes de asilo a Alemania. De lo contrario, pondría en marcha una solución alemana: el cierre unilateral de sus fronteras, una línea dura en materia migratoria de la que también es partidaria la vecina Austria, donde gobierna la ultradecha, también partidaria de los grandes CIE en países del norte de África.
Merkel cambia de postura
El ultimátum parece haber surtido efecto. Si el pasado domingo, en la minicumbre informal de países europeos para abordar la problemática migratoria, Merkel se alineó con el presidente español Pedro Sánchez y el primer ministro francés, Emannuel Macron, para defender que esos centros de detención se construyeran en suelo europeo, este jueves admitía llevarlos fuera. La canciller alemana ve plausible que "barcos con refugiados se dirijan a países fuera de la UE", pero advirtió que para ello hay que llegar a acuerdos con los países implicados, "no podemos tomar decisiones a espaldas de ellos", afirmó.
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Pero para Alemania es clave la llamada "migración secundaria", es decir, que los migrantes que llegan a los países del sur de Europa acaben cruzando todas las fronteras para instalarse en la rica y próspera Alemania. "Es necesario apoyar a los países que reciben un gran número de inmigrantes, pero a la vez hay que mantener el principio de que un refugiado no puede escoger arbitrariamente el país en que solicita asilo", ha defendido, dejando claro su inmovilismo ante una reforma del reglamento de Dublín que podría costarle el Gobierno.
Sánchez, también dispuesto a ceder
Por su parte, Pedro Sánchez acudió a esta cumbre alineado con las tesis de Francia y Alemania en torno a este asunto y defendiendo la creación de centros de desembarco seguros de inmigrantes en territorio europeo. Pero considera esta propuesta como un punto de partida para la negociación y la ve compatible con otras como la de crear esos centros fuera de suelo europeo.