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Planearon un atentado tipo Charlie Hebdó en Catalunya mientras le cortaban el pelo

El agente infiltrado y un testigo protegido de la célula yihadista señalan al ultra Diego Frías como la persona que podría suministrar una bomba para perpetrar un atentado contra una librería judía de Barcelona. Él lo desmiente y explica que la granada de mano hallada en su casa era de coleccionista.

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Diego Frías Álvarez está en la prisión de Segovia desde la desarticulación de la célula yihadista.

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MADRID.- Paseaba un día por la calle de Sabadell, hace un año, cuando se encontró con su antiguo peluquero, Antonio Sáez Martínez, quien le invitó a pasarse por su peluquería. Diego Frías Álvarez, conocido ultra de la zona, acudió al establecimiento. Sáez comenzó a cortarle el pelo y, como quien no quiere la cosa, el peluquero le contó que se había convertido al Islam. Se llamaba Aali. Hablaron de la organización terrorista Estado Islámico y de la guerra de Siria. No se volvieron a ver más. Esta, y no otra, es la versión que Frías Álvarez aportó el pasado viernes al juez Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional, para explicar cómo es posible que un ex neonazi como él tuviera una relación con el líder de una célula yihadista desarticulada en Tarrasa y Sabadell, dispuesta a cometer atentados y que enviaba combatientes a Siria e Irak previamente adoctrinados.

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El conocido ultra es "una persona con capacidad de conseguir armas y materiales explosivos" para la célula, según los Mossos

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La versión aportada por los Mossos d’Esquadra ante el mismo magistrado, titular del juzgado central de instrucción 1, es diametralmente contraria a la del ultra: Aali quiso cometer un atentado con bomba contra la librería judía La Piedra, de Barcelona, junto a su cliente de ideología neonazi. Hubo más reuniones. Y el ultra era el encargado de proporcionar el explosivo.

Frías se desvinculó ante Pedraz de toda relación con los yihadistas y sostiene que, recientemente, sólo vio una vez a su antiguo peluquero

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Uno de los principales problemas a los que se enfrentaba la célula autodenominada Fraternidad Islámica desarticulada era “el acceso a los materiales necesarios para perpetrar un atentado en suelo español. A tenor de lo manifestado por un testigo protegido, la Fraternidad Islámica trató de subsanar este problema a través de la mediación del señor Diego José Frías Álvarez, una persona con capacidad de conseguir armas y materiales explosivos” para “poner una bomba en una librería judía de Barcelona, de nombre La piedra o algo similar.”

Notas descubiertas en un cuaderno de la célula yihadista

Se le incautaron un inmovilizador de personas y dos cuchillos metálicos... Los yihadistas querían secuestrar a una persona, vestirla de naranja y degollarla

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La relación con el ultra no  fructificó. Aali ideó un artefacto casero que luego iba a crear a mayor escala

El informe de los investigadores considera “muy relevante” la defensa eléctrica localizada a Diego Frías en otro registro, “que permite la inmovilización total de una persona en pocos instantes”, dada la relación entre el ultra y Aali. Así, en una conversación, el peluquero comenta a sus seguidores “la posibilidad de secuestrar a una directora de banco, pedir dinero por su rescate y financiar con este dinero la preparación de un atentado terrorista”. En otra conversación, el peluquero comenta a un seguidor y al infiltrado la posibilidad de secuestrar una persona, vestirla con un mono naranja como hace la organización terrorista Estado Islámico con sus víctimas, “hacerle unas preguntas y degollarlo, grabándolo todo en vídeo para posteriormente difundirlo por Internet”.

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La relación con el 'ultra' no fructificó

Como esta relación “no fructificó”
Aali, de forma autodidacta, buscó un sistema para crear un explosivo casero que realizó a pequeña escala con éxito. Su intención era crear un explosivo de mayor capacidad destructiva.

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